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Roto de 120.000 millones para usted, señora, y nueva fase del Juego de (ex)Cajas y 'Telecos'
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EL PULSO ECONÓMICO DE LA SEMANA

Roto de 120.000 millones para usted, señora, y nueva fase del Juego de (ex)Cajas y 'Telecos'

La consolidación del mercado bancario y de telecomunicaciones español marcará la semana económica. Entre otras cosas, el nuevo presidente de CaixaBank conocerá mañana su nuevo sueldo

Foto: Roto de 120.000 millones para usted, señora. (Foto: Pablo López Learte)
Roto de 120.000 millones para usted, señora. (Foto: Pablo López Learte)
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Decimotercera semana del año 2021. Es posible que las cosas ya no tengan que empeorar antes de que empiecen a mejorar, pero eso no implica una travesía fácil por delante. María Jesús Montero, ministra de Hacienda, ha convocado hoy a los medios de comunicación para notificar el roto en las cuentas públicas de la crisis provocada por la pandemia.

Anunciará el déficit de 2020. Año completo. No descarten que la cifra final sea inferior al 11,3% del PIB de la estimación oficial. ¿Por qué, si no, habría decidido Montero convocar una rueda de prensa cuando en años anteriores ha evitado pasar por ese trago? Tal vez la cifra se acerque más al 10% que al 11%, pero incluso en el mejor de los escenarios contemplables serán más de 110.000 millones de euros de desfase entre ingresos y gastos públicos.

Y eso, no se engañe, lo va a tener que pagar el contribuyente (usted, señora) en algún momento. Incluso en esa visión tan optimista de que la deuda pública no hay que devolverla, que solo hay que refinanciarla mientras el crecimiento del Producto Interior Bruto la empequeñece. De lo que no escapa nunca uno es de pagar los intereses. Y como han recordado ilustres y pragmáticos socialdemócratas a lo largo de la historia, cada euro destinado a pagar los intereses de la deuda es un euro que no va a educación, sanidad o investigación y desarrollo.

Foto: Terremoto en Turquía y temblor en Las Tablas. (Irene de Pablo)

Pero el gran problema de esta situación es que el roto de 120.000 millones de euros, o la cifra rebajada que finalmente dé la ministra Montero, es la buena noticia. Mal que nos pese, ese dinero es el que hacía falta para mantener la economía a flote, salvar empleos y evitar que empresas solventes se fueran a pique. Probablemente se habrá gastado mal una parte, sí. Pero el riesgo de quedarse corto era mucho mayor que el de pasarse. Aquí sí que no había riesgo moral ni pecados que expiar. Una pandemia que viene de China es un shock asimétrico de manual. Si el Estado no está para intervenir en este tipo de situaciones, entonces mejor pasarse al anarcocapitalismo.

La noticia realmente preocupante es el déficit crónico del Estado. No aquellos costes extra derivados de una pandemia que, más pronto que tarde y vacunas mediante, será parte del pasado, sino aquello que, sin crisis ninguna y de forma ordinaria, gastamos de más e ingresamos de menos. Y eso, según el último informe del Fondo Monetario Internacional, publicado en enero, ascenderá este año a más de 90.000 millones de euros. Y aunque bajará en los próximos ejercicios, se mantendrá en torno a los 50.000 millones de euros. Cada año. Y esto sí que es un problema. Por supuesto ahora no es el momento de ejecutar ningún plan de ajuste, pero sí sería bueno empezar a prepararlo y a hacer reformas que enderecen los cimientos de la economía española. Probablemente lo desaprovecharemos, pero mañana mismo, el día 30, tenemos una buena oportunidad para dar señales positivas. El secretario de Estado de Empleo, Joaquín Pérez, se reúne con los agentes sociales dentro del marco de las negociaciones para cumplir con el compromiso PSOE-UP de derogar la reforma laboral de Fátima Báñez. El propio Ministerio de Trabajo ya está cambiando el código. Se está empezando a hablar de "desmontaje" de la reforma en lugar de "derogación". Desmontaje. Guiño-guiño, codito-codito. No será el último eufemismo. Si queremos fondos europeos, al menos. Aunque también es cierto que como el Constitucional alemán se ponga borrico y vete la ratificación del mecanismo legal para dotar financieramente el plan de recuperación europeo, igual desaparece la zanahoria de los 140.000 millones y aparece el palo de la prima de riesgo.

La mala noticia es el déficit crónico del Estado, aquello que sin crisis y de forma ordinaria gastamos de más e ingresamos de menos

No es urgente aún, pero convendría empezar a dar confianza a los mercados. Prejuicios de centro izquierda al margen, son ellos los que, cuando los genios de la banca central vuelvan a la botella de la ortodoxia, nos tendrán que financiar los déficits a pulmón. El efecto de la anestesia de los Powell, Lagarde y compañía -9 billones (con B) de dólares (7,6 billones de euros)- acabará eventualmente. Los tipos de interés de la deuda pública, en coma inducido desde hace años, han empezado a dar signos vitales, tras un par de minidescargas de desfibrilador provocadas por un creciente temor a la inflación.

El 'Financial Times' y un poco menos 'The Wall Street Journal' llevan semanas diciendo que no hay que preocuparse tanto, que esta es la inflación buena -la que suele acompañar a una sana recuperación-, que los intereses de la deuda siguen en zonas de minimísimos históricos, que el repunte de los precios de este año se deberá al efecto de base (el bajo nivel de los meses comparables de 2020), que las expectativas de repunte de inflación se han pasado un par de pueblos, que los bancos centrales seguirán comprando...

De momento, la última encuesta de gestores de fondos de Bank of America / Merril Lynch sitúa la inflación como el principal riesgo para los mercados y Ray Dallio, Warren Buffett y Bill Gross han dicho que ahora mismo les apetece tanto comprar activos de renta fija como que les peguen un tiro en el pie. Ninguno de ellos es infalible. De hecho, Gross lleva advirtiendo desde hace más de dos lustros de los riesgos para los bonos de las compras masivas de activos de los bancos centrales y estos no han dejado de subir desde entonces. Pero la historia nos enseña que casi nunca es diferente y que, en algún momento, la música dejará de sonar. Lo que nadie sabe es cuándo ocurrirá eso y lo que deberíamos saber es que mejor que nos pille preparados.

placeholder José Ignacio Goirigolzarri. (EFE)
José Ignacio Goirigolzarri. (EFE)

EMPRESAS: Goiri se estrena sin saber su sueldo

En el frente empresarial, continúa el Juego de (ex) Cajas de Ahorros, aunque la trama se parece más a la de aquella película de los 80, Los Inmortales. Ya saben: sólo puede quedar uno. Esta semana tenemos dos protagonistas: 'CaixaBankia' y Unicaja-Liberbank.

Hoy es el primer día que CaixaBank cotiza en bolsa con Bankia dentro de su perímetro. Aunque Goirigolzarri ya ejerce de presidente de la entidad desde el viernes, según confesó en esta entrevista que publicamos ayer, todavía no sabe cuál va a ser su remuneración. Lo decidirá el Consejo del banco en su primera reunión con el nuevo organigrama, que se celebra justo mañana. Eso sí, después de casi 9 años cobrando un sueldo claramente por debajo del mercado -500.000 euros- y teniendo en cuenta que los límites salariales a entidades rescatadas no aplican a CaixaBank, muy mal se le tiene que dar para no salir ganando con el cambio.

En el frente de las telecomunicaciones, MásMóvil tuvo este domingo por la noche a bien anunciar una opa amistosa sobre Euskaltel

Por otra parte, Unicaja y Liberbank celebran sendas juntas extraordinarias para aprobar su fusión y crear el quinto banco del país, justo después de CaixaBank, Santander, BBVA y Sabadell. Por este orden (sin tener en cuenta negocio internacional). La operación se sellará con una duda y una sombra. La duda es quién gestionará la entidad a partir de 2023, cuando se retire Manuel Alzuaga, presidente de Unicaja. La sombra la proyectan los recelos generados por la historia del expediente abierto por el Banco de España en 2007 por los sobresueldos cobrados de las participadas de Unicaja por Braulio Medel, presidente de la Fundación -máximo accionista del ahora banco- y en esa época presidente de la entonces caja.

Y en el frente de las telecomunicaciones, para disfrute de las familias de los periodistas especializados del sector, MásMóvil tuvo ayer por la noche a bien anunciar una opa amistosa sobre Euskaltel por unos 2.000 millones de euros. El precio es un 16% superior al del cierre del pasado viernes (9,6 euros por acción), si bien la compañía se ha encargado de matizar que esos 11,17 euros por título suponen una prima del 27% sobre la cotización media ponderada de los últimos seis meses. Ha habido opas más generosas, pero también más rácanas.

La clave del movimiento del operador amarillo es que se trata del Plan B. MásMóvil quería aliarse con Vodafone España y Vodafone España quería aliarse con MásMóvil. Incluso Euskaltel decía querer que MásMóvil y Vodafone se aliaran, y hasta a Movistar le favorecía la jugada, por reducir la presión competitiva del mercado. Pero Meinrad Spenger (MM) quería mandar y Colman Deegan (VOD) no quería ser mandado. Con la combinación MásMóvil-Euskaltel los dos tienen lo que quieren, pero el resultado es subóptimo para ambos y el escenario plantea ahora muchas más dudas.

Decimotercera semana del año 2021. Es posible que las cosas ya no tengan que empeorar antes de que empiecen a mejorar, pero eso no implica una travesía fácil por delante. María Jesús Montero, ministra de Hacienda, ha convocado hoy a los medios de comunicación para notificar el roto en las cuentas públicas de la crisis provocada por la pandemia.

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