Marca España | La banda de ladrones de ¿campanas de iglesias? que asola el país

Qué semana la de Pedro Sánchez, coincidirán conmigo. Entre estirar las piernas al lado de Joe Biden, recibir en la sede de Red Eléctrica en Alcobendas (¿?) a Ursula Von der Leyen y disfrutar en Barcelona con la Champions League del empresariado patrio, no debe extrañar que el presidente del Gobierno haya dormido bien este fin de semana. ¿Quién no quiere salir en la foto con los guapos de la clase?

En Moncloa son muy propensos al espectáculo y quizás por eso hemos hablado más de los 29 segundos del encuentro Biden-Sánchez que de lo verdaderamente relevante: la Comisión Europea ha dado luz verde a los fondos que tiene que recibir España para dejar atrás la crisis del covid.

Lo explicaba Financial Times -un clásico por aquí, ya saben- este miércoles. "El Plan de Recuperación español está discutido. Pedro Sánchez, el primer ministro de un Gobierno socialista en minoría, que está cayendo en las encuestas, tiene la esperanza de que la mezcla de los fondos y las reformas puedan crear 800.000 puestos de trabajo y ayuden a levantar el PIB un 2%".

Las páginas color salmón del diario británico apuntan a que la oposición "acusa al Gobierno de un excesivo control de los fondos y de tener una agenda reformista muy suave en los mayores desafíos estructurales del país, como el déficit fiscal y un mercado laboral disfuncional".

Junto a Sánchez, el otro gran protagonista de la semana, o así lo ve la prensa extranjera, es Sergio Ramos. En La Gazzetta dello Sport, el diario deportivo italiano de referencia, han publicado varias piezas de la marcha del capitán blanco.

"Dentro de las lágrimas del jugador hay lugar para una mini polémica que por un lado quiere amortiguar, pero que por el otro pretende sacar a relucir", dicen, señalando a esos dardos directos, pero contenidos, que Ramos lanzó a Florentino Pérez, presidente del Real Marid.

Explican desde el diario transalpino que Ramos, "que gana casi 12 millones de euros" no se tomó del todo bien que ese fuera el sueldo ofrecido a David Alaba, que hubiera sido su compañero. "El Madrid le había ofrecido a Ramos cinco millones de euros y el trato se estancó rápido. Nunca volvió a empezar y ahora está descarrilado permanentemente".

En The Times ponen el foco en algo totalmente diferente y que igual es más relevante que la rabieta de Ramos. Resulta que hay una peligrosísima banda organizada de ladrones que está actuando por todo el país. ¿Su gran objetivo? Campanas de iglesias.

Cuenta el diario británico que "esta oleada de robos de campanas de capillas e iglesias ha hecho que las autoridades empiecen un registro de las que todavía quedan intactas en pueblos y aldeas más remotas". Su modus operandi se basa en bajar las campanas, algunas de ellas de hasta 200 kilos, a través de poleas para luego transportarlas en camiones.

Según parece, las primeras huellas de los actos de estos malhechores se encontraron en Galicia y la costa cantábrica. Sin embargo, sus tentáculos empiezan a recorrer el resto de la Península. "Casi todos los robos se habían dado en el Norte del país, pero este mes desapareció una campana de bronce de 100 años de antigüedad que colgaba del campanario de la ermita de San Jaime, en Cañada del Fenollar, una pequeña localidad en el sureste de Alicante".

Rematamos con la prensa argentina, si les parece. L-Gante, un trapero muy famoso en el país latinoamericano, ha estado de visita por España para dar un concierto plagado de nostálgicos de la vieja normalidad.

El medio argentino resalta también que "como parte del mismo viaje, L-Gante se reunió con el 'streamer' español más popular por estos días, Ibai Llanos".

"Su presentación en la ciudad de Mallorca agitó tanto al público que debió intervenir la policía", dice La Nación en su crónica de la actuación de Elian Ángel Valenzuela, como se llama el artista. "En las imágenes podía verse un espacio repleto de gente, en el que no parecía haber demasiados protocolos para prevenir el contagio de coronavirus", De hecho, el concierto tuvo que suspenderse ante el caos que se había montado. ¿Acaso se creó el trap para cumplir las normas?