Mujer abrazada por un chimpancé

La esperanza gallega de los chimpancés del Congo

Lorena Bustabad

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Rebeca Atencia dirige el Instituto Jane Goodall Congo y su centro de rehabilitación para chimpancés huérfanos y heridos por furtivos. En canal Odisea se acaba de estrenar el documental ‘La esperanza de los chimpancés’ centrado en su trabajo. Desde El Confidencial hablamos con esta científica que desde 2004 ha hecho de la selva su pasión.

E

l semanario norteamericano Newsweek la señaló como una de las veinte mujeres del mundo que inspirarán a las nuevas generaciones. Ella misma se inspiró en otro icono de los setenta, Jane Goodall, activista y etóloga que dedicó su vida al estudio de los chimpancés y a su protección. Cuando la admiraba desde su Galicia natal, no imaginó que fuera a ser su sucesora. Ni que el canal Odisea le dedicase un documental en exclusiva, ‘La esperanza de los chimpancés’, que se estrenó el pasado sábado centrado en sus años de trabajo en el Congo de la mano de su mentora.

Rebeca Atencia Fernández (Ferrol, A Coruña, 1977) es la directora ejecutiva del Instituto Jane Goodall y del Centro de Rehabilitación de chimpancés de Tchimpounga, en la República del Congo. ¿Y cómo ha llegado esta veterinaria coruñesa a ser archiconocida por su labor en la recuperación de los primates? Fue un camino largo para un viaje directo que la llevó a 8.000 kilómetros de su ciudad. Siempre tuvo claro, relata, que lo suyo eran los animales. Ella se implicó con los primates y los chimpancés la escogieron a ella, hasta tejer lazos irrompibles.

Chimpancé y mujer

Rebeca Atencia con Koungoulou en el bosque.

Foto Instituto Jane Goodall

Los reconoce a todos por su nombre y por su proceder, uno a uno: Lucy, Ulengue, Ngoro, Lufino, Macu, Congui… El chimpancé, repite, es el animal que más se parece a nosotros mismos. Se enfada, se emociona, desconfía y arrastra el duelo con pesar. “Para unos soy como su madre y para otros, la doctora, la que pone inyecciones”, ríe.

De niña ya se escabullía de la casa familiar de Serantes donde jugaban sus seis hermanos para recorrer los montes de alrededor con Jaime Vázquez, el guarda forestal que fue su primer maestro de zoología y conciencia ambiental, con el que se implicó en las tardes de verano en la recuperación de los animales heridos en los incendios. Su pasión animal creció como sus huesos y la empujaron como un cohete a la Facultad de Veterinaria en la Universidad Complutense de Madrid. Con 27 años, se trasladó a África para colaborar con la ONG Help Congo en la reintroducción de los primates heridos en Douli con un manual en la maleta para aprender francés en 15 días. Funcionó. La necesidad obliga. También aprendió a manejarse en los dialectos locales, a tragarse el miedo, apretar los dientes en interminables caminatas por la selva y hacerse respetar en una sociedad machista en la que ya atisba destellos de cambio.

Chimpancé

En pocos meses, la pasión por su trabajo llamó la atención de la mismísima Goodall, que le propuso dirigir el centro de recuperación de Tchimpounga, que transformó para lograr la reintroducción de los primates en la selva. Y así hasta hoy. En el Congo nacieron en 2010 sus hijos mellizos: Carel y Kutu, que lleva el nombre del chimpancé que la protegió y le salvó la vida en el ataque de otro primate. Una crianza no exenta de dificultades y riesgos entre simios capaces de manejar llaves y abrir puertas.

Su tribu es más grande e incluye a unos 150 primates y a todo el personal del centro de recuperación, que son parte de la comunidad local y una pieza clave para luchar contra el furtivismo que azota e hiere los bosques africanos. No oculta su satisfacción porque en la última década han ido cambiando pequeñas cosas muy despacio para una transformación muy profunda en la mentalidad. “Compramos fruta en los pueblos para que entiendan que la protección también es riqueza y generamos empleos”, apunta.

“Si antes recibíamos en el centro a 10 o 12 bebés chimpancé huérfanos, ahora son uno o dos al año. Eso ya es un éxito. Tuvimos un bebé hembra, Zezé, con un machetazo en la cara, y hasta la ministra llamaba para interesarse por su recuperación. Denota un cambio en la mentalidad”, destaca. De su empeño nació el programa Chimpamig@s, para apadrinar chimpancés desde España y cualquier punto del planeta, aunque los objetivos del son triples y van más allá del cuidado de los primates; educar y concienciar para usar los recursos de forma sostenible, aplicar la ley y proteger a todos los animales en su medio natural en libertad.

Rebeca salta de Madrid al Congo con frecuencia llenando de sellos el pasaporte para compaginar la dirección del Instituto en Congo con las imprescindibles entrevistas con los Ministros de turno del continente africano que empiezan a entender que preservar su medio natural y su fauna es salvaguardar su riqueza, luchando contra el furtivismo y el comercio ilegal. De estas reuniones, arrancó el compromiso de utilizar tres islas de selva virgen para reintroducir los chimpancés rehabilitados de nuevo en su hábitat, como una de las estrategias para proteger la especie y su hábitat, a la vez que se promueven programas de desarrollo sostenible en diversos países africanos, y también de sensibilización y educación ambiental a través del programa educativo Raíces y Brotes en más de 60 países, España entre ellos.

Chimpancé

“La selva me recuerda de algún modo a los montes de Ferrol donde crecí. El olor, la humedad te atrapan”, señala. Odisea ha documentado en vídeo tres décadas de trabajo con los primates en ‘Jane Goodall: la esperanza de los chimpancés’, hasta la creación de un santuario natural para esta especie con el esfuerzo combinado de la activista británica y la veterinaria gallega. Congo es un país pequeño y empieza a ser una isla en la protección pero un faro de esperanza en el continente africano gracias a la labor constante de estas dos mujeres con nombre propio, Jane y Rebeca, la maestra y su aventajada discípula.

Chimpancé

Cuenta Atencia que cuando llegó al Congo, la carne de chimpancé se servía como manjar en la mesa de los mandatarios. La sensibilización que se ha logrado en este pequeño país en el corazón del África negra todavía no existe en otros estados africanos pero su compromiso y su voluntad de trabajo es irrefutable. Trabajar hasta que los centros de recuperación no tengan razón de ser porque su vida no sea amenazada.

Créditos
  • Reportaje

    Lorena Bustabad

  • Diseño y dirección de arte

    Fernando Puente

  • Maquetación

    María del Mar Pérez

Arcadia

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