Neuróloga que le ha puesto cara a la migraña

Una neuróloga española, detrás del diagnóstico que quiere acabar con la migraña crónica

Por Romina Vallés

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Foto Daniel Díaz Calvo.

Una detección precoz y personalizada de la migraña podría evitar que este dolor, la enfermedad neurológica más frecuente según la Sociedad Española de Neurología (SEN), se cronifique. Hoy, su diagnóstico solo se basa en los síntomas. Sin embargo, una prueba pionera permitiría clasificarla, por primera vez, con un análisis molecular a través de la saliva

E

l dolor, a veces, le invade media cabeza; otras, se le concentra en la frente. Es entonces cuando el más mínimo ruido o luz se vuelven insoportables. Se puede pasar horas en la cama, sin ni siquiera poder girar el cuello o moverse. Ana se encuentra entre esos cinco millones de personas que, según el Grupo de estudio de cefaleas de la SEN, sufren migraña en nuestro país, el 12% de la población. Un millón la padecen crónica: eso son al menos 15 días al mes con dolor de cabeza.

La migraña episódica está por debajo de esas 15 veces al mes. La de Ana, además de crónica, es refractaria, resistente a la medicación. “Si tengo que abandonar una reunión o una mesa, la gente que no me conoce, me pregunta: “¿Cómo es que desapareciste de repente?” Intentas disimular para no parecer una llorona, pero hay días en que no eres capaz”.

Su migraña no fue siempre tan agresiva: “A los cuatro años (tiene 38) empezaron los dolores de vez en cuando. Luego venía un brote cada dos semanas; después, dos a la semana y desde hace cuatro años, el dolor está conmigo, en mayor o menor intensidad, las 24 horas”. Ahora que está embarazada, lo único a lo que puede recurrir son los pinchazos de anestesia.

El perfil de la migraña:
mujer de entre 20 y 40 años

Ocho de cada diez afectados son mujeres. El 80% de estas mujeres tienen entre 20 y 40 años, lo cual conlleva consecuencias socioeconómicas, al ser las edades que se corresponden con la mayor productividad laboral. Cada paciente representa unos costes sanitarios de 13.000 euros al año, entre visitas, hospitalizaciones, tratamientos y bajas, según expertos del Libro Blanco de la migraña en España.

Este documento se presentó a finales de 2021 por parte de siete sociedades científicas y de pacientes para visibilizar la urgencia de aprobar un Plan Estratégico Nacional de la Migraña. Porque parte de este elevado coste la tiene su desconocimiento, al confundirse con un simple dolor de cabeza asociado a otras patologías, estrés o falta de descanso. El 75% de los pacientes tarda más de 2 años en obtener un diagnóstico.

Avances en los tratamientos

Irene, de 39 años, gestiona su dolor, de unos 15 días al mes, “intentando descansar al máximo para prevenir los ataques y, cuando llegan, encomendándome a los triptanes, que son los medicamentos que te salvan la vida en los brotes agudos”. Para prevenir los ataques, el avance llegó en 2019 de la mano de los anticuerpos monoclonales anti-CGRP, “las ‘vacunas’ contra la migraña, que, aunque no son propiamente vacunas, bloquean la acción de una proteína clave en la enfermedad, y han demostrado su eficacia incluso en casos severos,” explica el neurólogo David Ezpeleta.

Precisamente, tras probar Ana más de 12 tratamientos distintos, incluídos los pinchazos de bótox en la cabeza, el doctor Ezpeleta, actualmente Secretario de la Junta Directiva de la Sociedad Española de Neurología, incluyó a la joven en el ensayo de una de esas ‘vacunas’ contra la migraña. “El dolor no desapareció, pero se consiguió un control de los síntomas que le permitió desarrollar su vida personal y profesional con razonable normalidad”, explica. Aunque hoy por hoy, “en pacientes complejos hay que marcarse objetivos terapéuticos alcanzables. Si te dicen que pueden curar tu migraña, o no saben de qué hablan, o te están engañando”.

Uno de cada cuatro pacientes no ha consultado nunca al médico y hasta el 40% no tiene un diagnóstico correcto, por lo que suele caer en la automedicación, según la SEN

Cada año, según la SEN, un 3% de los pacientes con migraña poco frecuente o episódica, desarrollan una forma crónica de esta enfermedad. De ahí la importancia de un diagnóstico precoz, que, a día de hoy no existe: “El problema empieza porque la migraña no se considera como otras enfermedades, como puede ser la diabetes, en la que te hacen un análisis y te dicen que tienes azúcar en la sangre”, asevera la doctora Patricia Pozo, jefa del grupo de Cefalea y Dolor Neurológico del Vall d’Hebron Instituto de Investigación (VHIR), que creó en 2007, y directora del reciente Migraine Adaptive Brain Center, en Barcelona.

En un mundo ideal, la migraña debería poder detectarse con una prueba médica. “A día de hoy, los criterios para diagnosticarla son clínicos, basados en lo que sabemos del paciente; no incluyen exploraciones complementarias ni analíticas”. La buena noticia es que esa prueba en la que está investigando la doctora Pozo y su equipo está más cerca que nunca: “Se trataría de un test que funciona con la saliva del paciente, mucho menos invasivo que con la sangre, y que, en pocos minutos nos daría el diagnóstico”. Por fin la migraña tendría su propio DNI.

La dra. Pozo en la cámara aislada de los experimentos, con una paciente.
Foto Daniel Díaz Calvo.

La dra. Pozo en la cámara aislada de los experimentos, con una paciente.

El problema empieza porque la migraña no se diagnostica como otras enfermedades, como puede ser la diabetes. Dra. Patricia Pozo

Según los primeros resultados de la investigación, a los que El Confidencial ha podido acceder en exclusiva, se ha visto que las mujeres con migraña presentan niveles más elevados de la proteína CGRP respecto de las mujeres sanas. Al medir esta proteína en la saliva, se ha comprobado, además, que existen dos tipos de ataque de migraña distintos en función del comportamiento de la CGRP.

“Esto nos abre la puerta a un diagnóstico molecular clasificatorio, por fin, de la migraña; y, por tanto, a poder hacerle medicina personalizada”, nos explica la doctora Pozo. De esta forma, de la clasificación actual de la migraña, con base en sus síntomas, “vamos a ir a otra más biológica e incluso dinámica, porque la migraña no es igual en la infancia que a los treinta años”.

Otra de las principales líneas de investigación de este equipo, único en España y pionero en la forma de trabajar en el mundo por su enfoque multidisciplinario (estudian la migraña desde su parte clínica, molecular, de imagen y neurofisiológica/conductual), es desentramar cómo es el cerebro del migrañoso. “Por medio de unos gorros de electrodos que colocamos al paciente podemos observar su actividad cerebral. Estamos viendo que la migraña podría venir de un componente diferencial en el cerebro, además de los factores genéticos, que ya conocíamos”.

Dra. Pozo en el Hospital Vall d’Hebron
Foto Daniel Díaz Calvo

La dra. Pozo investiga la migraña en el Hospital Vall d’Hebron desde 2007.

Para llegar a conclusiones como estas, han habilitado una cámara acorazada, insonorizada y cubierta de cortinas negras y luz tenue para los experimentos, “así el sujeto solo se va a concentrar en el estímulo que le proporcionamos, visual o auditivo. A través del gorro de electrodos que se le coloca, podemos ver su respuesta cerebral, lo que nos da pistas sobre cómo funciona su cerebro. Y resulta que responde de forma distinta al de alguien sano: se excita con más facilidad y le cuesta más volver al estado de no excitación.

Estos experimentos sirven ahora para investigar, “pero podrían ser el embrión de una forma futura de semidiagnosticarnos o controlar nuestra propia migraña desde el sofá o la cama de casa. Imagínate que lo podemos hacer gracias a una ‘app’”.

Lo que está claro para esta neuróloga es que el abordaje de la migraña hay que hacerlo desde diferentes perspectivas. “Y por supuesto, es necesaria una mayor inversión para lograrlo”. Solo así se podrá aumentar el acceso a la atención, al tratamiento personalizado, a predecir los ataques… y a empoderar y educar a los enfermos de migraña, para que, en lugar de vivir planificando su dolor, vivan planificando su vida”.

Créditos
  • Reportaje

    Romina Vallés

  • Fotografía

    Daniel Díaz Calvo

  • Diseño y dirección de arte

    Fernando Puente

  • Maquetación

    María del Mar Pérez

Arcadia

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