La carga rápida de tu móvil: ¿un regalo envenenado para la vida útil de la batería?

No es ni mucho menos lo primero que nos entra por los ojos cuando cogemos un nuevo móvil. Nos fijamos primero en la pantalla, en el diseño o en cosas como el número de cámaras y no tanto en la batería. Sin embargo, esta pieza es una de las partes fundamentales para que nuestro 'smartphone' llegue a su particular tercera edad en buenas condiciones.

Este componente siempre ha estado rodeado de cierta 'mitología' tecnológica y de rituales de buenas prácticas que supuestamente ayudaban a alargar sus horas de servicio, haciendo que muchos no se enterasen exactamente de qué debían hacer.

Lo último en donde se ha puesto en el foco, realmente se lleva haciendo casi desde que apareció, es la carga rápida. ¿Quién no va a querer recuperar la mitad de autonomía en 30 minutos? La preocupación es cómo utilizar estos accesorios superhormonados para no desgraciar la batería en pocos meses después de empezar a utilizar el dispositivo en cuestión. ¿Es una bendición o un regalo envenenado?

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Xiaomi, uno de los fabricantes que más ha crecido en ventas en los últimos años, presentó hace unas semanas un sistema de 200 W capaz de cargar 4.000 mAh de batería completamente en ocho minutos. De 0 a 100 en 480 segundos. Las dudas se dispararon sobre el efecto del calor que se podía producir a la hora de aplicar tanta potencia y la degradación que podía llegar a producir.

La marca tuvo que salir a la palestra y dijo que tras 800 cargas el rendimiento caería un 20%. Esta cifra es importante, pero hay que tirar de calculadora. Utilizando esta tecnología cada día, nos iríamos a dos años y pico. Así que el daño es asumible viendo los beneficios.

A menor potencia, menor impacto. La carga rápida no va a destrozar la autonomía de tu teléfono. La industria ha estado trabajando en diversas soluciones como diseños o nuevos materiales para minimizar el impacto de esta tecnología, como es el uso de baterías duales, que 'grosso modo' sería tener como dos depósitos de gasolina que se cargaran con el mismo agujero. Un fabricante te puede decir que tienes 5.000 mAh, cuando en realidad tienes dos compartimentos de 2.500 mAh.

De la misma manera que cuando se acerca a las tres cifras hay que andar con precaución, hay que evitar que la batería se descargue por completo

Las baterías funcionan como la tierra seca de una planta que tienes en casa. Al principio pueden absorber lo que sea muy rápido sin sufrir daños significativos a largo y a corto plazo.

Pero una vez alcanzas, por ejemplo, un 70%, si sigues regando es probable que la maceta se encharque. Y ese exceso, en el caso de las baterías, puede provocar reacciones en esta pieza que acaben aumentando el daño de la batería.

Por eso, verán que la carga rápida reduce la marcha y coge una velocidad de crucero. Hay incluso algunos que ponen notificaciones de que el teléfono está lo suficientemente cargado cuando tienes un 80% para evitar, si el usuario puede vivir sin ese porcentaje extra, entrar en una zona que puede resultar más estresante para la batería debido al aumento del voltaje. Los extremos son lo que más le cuesta digerir. De la misma manera que cuando se acerca a las tres cifras hay que andar con más precaución, hay que evitar que se descargue completamente porque también se producen ciertas reacciones químicas que pueden ir socavando poquito a poco la vida útil de la batería.