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LA LUCHA POR LA MANCHA HÚMEDA

El Estado recupera la propiedad de los Ojos del Guadiana que Franco mandó desecar

La confederación comienza a delimitar el terreno público del nacimiento de uno de los mayores ríos. Agricultores ocupan el terreno desde hace décadas y anuncian guerra

El cartel junto a la carretera dice que esto son los Ojos del Guadiana, el nacimiento de uno de los ríos más importantes y caudalosos de la Península. Si no fuera por la señal, un forastero no podría saberlo. Vería el puesto de melones y sandías de El Lele junto a un campo de alfalfa que alguien se ha molestado en marcar claramente como propiedad privada. Solo al bajar junto al sembrado se ve un mojón de nuevo. Es un cilindro de cemento color claro y tiene aproximadamente medio metro de alto. Es casi blanco, está aún reluciente. En la cara superior tiene unas siglas, DPH: Dominio Público Hidráulico. Puede parecer poca cosa pero es un signo de que algo se mueve en el Alto Guadiana, en Ciudad Real. Significa que el Estado ha comenzado a recuperar la posesión de los Ojos, origen de uno de los humedales más importantes de Europa pero masacrado desde que en 1956 Franco promulgó su desecación para convertirlo en cultivo.

Vea todas las fotos de la zona del Alto Guadiana que fue desecada

José Manuel Hernández y José Ramón Aragón conocen bien la zona. El primero fue durante años miembro del patronato del Parque Nacional de las Tablas de Daimiel, a unos ocho kilómetros aguas abajo de los Ojos del Guadiana, y el segundo fue comisario de aguas de la Confederación Hidrográfica del Guadiana. Ahora se movilizan en la Asociación Ojos del Guadiana Vivos. Se acercan al mojón que marca el dominio público. "Nadie se preocupa por La Mancha", reflexiona Hernández. Detrás de ellos hay uno de los enormes 'pívots de regadío' que han convertido el paisaje a vista de pájaro en una sucesión de circunferencias perfectas. Ahora no funciona, pero se nota que últimamente ha tenido trabajo, porque la alfalfa está arraigando. "Y es un cultivo plurianual. El agricultor sigue cultivando", apunta Aragón.

Pero para esta zona de Ciudad Real ya era tarde. En 1983, los Ojos se secaron por primera vez. El acuífero 23, una gigantesca bolsa de agua bajo la comarca, que al llegar a la superficie afloraba formando los Ojos, estaba esquilmado. El regadío trajo empleo y riqueza, pero a costa de cambiar el paisaje. "Desde entonces, ha habido mil planes de ayudas. El plan de compensación de rentas, el Plan Especial del Alto Guadiana, dinero tirado al que nadie ha seguido el rastro, pero la realidad es que solo la lluvia volvió a abrir los Ojos", explica Hernández.

En efecto, en 2009, cuando parecía todo perdido y las Tablas de Daimiel se consumían en un incendio subterráneo de turba, comenzó a llover a cántaros. El agua empezó a entrar al acuífero. En 2012, los Ojos afloraron de nuevo. No todos, pero es que tampoco hay uno solo. El Guadiana no tiene una nacimiento clásico y aún hay quien discute qué parte es humedal y cuál es río. Miguel Mejías, del Instituto Geológico y Minero de España (IGME), ha seguido la evolución del nivel del acuífero y explica el comportamiento sorprendente que tiene. Aunque España lleva varios años secos, el nivel se ha mantenido. La bolsa de agua subterránea es tan enorme que lleva una inercia de años. Aunque ya se nota la sequía. "El Guadiana llegó a llevar 1.500 litros por segundo en el Molino del Nuevo 2014. La última medición es de 47,33 litros por segundo cuando en marzo llevaba 228. Lo normal es que se seque en días o semanas", señala.

En algunos Ojos aún queda agua. Y con la llegada del agua, alguien cayó en un viejo problema no resuelto. ¿De quién son los Ojos? Los terrenos nunca fueron repartidos oficialmente por el Estado, pero en los limos del antiguo cauce hay regadíos. Muchas de estas tierras han sido inscritas, vendidas, registradas, heredadas... En 1987, la Confederación Hidrográfica del Guadiana hizo un primer deslinde para recuperar el dominio público. Inicialmente, el Tribunal Superior de Justicia de Extremadura, donde está la Confederación, lo anuló. Consideraba que eso no era un río. La geografía chocaba con la justicia. En 1994, el Supremo rectificó esa decisión y devolvió al Estado los Ojos. "Tanto si era río, como si era laguna, como si constituía zona mixta de río y laguna, la conclusión es siempre la misma, a saber: que el cauce o lecho es siempre de dominio público, pues los ríos y las lagunas lo son", sentenció el Supremo.

La sentencia fue saludada en su día por los políticos, pero inmediatamente fue a dormir a un cajón. Nadie quería romper la paz social. El Alto Guadiana ha sido extremadamente conflictivo. Los regantes y la organización agraria Asaja tienen mucho poder. Había miles de pozos ilegales, pero las órdenes que recibían los técnicos era de no hacer sangre. A menudo, las sanciones han prescrito. Con el agua de nuevo en los Ojos, había que afrontar el problema. Era difícil mirar hacia otro lado.

José Díaz Mora, presidente de la Confederación Hidrográfica Guadiana, dependiente del Ministerio de Agricultura, no oculta que hay problemas: "Estamos recuperando y ocupando el primitivo deslinde de los Ojos, pero al haber doble inmatriculación, estamos en un procedimiento un tanto complicado. La gente defiende sus intereses con vehemencia y no entiende que los funcionarios defendamos los intereses generales con igual vehemencia. Hay pleitos civiles, denuncias, sanciones, doble inmatriculación... Hemos conseguido por fin registrar en el catastro y en el registro la propiedad, pero también algunos agricultores".

Cuando el agua vuelva a su ciclo original y circule, va a acabar con discusiones de si es río o no es río

Hace unos meses, los técnicos comenzaron a delimitar con mojones el terreno deslindado en 1987. Estos hitos siguen una disposición un tanto errática. Como el río ahora no es un río, algunos han quedado en mitad de un secarral. Pero no es solo eso. Es que hay mojones en el fondo de cubetas que, en caso de llevar agua, quedarían claramente inundados. No hay que ser geógrafo para verlo. Pero algo es algo. El deslinde al menos ya no duerme el sueño de los justos.

Además de colocar los mojones en lo deslindado hace 30 años, la confederación inició el trámite para practicar un nuevo deslinde en el tramo que en su día no se hizo hasta Las Tablas de Daimiel. Como hay mucha parte seca, los técnicos utilizan imágenes aéreas del llamado vuelo americano de 1956. El deslinde se publicará oficialmente en semanas y previsiblemente iniciará un largo camino judicial, porque los afectados no se van a quedar de brazos cruzados. "Llevamos un año de procedimiento y es administrativamente complejísimo y con muchos intereses. Estamos intentando definir el dominio público hidráulico. Unos dicen que es estupendo y que lo hacemos muy bien, y otros dicen que por qué a ellos", explica el presidente de la Confederación, dependiente del Ministerio de Medio Ambiente y que ya ocupó el cargo a finales de los noventa.

Los agricultores afectados se han levantado contra la ocupación. En el mismo nacimiento de los Ojos del Guadiana, un cartel reluciente da idea de que el deslinde no es bienvenido. "Finca Prado Ancho. Propiedad 100% de SAT Evangelista. Propiedad particular. Prohibido el paso". En la sociedad dueña de la finca no han contestado a las preguntas de este diario más allá de señalar que tienen multitud de escrituras a su favor.

Los agricultores quieren una indemnización, como si les hubiesen expropiado. A la zona ha llegado tradicionalmente dinero público en abundancia en forma de planes de protección, compra de fincas o derechos de agua para ayudar al humedal, pero no es el caso. No es solo que las restricciones presupuestarias ahora lo impidan. Es que si se declara que estás en dominio público hidráulico, legalmente no hay indemnización posible. Estás ocupando un río y no tienes derecho. El problema surge porque algunas de estas tierras se han comprado y vendido con el beneplácito de notarios y registradores (sí, es así), y hay compradores que quizá no sabían o no imaginaron que esto iba a llegar. Tienen sus papeles, pero ven que ya no valen nada.

Un cartel que prohíbe el paso desafía las marcas que delimitan el terreno público de la Confederación en los Ojos del Guadiana

"Tenemos que ser tremendamente escrupulosos y respetuosos con los intereses de los ciudadanos, aunque ya se encargan ellos de defenderlos. Cuando se deslinda el Dominio Público Hidráulico y afecta al primer ocupador pues al fin y al cabo se ha restituido la situación original. El problema es que aquí en tanto tiempo se han producido ventas y compras. Unas en su origen posiblemente interesadas, pero es que estamos ante 50 años de historia. Miras los planos de 1956 y el territorio ahora y es bastante diferente", reflexiona el presidente del Guadiana.

Si deslindar el dominio público es complicado siempre, rescatar terreno en una zona donde no hay agua lo es mucho más. "Lo peor del agua subterránea, aunque parezca una tontada, es que no se ve. A veces, viendo un río seco, el que quiere aprovechar el agua no lo ve seco, pues imagínese con el agua subterránea que no se ve. Cuando el agua vuelva a su ciclo original y circule, va a acabar con muchas discusiones de si es río o no es río", añade Díaz Mora.

Los ecologistas no ven mal el deslinde aunque acusan a la Administración de pasividad, en especial en el icónico 'pívot' del nacimiento que sigue regando. Alberto Celis, historiador en Daimiel y miembro de la asociación de Ojos Vivos, cree que la gente no ha perdido toda la esperanza: "Esto es un paraíso perdido. La gente de aquí veía Las Tablas como una zona de caza para señoritos, pero el Guadiana sí lo sentían más como algo suyo, venían a cazar y a bañarse y cuando volvieron los Ojos, la gente iba a verlos. Que no haya miles de personas manifestándose en la calle no quiere decir que no estén deseando verlo correr de nuevo".

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