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nicholas stern participa en la cumbre de donostia

"Se nos acaba el tiempo": las preocupantes advertencias del 'gurú' del cambio climático

El economista autor del informe que en 2006 alertó de los efectos del calentamiento global, advierte de que "no se están dando los cambios necesarios" y llama a "provocar una aceleración"

Nicholas Stern en la Conferencia Internacional sobre el Cambio Climático 'Change the change' de San Sebastián. (EFE)

Están las palabras para negar a los negacionistas del cambio climático. El presidente del Gobierno, Pedro Sánchez, habla de “ignorantes”. Rechazar esta realidad es, como ejemplifica, “negar la propia ley de la relatividad o volver a la teoría de que la Tierra es plana”. Y luego están los hechos. Esos, por ejemplo, que reflejan que la Conferencia Internacional sobre el Cambio Climático ‘Change the Change’ que se celebra esta semana en San Sebastián llega justo después de dejar atrás un febrero especialmente anómalo en cuanto a la climatología, con numerosos récords de temperaturas alcanzados en diferentes puntos de España. Estos datos funcionan como un indeseable ‘aliado’ para alertar de las consecuencias del calentamiento global. Un escenario no deseable, pero a la postre un socio para reforzar la advertencia de que es necesario darle más aire a la actuación contra el cambio climático

Pero volvamos a las palabras. Porque en ocasiones son muy importantes y golpean más sobre las conciencias que los propios hechos. Sobre todo si preceden de uno de los gurus de la lucha contra el cambio climático, de Nicholas Stern, del economista y académico británico que en 2006 removió los cimientos del planeta, de la conciencia global, con su famoso informe que alertó de las nocivas consecuencias del calentamiento global en la economía mundial, en la que fue la primera gran alerta dada por un no experto en clima. El autor del ‘informe Stern’ es el gran protagonista de la conferencia de Donostia, convertida en una trascendental parada –la cumbre está considerada la más importante en este ámbito a nivel europeo de 2019– dentro de su continuo periplo por todo el mundo para concienciar sobre la necesidad de “acelerar” la actuación contra el cambio climático –la cumbre está con. En su maleta viajan impactantes advertencias.

"Lo que hagamos en las próximas dos décadas será decisivo para el devenir del planeta"

La principal y más relevante: “Lo que hagamos en las próximas dos décadas será decisivo para el devenir del planeta”. Esto es, el triunfo o la derrota de este partido de millones de años se juega en 20 años. El término “acelerar” se incrusta en cada intervención de este Lord y presidente del Instituto de Investigación Grantham sobre Cambio Climático y Medio Ambiente de la London School of Economics. Porque es un desafío de gran magnitud. Apresurar, apremiar, agilizar… En cada alocución se inserta un sinónimo. Ya de por sí el título de una conferencia resume a las buenas su discurso. “Hay que acelerar el ‘cambio del cambio”, insiste. Y lo resume con una elocuente intervención. “La pregunta no es si debemos hacerlo, porque la respuesta es un ‘si’. La pregunta tampoco es de qué forma, porque están los recursos y la tecnología para ello. La cuestión radica en el cómo lo podemos acelerar”, expone.

Y en este cómo está la clave. O, lo que es lo mismo, en el sentido de la dirección por dónde caminar. Tras esta advertencia se encuentra implícita la demanda de mejores políticas (o políticos, que viene a ser lo mismo). “La lucha contra el cambio climático podría ser más efectiva si las políticas fueran mejores. Con buenas políticas podríamos gestionar mejor el cambio climático”, subraya. La lucha contra el cambio climático “tiene que ver con la tecnología, con la política, con la economía…”. Si por él fuera, lo más urgente sería “intentar cambiar la forma en la que producimos y consumimos”. “Lo más importante es reconocer que se tiene que actuar a lo largo y ancho de toda la sociedad y toda la economía”, remarca. “Cada uno tenemos en nuestras manos el futuro del crecimiento del planeta”, asevera.

"La lucha contra el cambio climático podría ser más efectiva si las políticas fueran mejores: urge cambiar la forma en la que producimos y consumimos"

Se muestra “cauto” a la hora de priorizar las medidas a llevar a cabo en la lucha contra el cambio climático porque, además, “no se puede tener la expectativa de que solo existe un factor que sea la solución”. Pero, puestos a vestirse con el traje de ministro de Medio Ambiente, apunta a varias medidas: No permitir el acceso de coches con motores de combustión interna a las ciudades a partir de 2025, implantar planes concretos para la reducción de emisiones eléctricas hasta 2040, activar medidas financieras como impuestos a los combustibles, realizar planes de pensiones que atiendan a la inversión en proyectos responsables en temas medioambientales… “Podría seguir con más medidas…”, puntualiza.

Pero el tiempo también apremia para Stern. Mejor dicho, para la organización de la cumbre por la apretada agenda impuesta a quien es una de las mayores autoridades internacionales contra el cambio climático. Pero él gana tiempo para avanzar en sus políticas. ¿A quién debería dirigirse los mensajes? “Yo me centraría en los jóvenes, hay que meterles presión, que sean conscientes de que es necesario apremiar este cambio”, detalla. “Y buscar liderazgo”, puntualiza. Y aquí valora el rol que están desempeñando los gobiernos español y vasco en la lucha contra el cambio climático. La presencia de Sánchez y del lehendakari Iñigo Urkullu en la conferencia, según afirma, es una elocuente muestra de la importancia que ambos ejecutivos dan a esta cuestión.

En todo caso, Stern rehúsa emplear el término “ignorantes” para calificar a los negacionistas del cambio climático, algunos de ellos líderes mundiales importantes, que sí ha sido utilizado Sánchez en la apertura de la cumbre. El presidente del Gobierno ha decidido sumarse a esta conferencia, en la que medio centenar de los “mejores especialistas en el cambio climático expondrán durante tres días en las tripas del Kursaal las iniciativas de vanguardia en diferentes ámbitos de actuación ante 600 asistentes, para dejar constancia de que la lucha contra el cambio climático ocupa un lugar predominante en la agenda de La Moncloa.

Stern alerta de las consecuencias del cambio climático. (EFE)

“El movimiento está ahí de forma imparable”, replica Stern para dejar constancia de que los negacionistas, aunque “no son muchos”, no van a conseguir paralizar una lucha que “sigue adelante” con el apoyo de los “países más importantes”. Es cierto que la llegada de Donald Trump a la Casa Blanca “no sirve de ayuda”, pero “si la pregunta es si el presidente de Estados Unidos va a parar el progreso, los avances contra el cambio climático, la respuesta es clara: no”. Porque, como evidencia, desde la elección de Trump se ha producido una “gran progresión”, en especial en los dos países más poblados, China e India, que “se han sumado a este cambio inevitable e ineludible que estamos viviendo” plantando cara a Estados Unidos. Además, países de África y Latinoamérica están en la actualidad “despuntando” en este ámbito. “Siempre habrá negacionismo, pero el mundo sigue avanzando”, incide.

Además, prosigue, en diferentes regiones de Estados Unidos se “continúa avanzando” en la lucha contra el cambio climático a pesar de que el líder del país niegue la existencia de este problema global en base a unos supuestos informes. Por ello, emplaza a Trump a hacer públicos estos estudios “si realmente ha tenido acceso a resultados que contradicen 200 años de evidencias científicas”. Porque, como advierte, la “obligación fundamental” de los políticos consiste en “identificar los riesgos y gestionar estos riesgos”. Pero Stern duda de que existan estos supuestos informes y advierte a los políticos que respaldan las tesis negacionistas de que “no solo están en el lado equivocado de la ciencia, sino también en el lado equivocado de la Historia”.

Existe un antes y un después con la Cumbre de París de diciembre de 2015 que selló un acuerdo histórico contra el cambio climático con el compromiso adoptado por los 195 países presentes para limitar el aumento de la temperatura media del planeta por debajo de los dos grados para finales de siglo. En todo caso, Stern considera que el techo deseable debería ser de 1,5 grados. Ese medio grado puede resultar crucial y, de hecho, un equipo internacional de científicos elaboró un informe publicado el pasado año en la revista especializada ‘Science’ en la que aseguran que limitar a 1,5 grados el acuerdo de París salvaría a la gran mayoría de las especies del cambio climático.

No es un cuestión baladí si se tiene en cuenta, como recuerda Stern, de que “en tres millones de años no hemos cambiado tres grados” la temperatura de la Tierra. “1,5 grados ya es demasiado”, alerta. Medio grado supone que la población expuesta al calor extremo pase del 14% al 37%, que las sequías se multipliquen por dos, al igual que los fenómenos climatológicos extremos. Y lo que afecta a España, constata: de subir la temperatura por encima de los objetivos fijados por París, hasta los tres grados, existe un “claro riesgo” de que la península se convierta en el desierto del Sahara. Con la mirada puesta en el presente, como refleja, el incremento de las emisiones de gases de efecto invernadero ya han provocado que "los preocupantes fenómenos que se vislumbraban como una posibilidad se hayan convertido en una realidad" por lo que sucede en el Ártico y en el Antártico.

"Si la temperatura del planeta sube hasta los tres grados existe un claro riesgo de que España se convierta en el desierto del Sahara"

Stern presentó su famoso informe en 2006, un año antes de que viera la luz el iPhone. Hoy, trece años después, el “cambio tan radical” que ha experimentado la telefonía móvil evidencia que también en materia medioambiental “se pueden acelerar los cambios” contra el calentamiento global. Porque, como constata, “quién iba a pensar hace diez-doce años que el almacenaje de la energía eólica iba a ser más barato que los combustibles fósiles” o que “las compañías más importantes del planeta estén hablando hoy en día del fin de las energías fósiles”. Ahora –explica– existe la posibilidad de gestionar a nivel digital las ciudades, el transporte, la energía, la electricidad o la economía, algo que no era posible “ni inimaginable” en la época del nacimiento del iPhone.

Se trata, de este modo, de aprovechar este escenario de oportunidades. Por lo pronto, será necesario “descarbonizar todos los nichos de la economía”, algo que considera factible. A este respecto, resalta que ya se están dando avances “fundamentales” en ámbitos como el acero o el cemento. “Será difícil, pero todo llegará”, expone. Ahora bien, Stern vuelve a la fundamental cuestión del tiempo. “El mundo no está cambiando lo suficientemente rápido. Se están dando progresos pero no como la rapidez necesaria. Se nos está acabando el tiempo”, sentencia para insistir en la necesidad de "provocar una aceleración" y actuar de forma “decisiva, rápida y de manera global”. “Todo lo que hemos visto hasta ahora es minúsculo en comparación con los cambios venideros”, subraya.

"El Brexit está provocando una gran distracción, pero la lucha contra el calentamiento global es sólida: La colaboración con Europa seguirá siendo buena en el futuro"

A muy corto plazo, en el Reino Unido, existe la amenaza del Brexit y sus posibles consecuencias en la lucha contra el cambio climático. Stern, defensor a ultranza de la permanencia en la Unión Europea, considera que el Brexit está provocando una “gran distracción”, pero celebra que la lucha contra el calentamiento global es “sólida” en su país, por lo que no cree que la salida de la UE tenga efectos relevantes. “La colaboración con Europa seguirá siendo buena en el futuro. Hay importantes líderes europeos que son referentes en el mundo en la lucha contra el cambio climático y que ven al Reino Unido dentro de estos líderes”, señala. “Pero sería mejor si no nos marchamos”. Palabra de quien es un integrante “independiente y trasversal” de la Cámara de los Lores. “Yo voy a trabajar por que mi país continúe con la lucha contra el cambio climático”, constata. Pero no solo en su país. Su agenda tiene ya concertadas muchas citas en rojo por todo el mundo para advertir de las consecuencias de no acelerar el cambio. “Lo que hagamos en las próximas dos décadas será decisivo”, insiste.

Además, en esta lucha –pone de manifiesto- hay "muchos atractivos”, entre ellos la creación de nuevos puestos de trabajo. Según indica, existen “formas muy atractivas” de abordar el problema del cambio climático, “incluso si se es escéptico”, dado que son necesarias nuevas políticas para “crear ciudades donde podamos respirar y movernos, y generar ecosistemas ricos”. Se trata de convertir esta necesidad en oportunidades, zanja.

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