Estos pescadores están rescatando a las tortugas heridas de las costas de Cádiz y Huelva

Las acciones se han ido multiplicando. A nivel Nacional se han desarrollado algunas como ‘Tortuga a Bordo’ en Andalucía y Murcia -que finalizó hace unos años-, y otras similares en Catalunya y Valencia. Todos estos proyectos han servido de inspiración y apoyo para S.O.S. Caretta, pescadores por la biodiversidad, un proyecto que se centra en formar, motivar y dotar de los recursos necesarios para que los pescadores puedan rescatar a las tortugas en el Golfo de Cádiz. Es coordinado por la Asociación Hombre y Territorio y cuenta con la colaboración de Fundación Cepsa y la Junta de Andalucía, entre otras entidades ambientales, portuarias y pesqueras. Y con él, precisamente, ya colaboraba la Cofradía de Sanlúcar de Barrameda cuando Jose Carlos recibió la llamada el pasado mes de enero.

“Era una tortuga común (Caretta caretta), una de las especies más frecuentes en el Mediterráneo. Activamos el protocolo de actuación, llamamos al 112 mientras el barco trajo al animal hasta la Cofradía para que el personal del Centro de Recuperación de la Junta viniera a recogerla allí”, comenta Macías, quien afirma que, aunque los pescadores se sintieron “algo perdidos” en esta ocasión, sirvió como punto de partida para las siguientes. “Si no se les enseña a proceder ante una situación así, por desconocimiento, la devuelven directamente al mar, y aunque aparentemente no esté herida, sin la evaluación del personal especializado muchas veces es difícil saber si los ejemplares tienen algún problema”.

Lo cierto es que, desde la puesta en marcha del proyecto hace apenas cuatro meses, la colaboración con el sector pesquero no ha parado de crecer. Además de la Cofradía de Sanlúcar de Barrameda, también están aunando esfuerzos la de Santo Cristo del Mar de Punta Umbría, la de Tarifa, la Asociación Isleña de Armadores Pesqueros y la Cofradía Virgen del Carmen de Isla Cristina. "Ya ha sido posible contar con numerosos apoyos, como la Junta de Andalucía, el Ministerio para la Transición Ecológica y Reto Demográfico, el Ministerio de Agricultura, Pesca y Alimentación, cofradías, asociaciones y entidades pescadores y se han empezado a obtener muy buenos resultados”, dice Patricio Peñalver, coordinador del proyecto.

La cooperación con el sector pesquero permite obtener conocimiento sobre esta especie, que actualmente no tenemos, y diseñar políticas más acertadas para su conservación. “Ellos son los que tienen capacidad para rescatarlas, poner de relevancia la cantidad de tortugas que hay en el Golfo de Cádiz y mentalizar a la sociedad. Además, se conciencia a un sector cuyo trabajo interacciona con las tortugas y esto hará que su impacto en ellas se intente minimizar al máximo”, añade Peñalver.

La iniciativa comenzó en 2020, pero no es hasta octubre de 2021 que ya se había dotado de los recursos necesarios. Así, la cifra de rescates -hasta el momento 28 tortugas- es impactante si tenemos en cuenta que hasta esa fecha, la media de ingresos en el Centro de Gestión del Medio Marino Andaluz (Cegma) era de dos o tres al año salvadas en la orilla, según la bióloga marina responsable del centro, Mari Carmen Arroyo. Tras la captura, todas las tortugas se han llevado a este lugar, que pertenece a la Consejería de Agricultura, Ganadería, Pesca y Desarrollo Sostenible de la Junta de Andalucía; excepto tres de ellas, que han sido trasladadas al Acuario de Sevilla.

En el estómago de las tortugas marinas se encuentran restos de bolsas de plástico, palillos sanitarios, cuerdas y restos de aparejos pesqueros, anzuelos, alquitrán y trozos de madera, entre otros residuos

En los últimos años, además, otras muchas han ingresado al centro procedentes de nidos encontrados en las playas, algo completamente nuevo: “La común en el mediterráneo andaluz es muy poco habitual, describiéndose el año pasado el primer nido de la historia en costas malagueñas. Desde el Cegma gestionamos el nido para aumentar la probabilidad de supervivencia, las alimentamos durante un año en el centro antes de soltarlas al mar, porque son una especie muy vulnerable y la tasa de mortalidad es muy alta durante los primeros años de vida”, cuenta Daniel Sánchez Román, delegado territorial de Desarrollo Sostenible de la Junta de Cádiz.

Poner una solución a la cantidad de problemas que enfrentan estos animales no es tarea fácil. “La protección de las zonas de puesta, de los pasillos migratorios, áreas de forrajeo, de invernada, de encuentro para la cópula, y, en general, tanto de áreas próximas a la costa como de aguas en mar abierto, son fundamentales para la recuperación de las poblaciones en peligro, con las dificultades de control que eso entraña”, opina Camiñas. ¿Se está haciendo lo suficiente? Según Juan Antonio Camiñas, aunque queda mucho por hacer, los pasos se están dando en algunos países con la puesta en marcha de Planes de Recuperación que incluyen medidas orientadas a su protección.

Pero en este escenario, un factor clave es la colaboración entre los distintos territorios, ya que, al migrar de un lugar a otro, a lo largo de su vida pasan por regiones con jurisdicciones totalmente diferentes, y el control se complica: “Para su conservación necesitan que la gestión de sus poblaciones se realice en un marco internacional, incluyendo a la mayoría de los países por los que discurre su ciclo de vida. Lo componen las organizaciones y convenios internacionales, como el de Barcelona, el de Berna o Cites, entre otros”, añade Camiñas en otro estudio. En todo caso, según él, la educación es otro de los pilares básicos si queremos avanzar en el camino: “Tenemos que informar sobre los peligros existentes, los medios para luchar contra ellos y las posibilidades de mejorar y reducir, en ámbitos locales, los graves problemas que acechan a estas especies”, ultima.

“El proyecto ‘SOS Caretta’ es un ejemplo de ello. Estamos consiguiendo unos resultados muy positivos en la implicación del sector pesquero y el bajo impacto que la interacción pesquera se está observando hasta el momento. Además, en este éxito es clave la red de apoyo, en coordinación con la Junta de Andalucía y del resto de entidades pesqueras, ambientales y portuarias, todo un ejemplo de esfuerzo de cooperación para abrir un nuevo horizonte para estas especies amenazadas”, ultima Peñalver.