El ERE del año, la inversión del siglo y el Gobierno por inercia

´Decimoquinta semana del año. Ya falta menos para el 4-M. No ha desaparecido el mal sabor de boca del tijeretazo a la previsión de crecimiento económico anunciada por Calviño el pasado viernes. Del +9,8% al +6,5%. Se dice pronto. Sobre todo si se tiene en cuenta que la última revisión formal se hizo a finales de octubre. La interpretación benévola es que entonces se dieron dos datos para 2021: creceríamos bien el 7,2%, bien el 9,8%. El primero es lo que el propio Gobierno llamó "escenario inercial", mientras que el segundo fue bautizado como "escenario con medidas económicas". Entre uno y otro, más de 30.000 millones de euros. No solo es que Filomena y los rebrotes nos pillasen con la guardia baja, sino que al final también ganó la inercia. Entre los rebrotes y el retraso de los fondos europeos el sector público se ha dedicado a sacrificar inversión en favor del gasto corriente.

Esta semana se juntarán la hambruna post-shock económico de 2020 con las ganas de comer de la olla de los 140.000 millones de euros de los fondos europeos. En principio estaba previsto que el Consejo de Ministros aprobara mañana un paquete de medidas que conformarán la columna vertebral del Plan de Recuperación, Transformación y Resiliencia (PRTR), tal y como anunció la semana pasada el presidente Pedro Sánchez. Pero finalmente se ha pospuesto a la semana que viene o la próxima. Muy probablemente por los desencuentros con Bruselas, pero vaya usted a saber.

Lo único que está claro es que Sánchez presentará formalmente las medidas el miércoles en el Congreso, aunque hoy tiene una oportunidad mediática para esbozarlo, el evento 'Wake Up Spain!' que organiza 'El Español'. El jefe del Ejecutivo sabe perfectamente que sus probabilidades de reelección en 2023 (o 2022, vaya usted a saber) no dependen tanto del resultado del 4-M como de que esa milmillonada se invierta bien. Es el plan de inversión del siglo y el presidente es bien consciente de ello. Por eso se ha involucrado personalmente en los preparatorios, llamando él mismo a algunos de los responsables de presentar proyectos para pedirles más ambición y concreción.

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No está todavía muy claro aún el nivel de detalle al que bajará el Gobierno, ni en el tema de las inversiones (finalidad, importe por cada uno de los pilares y calendario) ni en el plan de reformas que se enviará a Bruselas. Precisamente a esto último se opone un imposible metafísico: no se puede comunicar mucho detalle de la reforma laboral ni de la de pensiones cuando estas se están aún negociando. El miércoles mismo, por ejemplo, hay otra reunión de agentes sociales y Ministerio de Trabajo para la laboral. En cualquier caso, más nos vale llevar a nuestros socios europeos un relato convincente. Un vistazo al mapa de quién ha aprobado y quién no los trámites necesarios demuestra a quién le aprieta el zapato. Sin contar con Alemania, claro, a quien el calzado no solo le talla perfecto, sino que lleva un par de botas de repuesto por si acaso. Ninguna prisa tienen en Karlsruhe.

El viernes 16, por cierto, hay Eurogrupo. Calviño tratará de engrasar sin duda el plan de Sánchez en Bruselas, tanto con la Comisión Europea como con los socios más escépticos. Nadie mejor que ella conoce los resortes del cachivache bruselense. Los purasangre se venden solos. Es para vender un jamelgo para lo que hay que tener cierto arte y, sobre todo en este caso, conocer bien a tu comprador. La vicepresidenta segunda siempre puede tirar de retórica y presentar la coleta de Iglesias como gesto de buena voluntad y esperanza de un futuro ortodoxo.

Desde esta humilde mesa del rincón solo pedimos que sea como sea el mecanismo, su aplicación práctica en cada Perte (Proyecto Estratégico para la Recuperación y la Transformación Económica) sea más aseadita que la inversión público-privada con SEAT e Iberdrola para desarrollar baterías eléctricas que se anunció hace unas semanas en Barcelona. Recordemos que real decreto-ley de los fondos europeos establece que cada uno de los Perte debe ser aprobado por el Consejo de Ministros y "deberá recoger claramente la definición y el alcance del mismo y velar por los principios de publicidad, igualdad y no discriminación, concurrencia, transparencia y proporcionalidad". No está muy claro cómo casa eso con que el presidente del Gobierno anunciase "El primer Perte de España" en un artículo en 'El País'. Uno quiere pensar que es improbable que Sánchez confunda un diario con el BOE, pero por si acaso lo recordamos.

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CaixaBank: el ERE del año

Si esos 140.000 millones son la inversión del siglo en busca de corrección económica, el ajuste de plantilla que mañana se empezará a negociar entre CaixaBank y sus sindicatos será el ERE del año en busca de corrección política. No es un ERE cualquiera y todos los implicados en la negociación lo saben. Por ejemplo, como contamos hoy, los sindicatos quieren blindar el acuerdo de una posible penalización de las jubilaciones anticipadas por parte del Ministerio de la Seguridad Social. Pero a su vez buscan trato generoso y poco traumático amparados en que el Estado es el segundo mayor accionista de la entidad, con un 16% del capital.

Mañana se sabrán oficialmente las primeras cifras. Se ha hablado horquillas de recorte que van desde los 5.000 a los 10.000 empleados sobre los 51.000 que hay ahora mismo en la entidad fusionada. Las fuentes de Zuloaga, siempre bien informadas, comentan que durante las negociaciones preliminares entre los directivos de CaixaBank y Bankia, la cifra con la que se quería entrar a la negociación sindical rondaba los 8.500 empleados. Pero recuerden que esto es una negociación y que uno siempre se reserva cierto margen de maniobra, especialmente porque los sindicatos necesitarán venderle algún logro a los trabajadores.