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Dónde come McCoy | Vuelve el México más lindo: BarracudaMX, un 'must' en la capital
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Alberto Artero

Dónde come McCoy

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Ilustración: Irene de Pablo

Dónde come McCoy | Vuelve el México más lindo: BarracudaMX, un 'must' en la capital

La 'rentrée' en Madrid de Roberto Ruiz es espectacular. Liberado de la presión de las estrellas y habiendo aprendido de errores, hace una propuesta más informal que en el pasado

Foto: BarracudaMX, un 'must' en la capital. (Irene de Pablo)
BarracudaMX, un 'must' en la capital. (Irene de Pablo)
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Les voy a contar un secreto. En el verano de 2020, una vez concluida la primera ola de la pandemia, cuando la vida empezaba a recobrar una cierta normalidad, servidor se puso un reto: no repetir restaurante en los siguientes 12 meses. Es tal la variedad de oferta de la capital (y fuera de ella) que parecía un desperdicio concentrar las visitas en unos pocos locales, por más que nos hubieran acompañado toda la vida. Tocaba abrirse de miras y pescar en otros caladeros. Fruto de ello fue el #mywineanddine de mi cuenta de Instagram y, en última instancia, esta columna.

Y les diré que, de momento, he cumplido con muy contadas excepciones —nunca dejará de ser mi 'comedor' el Club Hípico de Húmera donde las hermanas De la Osa sirven un menú excepcional en un entorno único—, lo que me ha permitido descubrir sitios increíbles y vivir sonadas decepciones. La semana pasada no fue la excepción. En el mismo día, comida y cena, el yin y el yang en dos de las aperturas más sonadas de la capital: Cadaqués y BarracudaMX, ambos sujetos a una liturgia especial.

Foto: Oquendo, el discreto encanto de la burguesía. (Imagen: EC Diseño)

Cadaqués (Jorge Juan, 35, Madrid) no me gustó. Acudí al calor de lo publicado por Rafael Pola en este mismo periódico, ávido de comprobar lo que decía. Me llevé un compañero de manduca con el que comparto mesa y mantel siempre con un arroz de por medio —una de las especialidades de la casa, elaborado sobre leña de naranjo— y ambos salimos decepcionados. Nos dejamos recomendar el arroz cadaqués con almeja, mejillón, calamar y pescado de roca. Y no era nada del otro mundo. Eso sí, a 34 euros la ración (68 los dos) que es algo, a todas luces, desproporcionado. Me temo que no está Madrid preparado para esto y me temo, por ende, que la trayectoria será corta. Ojalá me equivoque.

Por el contrario, la 'rentrée' en Madrid de Roberto Ruiz tras el cierre de PuntoMX es absolutamente espectacular. Liberado de la presión de las estrellas y habiendo aprendido de errores pasados, en BarracudaMX (calle Valenzuela, 7, Madrid) hace una propuesta más informal que en el pasado, en un entorno más informal que en el pasado y con muchas más ganas de disfrutar que en el pasado. Algo que se palpa en el ambiente, de hecho, algo ruidoso de más. Recupera, así, la alegría del México más lindo y divertido para disfrute de los privilegiados que logran mesa en su garito, que empiezan a ser excepción. Ya se ha corrido la voz.

placeholder Guacamole barracuda con langostinos enchipotlados. (Alberto Artero)
Guacamole barracuda con langostinos enchipotlados. (Alberto Artero)

Arrancamos el otro día con un plato excepcional, el guacamole barracuda con langostinos enchipotlados, una manera de entrar en faena bestial. Han perdido la liturgia de la preparación 'in situ', pero no se echa en falta. Mejor así. Seguimos con la quesadilla de maíz morado rellena de huitlacoche, una propuesta sorprendente que nos cautivó en la forma y en el fondo. Muy muy rica. Nos decantamos luego por dos de los tacos de la carta: uno más clásico, el de carnitas de pato, presentado ‘deconstruido’, increíble, y otro más innovador, el de pulpo zarandeado a las brasas con pico de gallo y crujiente de yuca, que quizás fue lo que menos nos gustó (el pulpo se perdía entre todo lo demás).

placeholder Tuétano a la brasa con tostadas de atún rojo toreado. (Alberto Artero)
Tuétano a la brasa con tostadas de atún rojo toreado. (Alberto Artero)

Mención aparte merece el tuétano a la brasa con tostadas de atún rojo toreado y emulsión de chiles serranos, herencia de PuntoMX y que merecería por sí sola la visita. Por presentación, por calidad del producto, por ejecución, por el delicioso sabor de la combinación, por todo. Nos chifló, la verdad. Un imprescindible, sin duda. Con esto, una tropicolada —cremoso de coco y piña con crujiente de frambuesas de tomar 100— y un par de cócteles nos quedamos bien servidos a 50 euros por comensal que es muy razonable. Y con muchas muchas ganas de volver y darle otra vuelta al menú, cosa que no es tan frecuente en los tiempos que corren.

placeholder Tropicolada, un cremoso de coco y piña con crujiente de frambuesas. (Alberto Artero)
Tropicolada, un cremoso de coco y piña con crujiente de frambuesas. (Alberto Artero)

BarracudaMX está llamado a ser 'the name of the game' en cocina mexicana en la capital durante mucho mucho tiempo, como en su día fue PuntoMX. Roberto Ruiz se ha quitado la pretensión y la ha sustituido por altas dosis de diversión sin renunciar a la esencia de su cocina, lo que convierte su propuesta en aún más atractiva. Si tienen ocasión, déjense caer por sus predios. No se arrepentirán.

La semana que viene más y, si cabe, aún mejor.

Les voy a contar un secreto. En el verano de 2020, una vez concluida la primera ola de la pandemia, cuando la vida empezaba a recobrar una cierta normalidad, servidor se puso un reto: no repetir restaurante en los siguientes 12 meses. Es tal la variedad de oferta de la capital (y fuera de ella) que parecía un desperdicio concentrar las visitas en unos pocos locales, por más que nos hubieran acompañado toda la vida. Tocaba abrirse de miras y pescar en otros caladeros. Fruto de ello fue el #mywineanddine de mi cuenta de Instagram y, en última instancia, esta columna.

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