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Los 'tuits' condenatorios del procés

El papel fundamental de las redes sociales en la sentencia del Supremo: "Es preocupante"

La sentencia del Supremo se apoya en un frente clave: la actividad de los acusados en redes sociales, una actividad que sirve para cargar de peso la condena

Sentencia del Supremo por el juicio del 'procés'. (EFE)

El Tribunal Supremo acaba de condenar a penas de entre 9 y 13 años de cárcel a Junqueras y el resto de presos del 'procés'. La sentencia, fruto de cuatro meses de deliberaciones, argumenta en 493 páginas la condena por sedición y malversación a Oriol Junqueras, Jordi Turull, Raül Romeva y Dolors Bassa, y por sedición (sin malversación) a Joaquim Forn, Josep Rull, Jordi Cuixart, Jordi Sànchez y Carme Forcadell. En todos estos casos, la argumentación del escrito de los siete magistrados del Supremo se apoya en un frente clave: la actividad de los acusados en redes sociales, con la publicación de mensajes en Twitter y en Facebook y el uso de WhatsApp que han servido para reforzar los hechos probados.

A largo del escrito se repite 11 veces la palabra "Twitter" o nueve veces "tuit", se usan once veces las palabras "redes sociales", tres veces "Facebook", diez "WhatsApp" y hasta 22 el término "digital" o 50 la palabra "web". La sentencia desgrana la huella que los acusados han ido dejando a través de las redes sociales, en mensajes que han servido para sustentar la argumentación de la condena.

La primera mención que se realiza a la actividad de los condenados en Twitter aparece en la página 42: "Los acusados D. Jordi Sánchez y D. Jordi Cuixart convocaron a la población a que compareciera ante la sede de la Consejería de Vicepresidencia, Economía y Hacienda de la Generalitat de Cataluña [...]. Esa convocatoria se verificó a través de sus propias cuentas de Twitter [...] Las entidades ANC y OC, a través de la página web www.crídademocracia.cat, ofrecieron la opción de unirse a grupos de WhatsApp desde donde se invitó a la movilización y a estar conectados permanentemente para recibir alertas y poder estar organizados en caso de necesidad".

(Reuters)

Otra mención clave se encuentra en la página 329 de la sentencia, que detalla la actividad de Carme Forcadell, quien "proyectó su actividad pública más allá del ámbito parlamentario [...]. A las 05.01h del 21 de septiembre desde su cuenta de Twitter se envió un mensaje con el siguiente texto: «Volem la libertat inmediata dles detinguts polítics. Us volem a casa, us volem amb les vostres families!». Y el día 1 de octubre, por la misma red, a las 14,39 horas manifestó: «Grécies a tots els que heu fet posible aquesta jornada inoblidable malgat la violencia desmesurada d l´Estat. Moltes grácies».

La sentencia detalla además cómo Forcadell publicitó por Twitter el respaldo a la "celebración del ilegal referendum al recibir en reunión institucional a los observadores extranjeros que por mediación de Diplocat se desplazaron a Cataluña con el objetivo de vigilar la celebración del referéndum del 1 de octubre".

De la actividad en redes sociales de Jordi Turull, la sentencia establece que "el acusado fue especialmente activo, participando a través de la red Twitter sus opiniones y mensajes de apoyo en los que animaba a la ciudadanía a mantener la calma, la serenidad y el civismo y a perseverar en la determinación independentista y que fueran a votar. [...] Es evidente que la llamada al mantenimiento de la calma, la serenidad y el civismo encierra un valor positivo. Pero no puede tener un significado excluyente de la antijuridicidad -o de la culpabilidad - respecto de una conducta que estuvo siempre tendencialmente ordenada a hacer realidad un referéndum judicialmente prohibido. El acusado era consciente de que esos llamamientos a la celebración del referéndum suspendido por la autoridad judicial implicaban una clara voluntad de promover la inobservancia de los mandatos jurisdiccionales".

Centenares de personas cortan la céntrica Via Laietana de Barcelona en protesta por la sentencia del procés. (EFE)

La sentencia refleja además tuits enviados por Dolors Bassa, que "alentó la participación y la movilización social" ante el 1-O, y se apoya en los tuits publicados por Jordi Cuixart y Jordi Sánchez para concluir que "apoyaron, estimularon y multiplicaron" la estrategia de "ocupar puntos elegidos para la prohibida votación [del 1-O]" o de "mantenerlos abiertos durante toda la noche para hacer imposible el cumplimiento de las resoluciones judiciales que prohibían su celebración".

"Las manifestaciones en Twitter de los diferentes acusados han cumplido un papel fundamental en el acervo probatorio. Recuerdo que cuando vi a Jordi Sánchez publicar su primer tuit delicado, pensé: "Esto le va a costar un procesamiento". Hicieron un uso masivo de Twitter sin ser conscientes de que estaban siendo rastreados por las fuerzas de seguridad del Estado", explica a Teknautas el abogado especializado en derecho tecnológico Carlos Sánchez-Almeida, quien además califica este rastreo de "preocupante".

"Es preocupante porque, antes de publicar algo, ahora tenemos que pensar siempre que puede ser usado en nuestra contra. Toda esta actividad sirve para aumentar y apuntalar la carga probatoria en una posible causa", señala Almeida. Y plantea otra derivada: "¿Por qué los acusados no han negado haber escrito esos tuits? Si uno no reconoce haberlos publicado, hay que probar que ha sido así. Y en varias ocasiones, como en el caso del humorista Facu Díaz, Twitter se ha negado a facilitar los datos alegando un perjuicio contra la libertad de expresión". Ese escenario no ha tenido lugar y las redes sociales han acabando jugando un papel fundamental en una de las sentencias más importantes de la democracia española.

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Tribunal Supremo Juicio procés
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