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Enjambres con inteligencia artificial

El Pentágono quiere nubes de miles de drones para detener a China en Taiwán

Después de varios juegos de guerra, la fuerza aérea norteamericana afirma que los enjambres de drones serán decisivos en una invasión china de la isla de Taiwán

Ilustración de un enjambre masivo de drones de combate

Enjambres masivos de drones, con miles de unidades volando de forma coordinada controladas por una inteligencia artificial central, serán decisivos en una posible invasión de Taiwán por el ejército chino. Ésa es la conclusión a la que ha llegado la fuerza aérea norteamericana después de múltiples juegos de guerra simulados.

Según David Ochmanek — ex Subsecretario Adjunto de Defensa para el Desarrollo de las Fuerzas Armadas e investigador senior de asuntos internacionales y defensa del ‘think tank’ RAND Corporation — estos enjambres serán vitales para poder derrotar a las fuerzas aéreas y navales del invasor chino, que partirán de la costa continental en oleadas a una distancia de sólo 161 kilómetros.

"Estamos realizando simulaciones de escenarios en los que estamos tratando de hundir rápidamente la flota de invasión en el Estrecho”, cuenta Ochmanek, “tratando de despejar los cielos de los combatientes del EPL [Ejército Popular de Liberación chino], transportes [navales, con tropas de desembarco], helicópteros de ataque [y] helicópteros de transporte.”

En el vídeo sobre estas líneas (encontrado por el blog militar The War Zone) Ochmanek afirma que los enjambres de miles de drones son decisivos para repeler la invasión en menos de diez días, el límite que las simulaciones han fijado para que Taiwan salga vencedora del lance. Al contrario que el escenario de Ucrania — donde la invasión ilegal del autócrata ruso Vladimir Putin se ha extendido ya a tres meses — Taiwan es un objetivo demasiado pequeño para convertirse en una guerra a largo plazo: quien venza de forma casi inmediata ganará la partida.

Enjambres de miles de drones

Ha sido precisamente en Ucrania donde los drones de bajo coste han demostrado que la guerra ha cambiado para siempre. El efecto destructor de drones ucranianos — como el Bayraktar turco, las bombas voladoras Switchblade norteamericanas y los drones de marcas comerciales como DJI para la captura de datos con los que llevar los ataques — es incontestable. Tanto que los rusos se han apresurado para desplegar un cañón láser experimental para intentar acabar con ellos.

Test de cazas F-18 lanzando drones controlados por una inteligencia artificial central

Pero estos drones de bajo coste — capaces de llevar la eliminación de equipos militares que cuestan cien veces más y las miles de vidas que representan — no son nada comparado con lo que EEUU tiene en mente para defenderse contra el imperialismo chino en el Pacífico.

Ochmanek dice que el escenario es claro: “Imagina mil vehículos aéreos no tripulados sobre Taiwán y el estrecho de Taiwán. No son aviones grandes, pero vuelan a alta velocidad subsónica. Puedes imaginar que su sección transversal de radar es indistinguible de la de un F-35. Los vehículos aéreos no tripulados están básicamente delante. Están haciendo la misión de detección. Los aviones tripulados van detrás [del enjambre]. Imagina ahora ser un operador de [un sistema de misiles tierra-aire] SA-21 en la parte continental de China o en uno de los grupos de acción de superficie. Si no los destruyes, te vamos a encontrar. Y si te encontramos, te vamos a destruir.”.

Una nueva carrera armamentística

A partir de ahí, Ochmanek describe tres escenarios y ninguno es bueno para los chinos. El resultado es siempre el mismo: la saturación de sus sensores y sistemas de armamento con drones de usar y tirar, neutralizando su capacidad de ataque y respuesta. Si las baterías antimisiles y la fuerza aérea china — que siguen sin tener sensores sofisticados — están ocupadas intentando eliminar miles de drones volando de forma coordinada controlados por una inteligencia artificial, no pueden centrar su capacidad ofensiva en atacar a los aviones de combate norteamericanos y taiwaneses.

También hay drones navales diseñados para detectar y atacar submarinos

No sólo eso: estos aviones no tienen ni que encender sus sistemas de radar para poder localizar y destruir blancos porque el enjambre es de forma efectiva una red de sensores masiva capaz de mapear todo el escenario de batalla. Eso es una ventaja enorme porque les hace invisibles a los sistemas de ataque guiados por señales de radio.

Obviamente, todo esto no es ahora tan fácil. El Pentágono tiene varios programas para crear estas máquinas de usar y tirar en varios puntos de desarrollo pero todavía lejos de entrar en combate. Los chinos tampoco se van a quedar de brazos cruzados. Sabemos que están desarrollando sistemas similares. Y además, ambos bandos están trabajando en sistemas de intercepción y anulación de estos enjambres.

Lanzamiento de enjambres de drones de intercepción anti-dron desde un navío de guerra americano (Raytheon)

En definitiva, estamos ante una nueva carrera armamentística que lleva varios años en estado embrionario y que está acelerándose hacia su fase final. La batalla la ganará aquel que tenga la mejor aviónica, comunicaciones y, sobre todo, inteligencia artificial. Desafortunadamente, China está muy avanzada en todas esas disciplinas — y lo que no tiene, lo copia — aunque EEUU tenga el liderazgo en estos momentos.

No está claro quién ganaría en esta nueva guerra de desgaste con miles de vehículos automatizados. Lo único que sabemos es que, en pocos años, las batallas van a ser más parecidas a las películas de ciencia ficción que a la realidad actual.

Taiwán Militar Aeronáutica
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