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URBANISMO DE PIEDRA

Una Puerta del Sol desnuda: por qué Madrid no pone árboles en sus grandes plazas

El proyecto rescatado por Martínez-Almeida dibuja un espacio diáfano sin vegetación. Algo que ya ocurre en Callao o plaza Mayor. El granito y el subsuelo son los principales obstáculos

Proyecto Piensa Sol, recuperado por Almeida. (Foto: COAM)

José Luis Martínez-Almeida tiró la piedra el pasado martes. El proyectil, informativo en este caso, era una propuesta de aires graníticos para reformar la Puerta del Sol y crear una zona de cero emisiones en torno a la conocida plaza, donde se ubica la sede del Gobierno regional. Aunque es una promesa que ha sido repetida en varias ocasiones y que se engloba dentro de Madrid 360, no es una idea nueva. Ni tan siquiera suya. Es de la época de Ana Botella como regidora municipal. Es el resultado de un concurso de ideas que celebró el Colegio Oficial de Arquitectos de Madrid (COAM) en 2014 y llevaba guardada en un cajón prácticamente desde entonces.

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Se trata de una iniciativa que pretende convertir Sol en un espacio "más limpio", como llegaron a decir los responsables municipales. La idea es dotarlo de un espíritu similar a un ágora. Con ese fin, como se puede ver en los bocetos que se han enseñado, se desplazarían muchos elementos hacia los laterales con el fin de crear un espacio central desnudo.

La estatua ecuestre perdería su posición predominante y sería trasladada a los pies de la sede de la CAM. La figura del oso y el madroño, la fuente central y las entradas al metro (aún no se han entablado conversaciones con sus responsables) también serían recolocadas en otros lugares o directamente eliminadas si todo se cumple. Pero hay algo que ha llamado poderosamente la atención de muchos: la completa ausencia de vegetación. ¿Por qué se prescinde de los árboles? ¿Motivos estéticos? ¿De mantenimiento? ¿Económicos?

Una plaza dura

"Arquitectónicamente, se nos presenta como una plaza muy higiénica, muy limpia", comenta Iñaki Romero, arquitecto de la oficina Paisaje Transversal, especializada en urbanismo. "Este tipo de plaza dura se puso muy de moda en la década de los ochenta y, especialmente, en los noventa. En absoluto se puede decir que haya fallos en el planteamiento, pero es un modelo que en los últimos cinco o 10 años ha quedado muy desplazado". Este experto recuerda también la singularidad de la Puerta del Sol. "Es un espacio muy pequeño y con una alta concentración de gente en muchos momentos, por eso hay que medir muy bien los obstáculos. Pero hay más cosas".

Plano de Piensa Sol.

Todos los expertos consultados sobre este asunto coinciden en un mismo punto que condiciona la colocación de árboles en la nueva Puerta del Sol: el subsuelo. "No hay que olvidar que no hay tierra debajo. Es una enorme losa de granito", explica a este respecto Adrián Fernández Carrasco, responsable de movilidad de Greenpeace España. "La estación de Sol se reformó para crear dos grandes vestíbulos de metro y, posteriormente, también el de Cercanías. Es decir, se extiende por prácticamente toda la extensión de la plaza", comenta este ingeniero de Obras Públicas.

El gran problema es que bajo el suelo no hay tierra sino una placa de granito y el vestíbulo del metro

Eso mismo, indica, ocurrió en la reforma de Callao y se repetirá en Gran Vía cuando culminen la construcción de la nueva estación. "Más flagrantes resultan los cambios que se realizaron en plazas como la de Santo Domingo o la plaza Mayor, que lo que hay debajo son aparcamientos. Es decir, no solo prescindes de elementos verdes sino que introduces un elemento que atrae tráfico rodado privado", explica. Cuando no hay metros o 'parkings', es más que probable que bajo los pies de los viandantes haya canalizaciones u otros elementos que impidan poner algo que eche raíces.

La excepción parece que es plaza de España, donde según las recreaciones que se han visto sobre su remodelación la naturaleza mantendrá un papel importante. "Hay que ser cautos con estas recreaciones en los dos sentidos, porque luego pueden diferir mucho de lo que se presenta".

Foto: EFE.

Contactados por este periódico, desde el estudio ganador del concurso de 2014, Linazasoro & Sánchez Arquitectura, evitan hacer declaraciones por el momento y no entrar en polémicas, aunque deslizan que puede haber cambios sobre el concepto original, porque es un proyecto que está ahora en definición. No hay que olvidar que 'Piensa Sol', como bautizaron el certamen, estuvo pensado únicamente para el espacio de la plaza y ahora los planes del ayuntamiento incluyen también conectar zonas peatonales con Canalejas o parte de la carrera de San Jerónimo.

"Cualquier arquitecto podría justificar perfectamente que en la Puerta del Sol no se pongan árboles, dados su tamaño y su singularidad. Pero algo más de vegetación sí que podía haber. Hay una sensibilidad unánime en este sentido en el gremio", argumenta Romero, cuyo estudio está realizando el proceso participativo para la reforma de la plaza del Ayuntamiento de Valencia. "¿Sabes qué es lo que más nos pedían en los estudios y entrevistas de exploración que hemos hecho? Que fuese un espacio más verde", remata a este respecto.

Pero, entonces, ¿no hay posibilidad de introducir vegetación en estos espacios debido a las estructuras subterráneas? Conviene en este punto la ocurrencia peregrina —que parece haber caído en el olvido— de la anterior Administración local, pilotada por Manuela Carmena: recuperar el aspecto anterior de la plaza Mayor. Entre mitad del siglo XIX y 1920, este lugar contaba con zonas ajardinadas y árboles. Aunque era muy complicado emular el mismo escenario, proponían colocar unos maceteros de alta capacidad que permitiesen tener coníferas de "uno o dos metros de altura", entre otras cosas.

"Hay que pensar que no puedes echar tres metros de tierra. El terreno natural es muy pesado y si llueve, más todavía. Esas placas de granito u hormigón tienen una capacidad finita de aguantar peso"; explica Adrián Fernández.

Foto: Cultura de Sevilla.

"El mantenimiento tampoco puede ser una excusa mayúscula a día de hoy para no poner árboles", explica Asier Eguilaz, planificador urbano. "Evidentemente, es más caro que plantear una plaza dura, pero, a día de hoy, con la sensibilización que hay, los beneficios ecosistémicos son bastante claros". Señala que, a pesar de que Madrid está bastante equilibrada como ciudad, "gracias a la Casa de Campo y el Retiro", el distrito Centro y el barrio de Sol "presentan unos valores por debajo de lo deseado" cuando se habla de elementos de vegetación, incluso según los parámetros contemplados en el Plan de Infraestructura Verde y Biodiversidad del ayuntamiento.

Este experto de Khora Urban Thinkers aclara que se han desarrollado alternativas que impiden superar los problemas con las diferentes infraestructuras. "Es cierto que pasan por allí las principales infraestructuras y, por tanto, la plantación de arbolado está desaconsejada", recuerda Eguilaz.

Indicadores de superficie verde (planes ayuntamiento)

"A día de hoy, con los cajones que se pueden instalar, que básicamente son maceteros soterrados o elevados, puedes introducir estos elementos vivos", explica. Además, puntualiza Eguilaz, "con un poco de tecnología" ya se consigue que el árbol reciba "el agua y el aire que requiere". Propone soluciones como la de la plaza Dalí en la avenida Felipe II —"donde también había un 'parking' debajo"—, las enredaderas planteadas de Enric Miralles en Diagonal Mar en Barcelona o soluciones más flexibles como maceteros móviles.

Moreras o madroños podrían ser algunos de los árboles, de menor tamaño, que encajarían aquí

"Con estas soluciones, podemos tener algunos de los beneficios que ofrece el arbolado a la ciudad", remacha. Regulación de temperatura y humedad, producción de oxígeno y filtración de la radiación, absorción de contaminantes o amortiguación de los ruidos son algunas de ellas.

¿Qué plantar?

Obviamente, uno de estos maceteros, que muchas veces se presentan conjuntamente con bancos y otros elementos de mobiliario urbano, supone restricciones. Los plátanos de sombra o el castaño de Indias, especies muy utilizadas, pueden ser demasiado grandes para estos contenedores. "Las moreras, una especie de menos porte, es una opción en estos casos", opina Iñaki Romero, quien también sugiere el madroño. "Igual no da tanta sombra, pero puede ser una alternativa que además ayude a crear una identidad verde en ese lugar".

Pero no solo la ausencia de árboles ha generado controversia en las redes. A más de uno le ha sorprendido que en los bocetos previos, en los que se habla de recuperar el espíritu de un ágora, no haya bancos ni objetos de sombra. "No hay que olvidar la capacidad de absorción térmica que tiene el pavimento de granito", explica Adrián Fernández, que pide no olvidar la inclusión de elementos de disipación. "En invierno, no nos acordamos, pero en verano, un escenario así puede ayudar a tener una sensación térmica agobiante hasta de noche", añade. La sensación que le genera la posible reforma de la Puerta del Sol o la de Callao en su momento es de haber dado continuidad a un espacio de "tránsito".

"Te queda un lugar bueno para hacerte fotos, para el turista, para los comercios, pero no es un lugar de estancia", añade. "Pero es algo que se ha perdido en más lugares. O se ha mercantilizado. Si te fijas en plazas más pequeñas como la del Dos de Mayo o la Olavide, no tienes espacios para estar por estar, si quieres sentarte, tienes que pagar un peaje casi siempre: una caña en una terraza".

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Arquitectos Manuela Carmena