Malismo, por Walter Paisley
Cuando la corrección política es dominante, ir de malotes puede dar muchos votos y asegura grandes titulares, pero el malismo será tan mentiroso y decepcionante como el buenismo
Estimado Director:
Ha hecho fortuna la denominación de 'buenismo' como crítica a determinadas posturas ñoñas, melifluas, aunque no incompatibles con el dogmatismo, la censura y la hipocresía.
Después de leer el artículo de Argemino Barro sobre Marjorie Taylor Greene, me pregunto si no tendríamos que empezar a hablar de 'malismo' para referirnos a cierta tendencia a jalear a determinados personajes estrafalarios que buscan epatar exhibiendo su desprecio por los valores dominantes, jugando a una resistencia contracultural con mucho tirón entre los agotados por la crisis y los hastiados de corrección política.
Cuando la corrección política es dominante, ir de malotes puede dar muchos votos y asegura titulares impactantes; pero tengo la impresión de que, a la larga, el malismo será tan mentiroso y decepcionante como el buenismo.
La desgracia de las democracias es que necesitan la verdad; pero la verdad da mucho trabajo y es muy aburrida.
Walter Paisley
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