Madrid no, País Vasco sí, por A. Villajiménez

Estimado director,

el enorme cinismo y la inmensa hipocresía del nacional-independentismo catalán, y muy especialmente de Esquerra Republicana, se plasma con toda su crudeza en la innegable realidad de que ni les importan, ni parecen afectarles, los indiscutibles privilegios fiscales (y por consiguiente, financieros y económicos) de que disfrutan sus cuates y hermanos del alma del nacionalismo vasco.
Unos privilegios que suponen una sustancial ventaja competitiva (dumping fiscal y, por tanto, comercial) del País Vasco respecto al resto de las comunidades autónomas y muy especialmente las vecinas. Que pregunten si no a los riojanos, cántabros y castellanoleoneses cuántas empresas propias y de otros territorios han decidido instalarse en el País Vasco (y en menor grado, en Navarra) gracias a los privilegios fiscales de estos territorios, en detrimento de sus vecinos. Lo mismo que independentistas, nacionalistas varios y la izquierda en general reprochan a Madrid con respecto a sus comunidades vecinas.
¿Por qué para esta gente lo que es intolerable en Madrid es perfectamente tolerable, comprensible y digerible en un País Vasco dominado por el nacionalismo más insolidario, mercantilista y oportunista de Europa?

Álvaro Villajiménez