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Viggo Mortensen nos enseña el bestiario de criaturas invisibles solo para suscriptores
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ADELANTO EDITORIAL

Viggo Mortensen nos enseña el bestiario de criaturas invisibles solo para suscriptores

En los más de 4.500 millones de años de la Tierra, la fauna que ha pisado nuestro planeta ha cambiado drásticamente: ahora, tenemos un catálogo como nunca antes habías visto

Foto: Viggo Mortensen nos enseña el bestiario de criaturas invisibles. (Imagen: EC Diseño)
Viggo Mortensen nos enseña el bestiario de criaturas invisibles. (Imagen: EC Diseño)
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El mundo animal es fascinante. Miles de especies nos rodean en cualquier rincón del planeta y, aunque parezca difícil de creer, miles de especies aún esperan a ser descubiertas, especialmente en el fondo marino. Por tierra, mar y aire, numerosos animales se han desarrollado, cambiado y evolucionado a lo largo del tiempo, para convertirse en lo que hoy conocemos. Sin embargo, la acción del ser humano también ha dado lugar a que muchos animales hayan desaparecido para siempre de manera irremediable: ahora, un impresionante libro se encarga de recopilar el catálogo de animales desaparecidos más impresionante que nunca hayas visto.

Gabi Martínez y Jordi Serrallonga han creado 'Animales invisibles: mito, vida y extinción', con la inestimable participación en las ilustraciones de Joana Santamans, un bello libro que la editorial Capitán Swing ha publicado este 11 de abril. En él se habla tanto de animales míticos que ya han desaparecido, como de animales en peligro de extinción y que, por ende, son muy difíciles de ver con vida, así como de especies que solo existieron en el imaginario colectivo. Descubran esta verdadera joya para los amantes de la naturaleza, con el prólogo del actor Viggo Mortensen, en este adelanto editorial exclusivo para suscriptores de El Confidencial.

El animalario más increíble

'Animales invisibles', de la mano del escritor y viajero Gabi Martínez, y del arqueólogo, naturalista y explorador Jordi Serrallonga, con las ilustraciones de la artista Joana Santamans, describe tanto a animales extintos a los cuales ya no podemos observar, como a aquellos animales vivos que no vemos o que son muy difíciles de avistar debido a su forma de vida y la acción perjudicial de nosotros, los seres humanos, sobre ellos y sus ecosistemas.

Este libro expone conceptos y datos académicos relacionados con las ciencias naturales con un lenguaje asequible para el lector que no sea especialista. Tiene una vertiente naturalista y literaria, siendo un catálogo de lo que hubo y pudo haber, de lo que pueda existir y desearíamos descubrir.

Yo no soy científico, aunque desde mi infancia siempre me han interesado el mundo natural y la asombrosa diversidad de flora y fauna en nuestro planeta. Con los textos y las hermosas ilustraciones de este libro he pasado muy buenos ratos aprendiendo sobre lo que se puede constatar, y soñando con lo que se puede imaginar. Me ha hecho pensar en lo mucho que quiero saber y deseo ver, y al mismo tiempo aceptar que nunca podré ni necesito verlo todo. En el capítulo dedicado al pájaro picozapato, un hombre que vive a las orillas del lago Alberto en Uganda dice: "Existen muchas cosas que no he visto nunca, pero en las que creo. Sería muy tonto creer que el mundo solo es lo que yo veo". Los autores mismos escriben que "una ciencia sin imaginación es una ciencia sin genio".

En 1955 se publicó un libro llamado 'Tras la pista de animales desconocidos', firmado por el zoólogo franco-belga Bernard Heuvelmans, a quien, junto al zoólogo Ivan T. Sanderson, se le atribuye el término criptozoología. Heuvelmans lo definió como "el estudio de los animales sobre cuya existencia solo poseemos evidencia circunstancial y testimonial, o bien evidencia material considerada insuficiente por la mayoría".

"Existen muchas cosas que no he visto nunca, pero en las que creo. Sería muy tonto creer que el mundo es tan solo lo que soy capaz de ver"

La palabra criptozoología viene del griego: 'kryptos' "oculto", 'zoon' "animal" y 'logos' "estudio". O sea, el estudio de animales ocultos. Aunque Heuvelmans es considerado el padre de la disciplina, él mismo reconoce a Anthonie Cornelis Oudemans, quien en 1892 investigó el mito de la gran serpiente marina, como pionero en la materia. Desde la publicación del libro de Heuvelmans nos han llegado varios ensayos y libros vinculados a la criptozoología. También existen muchas páginas de internet elaboradas por aficionados al tema. Aunque, en ocasiones, la criptozoología siga cierta línea académica —satisfaciendo a su manera el interés público en relatos fantásticos que vienen alimentando la ciencia ficción desde los tiempos de Julio Verne— se puede decir que es una disciplina pseudocientífica: se centra exclusivamente en animales misteriosos o míticos que algunas personas creen, sin pruebas contundentes, que podrían existir.

'Animales invisibles' también describe a algunas criaturas que existen en el imaginario. Sin embargo, aunque contempla la importancia que las herencias y leyendas estrictamente mitológicas tienen para los seres humanos, su enfoque principal es científico. Los zoólogos descubren nuevas especies cada año, y presentan las pruebas de sus hallazgos, mientras los criptozoólogos nunca han comprobado la existencia de un solo 'críptido'.

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La impresión que tengo de los criptozoólogos es que, por fascinantes que sean sus conjeturas, generalmente intentan utilizar ciertos descubrimientos de la zoología y la paleontología aleatoriamente, a veces mezclando datos inconexos, juntando artificialmente los restos de diversos animales para crear las características de supuestos

'críptidos', animales sin duda imposibles. Cuando hacen esto, descartando la investigación precisa y el método científico, se parecen al que trata de construir un puzle demasiado rápido, a la fuerza, juntando piezas que en realidad no encajan del todo bien. En cambio, los científicos rigurosos observan e intentan construir puzles con paciencia y a base de datos empíricos, dando por buena la colocación de una nueva pieza solo cuando encaja naturalmente, sin forzar.

Eso sí, para rastrear lo invisible es necesario imaginar lo que parece ser improbable, y si alguien busca con la mente abierta, como hacen Martínez y Serrallonga, algo encontrará. De este libro he aprendido, por ejemplo, que Michel Peissel buscó sin éxito al legendario simio gigante bípedo llamado Yeti en el Tíbet, pero su premio inesperado fue el descubrimiento de una nueva raza de caballos —apodados 'caballos del Yeti'— en el antiguo reino de Nangchieng. A mi entender, soñar no impide ni el conocimiento ni la especulación informada. Al contrario: soñar es imprescindible para el buen explorador y académico.

Soñar no impide ni el conocimiento ni la especulación informada. Al contrario: soñar es imprescindible para el explorador y académico

La lectura de 'Animales invisibles' es muy entretenida, pero también nos sirve de aviso —sin un ápice de panfletismo— sobre las consecuencias de nuestra continuada intrusión en el mundo natural. Nos enseña que es importante aceptar que algunos animales tienen muy buenos motivos para esconderse de nosotros. A propósito de las diferentes especies y subespecies de gorila que están en grave peligro de extinción, pero que aún pueblan la foresta de África, Martínez y Serrallonga dicen: "Su respetuosa mirada, sean de costa, río, llanura o montaña, jamás será directa, siempre de reojo. Aprendamos a observarlos, no a destruirlos". Como cuentan los autores, las alteraciones del medio natural por los seres humanos desde el Neolítico han causado la desaparición de muchísimos animales.

Los exploradores científicos nos ayudan a visualizar, por medio del estudio de fósiles y otras herramientas de las ciencias naturales, seres singulares que nunca podremos observar. Con 'Animales invisibles' acompañamos a los autores a los rincones más remotos y exóticos del planeta —desde la absoluta oscuridad de los mares más profundos al techo del mundo en el Himalaya, desde selvas impenetrables a la vastedad de desiertos inhóspitos—. Lo que me llevo de este libro, sobre todo, es la importancia del viaje. Llegar al sitio soñado o por fin hallar un animal que siempre ha sido invisible para nosotros es lo de menos. El ejercicio de buscar sin garantías de encontrar lo que deseamos es un fin valioso en sí mismo.

La facilidad con la que nos transmiten su pasión por explorar y aprender de los seres con los que convivimos en este planeta, y sobre los lugares recónditos que habitan, o podrían habitar, puede servirnos de inspiración para vivir de una manera más compasiva y racional, respetando el precario equilibrio de los espacios naturales que compartimos con otros animales. Animales que desean, como nosotros, la libertad para aprovechar a su manera el breve tiempo que les es dado. Para prosperar, convivir, anidar, procrear, alimentar, migrar y desaparecer cuándo y cómo necesiten. Como bien dijo John C. Sawhill, antiguo presidente de 'The Nature Conservancy': "Una sociedad se define no solo por lo que crea, sino por lo que se niega a destruir".

El mundo animal es fascinante. Miles de especies nos rodean en cualquier rincón del planeta y, aunque parezca difícil de creer, miles de especies aún esperan a ser descubiertas, especialmente en el fondo marino. Por tierra, mar y aire, numerosos animales se han desarrollado, cambiado y evolucionado a lo largo del tiempo, para convertirse en lo que hoy conocemos. Sin embargo, la acción del ser humano también ha dado lugar a que muchos animales hayan desaparecido para siempre de manera irremediable: ahora, un impresionante libro se encarga de recopilar el catálogo de animales desaparecidos más impresionante que nunca hayas visto.