Sapillo balear

Ofrecido por DAMM

No estaba extinguido, sino escondido: un sapo mallorquín ‘resucita’ tras vivir años en la Tramuntana

POR EC BRANDS

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A finales de los años 70 este anfibio fue dado por extinguido tras descubrir sus restos fósiles en Mallorca. Años después hallaron unos pocos ejemplares vivos escondidos en lugares recónditos de la Serra de Tramuntana. Hoy, el Govern balear, el zoo de Barcelona y Damm luchan por reintroducir esta especie.

E

ncontrar con vida un anfibio que pisó la tierra hace millones de años y del que, hasta el momento, solo se habían hallado restos fósiles, puede sonar a película de ciencia ficción. Pero no lo es. Todo empezó a finales de los años 70 cuando el sapillo balear fue visto por primera vez petrificado en un yacimiento paleontológico de las islas Baleares. Una especie jamás observada que, unos años más tarde y tras darse por extinguida, trajo consigo un descubrimiento inesperado: algunos ejemplares vivos fueron encontrados en las torrenteras de montaña de la sierra de Tramuntana, al norte de Mallorca.

Este anfibio autóctono, también conocido como ferreret, vivía escondido en los lugares más recónditos e inaccesibles de las montañas. Es nocturno, y si a esto le sumamos su diminuto tamaño (apenas cuatro centímetros de longitud), podemos vislumbrar la respuesta de por qué nunca había sido localizado. “Los barrancos encajados entre paredes escarpadas estaban siendo su último refugio. Gracias a la inestabilidad de la zona han podido cobijarse de los depredadores”, cuenta Sito Alarcon, director del zoo de Barcelona, que actualmente trabaja para estabilizar la población de esta especie en la naturaleza.

Características físicas

Peso
5 - 10 g
Tamaño
3 - 4 g
Esperanza de vida
Más de 10 años

Biología

Habitat
Habitat Agua dulce
Vida social
Vida social Solitaria
Alimentación
Alimentación Insectívora

Reproducción

Gestación
Gestación 5 - 15 días
Cría 7 - 12 huevos

Y es que, el Gobierno balear ha puesto en marcha diferentes medidas de conservación de la mano del zoo catalán; y con las que, a día de hoy, también colaboran otras entidades como Damm. Las acciones incluyen, además de la cría en sus instalaciones, su posterior liberación, la restauración de sus hábitats atajando la contaminación (a la que los anfibios son muy sensibles) y el control de especies invasoras con fuertes campañas de prevención y control. El último recuento anual en 2020 finalizó con 30.787 larvas, un número semejante a los dos años anteriores, cuando se contabilizaron 29.314 y 29.672. “Todos los años liberamos ejemplares. El año pasado fueron 78. Ya hemos conseguido una población casi estable y seguiremos sumando esfuerzos para salvarlos”, apunta Sito Alarcon.

Poco a poco, se van recogiendo los frutos. Así, la situación del sapillo balear ha pasado de “peligro crítico” a “vulnerable” en los últimos años, según la catalogación de la lista roja de la Unión Internacional para la Conservación de la Naturaleza, UICN. Este proyecto de recuperación, además, ha recibido el reconocimiento internacional y está sirviendo de modelo para otros planes de conservación.

Islas Baleares

Pero, ¿qué ocurrió con este animal? ¿Por qué ha sido encontrado al borde de la extinción?

Los ancestros del sapillo balear llegaron a esta zona hace más de cinco millones de años. Viajaron desde la península cuando se desecó el Mediterráneo. Años después, el estrecho de Gibraltar se abrió, los archipiélagos quedaron separados y permanecieron aislados hasta hoy, llegando en su día, incluso, a ocupar por completo Mallorca y Menorca por la ausencia de predadores terrestres. Pero la fauna autóctona de cualquier punto del mundo puede verse amenazada por la introducción de especies exóticas a manos del ser humano. Y esto es, precisamente, lo que ocurrió, según relata Alarcón.

El depredador más importante es la culebra viperina, que ocupa las partes más bajas de los torrentes donde vive este sapo. Se piensa que fueron los romanos los que la introdujeron junto a otras muchas especies como la rana común, la gineta o la serpiente de cogulla. A día de hoy, de hecho, la llegada de culebras no autóctonas sigue dándose en la isla: “El ferreret tiene una presión muy significativa. Mucha gente compra olivos u otros árboles para la jardinería, procedentes de la península. Vienen con tierra, y en esta tierra llegan culebras que son grandes depredadores para ellos”, lamenta el director del zoo.

Un hongo que está acabando con los anfibios del planeta

Pero, más allá de esta especie invasora, el ferreret se enfrenta a otros desafíos que representan una gran amenaza para él y, en general, para todos los anfibios: el hongo quítridio, extremadamente peligroso para ranas y sapos y ya presente en Mallorca. “Causa una enfermedad, la quitriodiomicosis que les cubre la piel y les impide respirar, es mortal para ellos. Los datos confirman que es más grave de lo que podemos pensar", explica Sito Alarcón.

Sapillo balear

Esta enfermedad (quitridriomicosis) ha llevado a la extinción a unas 90 especies de anfibios, según las conclusiones de un equipo internacional de investigadores con participación del Museo Nacional de Ciencias Naturales, perteneciente al CSIC. El estudio, de hecho, confirma que ya ha provocado la mayor pérdida de biodiversidad asociada a una enfermedad en la historia del planeta. “Hay animales que corren un alto riesgo de desaparecer. En el zoo somos extremadamente cuidadosos porque la continuidad del ferreret está en nuestras manos. Trabajamos con condiciones de bioseguridad, similares a las condiciones de trabajo en laboratorios biológicos, trajes de protección, mascarillas, pantallas, protección en los pies e incluso sistemas de filtración del aire y purificación de las aguas... Todo para evitar que este hongo entre en las instalaciones”, añade.

A esta amenaza se suman enfermedades como el ranavirus y otras causas externas como el cambio climático y el estrés hídrico actual. “Las medidas administrativas a gran escala son necesarias, pero al ferreret no le va a salvar un Real Decreto, los pequeños impulsos de colaboración como este son los que marcan la diferencia y en este caso concreto, los que devolverán al sapo mallorquín a nuestra isla de origen”, explica Sito.

Créditos
  • Reportaje

    EC BRANDS

  • Diseño y dirección de arte

    Fernando Puente

  • Maquetación

    María del Mar Pérez

Arcadia

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