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  1. Tecnología

El invento más oscuro de Peter Thiel

Palantir, el mayor invento de espionaje del mundo del megamillonario Peter Thiel

Peter Thiel es el mentor de Mark Zuckerberg y también el hombre más temido de Silicon Valley. Ha creado Palantir, la herramienta de espionaje más poderosa del mundo

Peter Thiel, cofundador de PayPal, inversor en Facebook y fundador de Palantir. (Reuters)

Senador Cantwell: ¿Cree que Palantir ha recolectado alguna vez datos de Facebook?

Mark Zuckerberg: Senador, no tengo conocimiento de ello.

De todas las cosas que dijo Mark Zuckerberg la semana pasada en el Congreso, la más difícil de tragarse es que no sabe a qué se dedica Palantir. Sobre todo teniendo en cuenta que su fundador, Peter Thiel, fue el primer inversor de Facebook y es el jefe de su junta directiva. Thiel es el mentor de Zuckerberg y también el hombre más temido de Silicon Valley. No solo por haber destruido Gawker Media después de que publicaran que es homosexual (aunque era verdad), sino porque es el jefe de la herramienta de espionaje más poderosa del mundo. 'The Guardian' dice que tiene más poder sobre nuestras vidas que la mismísima Google. Se llama Palantir y es el juguete favorito de Donald Trump.

Tanto monta monta tanto, Cambridge y Stanford

Palantir y Cambridge Analytica se parecen mucho. Para empezar, sus fundadores Peter Thiel y Robert Mercer son los dos 'technocratas' multimillonarios que apoyaron abierta y generosamente la campaña de Donald Trump. Además, fue un empleado de Palantir quien tuvo la genial idea de usar un test de personalidad para acceder a los datos íntimos de 87 millones de usuarios de Facebook.

Todo se fraguó en su empresa matriz, S.C.L. Group, una compañía británica que "proporciona datos, análisis y estrategia a gobiernos y organizaciones militares" (…) para influir elecciones en lugares como Pakistán y Afganistán. Cambridge Analytica se creó para aplicar las "operaciones psicológicas" de SCL e influir en elecciones occidentales. Su primer cliente fue Steve Bannon, CEO de campaña de Donald Trump y consejero de la Casa Blanca hasta agosto de 2017. Se estrenaron con Vote Leave y Leave.EU, las dos campañas proBrexit del referéndum de 2016. Y les salió bien.

"Steve Bannon quería un arma para su guerra cultural en América y nosotros se la construimos", dijo Christopher Wylie, extrabajador de Cambridge Analytica, en la BBC. Le contó el proyecto a Robert Mercer, que invirtió 15 millones de dólares y hoy es dueño del 90% de la empresa. Y, aparentemente, Peter Thiel les ayudó a explotar a los usuarios de Facebook. "No había un contrato oficial entre Palantir y Cambridge Analytica, pero había gente de Palantir viniendo a la oficina y trabajando en los datos de Facebook". Entonces Cambridge Analytica era solo una 'startup' de marketing político, pero Palantir era ya una de las mayores contratistas del gobierno para el espionaje sistemático, analítico y predictivo de la población mundial.

Donald Trump habla y Peter Thiel, cofundador de PayPal y miembro del consejo de Facebook, escucha. Thiel fue el único alto directivo de Silicon Valley que apoyó activamente a Trump durante la campaña. (Reuters)

Burbuja tecnológica y terrorismo islámico

Durante el interrogatorio de Zuckerberg, la senadora María Cantwell de Washington lo llamó Stanford Analytica. Esto es porque de allí vienen todos los socios y porque Thiel es miembro de la llamada PayPal Mafia, el grupo de graduados de Stanford que fundó el sistema de pagos 'online', y que también incluye a Elon Musk. Libertario convencido, Thiel había querido crear una divisa digital capaz de escapar el control del gobierno, pero el ataque a las Torres Gemelas le hizo cambiar de dirección. En 2002 vendieron Paypal a eBay por 1.500 millones de dólares. Thiel se llevó 55 millones.

El nuevo multimillonario invirtió su dinero en muchos sitios, de la superaceleradora de 'startups' Y Combinator a SpaceX, Spotify o Airbnb. Le dio medio millón a Zuckerberg para que montara su pequeña red para universitarios, a cambio de un 7% en acciones y un sillón privilegiado en la junta directiva de Facebook, donde todavía se sienta. Pero su niña bonita era otra. En 2004, Thiel puso 30 millones de dólares para fundar una empresa llamada Palantir Technologies Inc. El otro gran inversor fue la CIA, que puso 2 millones a través de su oscuro fondo de capital riesgo, In-q-tel. Su objetivo era hacer minería de datos para control de la población.

Un palantir es la bola de cristal de 'El señor de los Anillos' que permite conectar con personas y momentos distantes en el tiempo y el espacio

No se puede decir que no iban de cara. Un palantir (plural: palantiri) es la bola de cristal de 'El señor de los Anillos' que permite conectar con personas y momentos distantes en el tiempo y el espacio. Sauron la usa para ver el pasado, vigilar a sus enemigos y enloquecer a sus víctimas. Entre el 9/11 y el final de la administración Bush, todo dispositivo conectado a la Red era un palantir, capaz de registrar y reportar en tiempo real todo lo que ocurre en su entorno para procesar esos datos y convertirlos en valiosa inteligencia.

El jardín de datos de la web 2.0

Era como el Big Bang. Los servicios de Inteligencia descubrieron que tenían espías en las casas y bolsillos de miles de millones de personas en todo el planeta, con sus cámaras, micrófonos, sensores y precisos sistemas de navegación permanentemente encendidos y conectados. Luego estaba la red de aparatos de vigilancia públicos y privados, de circuitos de televisión a radares de carretera, pasando por televisores inteligentes, sistemas de riego y muñecas parlantes.

Después estaban las empresas norteamericanas, responsables de los sistemas operativos, las plataformas de búsqueda y servicios o las redes sociales más populares del mundo. Estaban exentas de leyes de protección de datos pero obligadas a colaborar con los servicios de inteligencia con puertas traseras a sus centros de datos y servidores.

El exanalista que reveló la vigilancia masiva de Estados Unidos, Edward Snowden. (EFE)

El programa PRISM, denunciado por Snowden en 2013 pero operativo desde 2007, permitió a la NSA enchufar sus ojos y oídos en los datacenters de Google, Microsoft, Facebook, Yahoo, Skype y Apple. La Patriot Act, la ley primogénita de los ataques del 11 de septiembre, y la Ley de vigilancia de extranjeros (FISA), les permitía espiar a cualquiera que no fuese ciudadano estadounidense. Y la alianza de los Cinco Ojos con Australia, Canadá, Nueva Zelanda y Gran Bretaña les permitía espiar a otros estadounidenses por 'proxy'. Se espiaban legalmente unos a otros y luego compartían deportivamente la información.

Palantir ofrecía construir una herramienta lo suficientemente sofisticada para procesar todos esos datos y dar lecturas críticas en tiempo real

Lo fácil era conseguir los datos, lo duro convertirlos en información. Palantir ofrecía construir una herramienta lo suficientemente sofisticada para procesar todos esos datos y proporcionar lecturas críticas en tiempo real. Durante los primeros tres años, Palantir trabajó mano a mano con varias agencias de inteligencia para diseñar la clase de sistemas de monitorización a distancia que tanto perturbaron a Edward Snowden. Por ejemplo, el buscador de XKEYSCORE de la NSA, protagonista de la primera publicación de los papeles de Snowden.

La base de datos incluía cosas tan dispares como correos, chats, historiales de navegación, fotos, documentos, webcam, análisis de tráfico, registros de tecleado, claves de acceso al sistema con nombres de usuarios y contraseñas interceptados, túneles a sistemas, actividad p2p, sesiones de skype, geolocalizaciones, etc. Palantir consiguió que todos aquellos datos se pudieran buscar como quien busca la mejor pizzería de Nápoles.

El presidente ejecutivo de Palantir, Alex Karp. (EFE)

La segunda dificultad era hacer todo esto sin saltarse la ley. Inicialmente, Palantir trabajó con el gobierno estadounidense en Iraq y Afganistán, vigilando "insurgentes" y enemigos del mundo libre. Después en el resto del mundo, desde sus líderes políticos a sus atletas, pasando por estrellas de la canción. Después empezaron a trabajar con los estados federales para vigilar a sus propios ciudadanos. Es fácil esquivar la ley cuando trabajas para la ley.

De FB a Trump, con escala en el Pentágono

Durante los años que siguieron a su colaboración con las Agencias, Palantir contrató millones en 'lobbies' para ganar apoyo en el Congreso y el Pentágono. Les salió muy bien: entre 2009 y 2016 se sacaron al menos 1.200 millones en contratos con la Marina, la Agencia de Inteligencia de Defensa, West Point, el FBI, la CIA, la NSA y los departamentos de Justicia, Hacienda, Inmigración y Seguridad Nacional. Medicaid tenía un proyecto piloto con ellos para investigar las llamadas de emergencia y otro para identificar servicios médicos ilegales en el sur. Todo fue más fácil a partir de noviembre de 2016, cuando Donald Trump ganó las elecciones con el apoyo público, técnico y financiero, de Robert Mercer y Peter Thiel.

Thiel habría contribuido generosamente a la campaña (al menos 1,2 millones) y metió en la Casa Blanca a gente como Trae Stephens, exempleado de Palantir. A diferencia otros aliados, Thiel no se arrepiente de haber ayudado a la estrella de The Apprentice a convertirse en el líder de la mayor potencia de occidente. Le va de fábula. El mes pasado, cerró un contrato de 876 millones de dólares para sustituir a su programa local del ejército llamado Distributed Common Ground System (DCGS). El gobierno se gastó 2.300 millones de dólares en diseñarlo. Ahora será sustituido por Palantir.

Thiel tiene dos productos estrella: Palantir Gotham y Palantir Metropolis. Se llaman así por las ciudades de Batman y Superman

Thiel tiene dos productos estrella: Palantir Gotham y Palantir Metropolis. Se llaman así por las ciudades de Batman y Superman. Teóricamente, Gotham está diseñada para vigilar objetivos terroristas y analiza las relaciones entre personas, lugares y objetos, mientras que Metropolis observa comportamientos a lo largo del tiempo para investigar transacciones ilegales vinculadas al fraude financiero pero también al tráfico de personas, sustancias, arte robado, etc. En la práctica, las dos son herramientas para monitorizar personas y trabajan para tres industrias muy concretas: gobierno, sector financiero y sector legal. Las dos son tecnología predictiva. Su trabajo es usar datos sobre lo que ha pasado para señalar crímenes que no han sucedido aún.

Como viene siendo habitual, la empresa que todo lo sabe opera a menudo en la oscuridad. Las administraciones contratan Palantir a través de sociedades filantrópicas, en lugar de concurso público. Pero su influencia se deja notar en ciudades con un largo historial de discriminación, como Los Angeles, Chicago o Nueva Orleans. Se nota cuando la policía va a contener los brotes de violencia callejera que solo suceden en la imaginación de Palantir.

El departamento de precrimen de Donald

La imaginación de Palantir son sus bases de datos. Como Cambridge Analytica (CA), usa datos públicos, datos comprados y datos de terceros. A diferencia de CA, tiene acceso a los archivos de los gobiernos federal, estatales y locales, y sus instituciones. Tiene la cabeza llena de arrestos, denuncias, informes policiales, multas, matrículas registradas por los radares de carretera. Un 'leak' de 2015 habla de hasta 160 bases de datos distintas solo de la Policía de Los Ángeles, incluyendo zonas de calor en barrios difíciles. También de cosas que la policía considera “interesantes” como pertenencia a grupos “de interés”, asistencia a manifestaciones, participación en huelgas o manifestaciones de apoyo político en redes sociales. Entradas en la Wikipedia sobre ciertos momentos históricos o simpatía por Pancho Villa, Che Guevara, Leon Trotsky o el revolucionario cubano José Martí (sic). O el registro de musulmanes que ordenó George W. Bush.

El 'software' de Palantir fue clave para la localización de Osama Bin Laden.

Eso quiere decir que si eres un negro soltero de Milwaukee en el paro, suscrito a Black Lives Matter, miembro de Alcohólicos Anónimos y padre de un menor, Palantir pensará lo que pensaría un sherif blanco de mediana edad: que eres un radical peligroso y alcoholizado, un criminal. Para añadir insulto a la injusticia, si te detienen por culpa de ese prejuicio pasas a engordar la estadística que lo confirma. Este 'software' es una versión del que ha usado el ejército norteamericano en Afganistán e Irak. Solo que, en lugar de "insurgentes", su objetivo son los ciudadanos de USA.

Este 'software' es una versión del que ha usado el ejército de EEUU en Afganistán e Irak. Solo que, en lugar de "insurgentes", su objetivo es la ciudadanía

Numerosos estudios desde su implementación en ciudades confirman su toxicidad, el peligro de sus algoritmos sesgados y la "lista estratégica de sospechosos" en Chicago, ha demostrado generar más violencia de la que previene. Para colmo, Palantir tiene acceso a delicados datos personales, como las huellas y otros datos biométricos, los archivos médicos, el historial de compras de la tarjeta, los registros de viajes, comunicaciones, impuestos, historial de menores. Y se queda con todos los datos que procesa, para usarlos con otros clientes. Se lleva su sesgo algorítmico allí donde va. Gracias a varias filtraciones sabemos que tienen contratos con las agencias de inteligencia de Inglaterra, Australia, Nueva Zelanda y Canadá.

En la Oficina de Aduanas y Protección Fronteriza de los Estados Unidos, su contrato para los programas Analytical Framework for Intelligence, Case Management y FALCON "para la detención de individuos susceptibles de cometer un crimen", ha hecho que se convierta en el juguete de Trump para la detención y deportación masiva de inmigrantes sin antecedentes criminales.

Vacuna contra el fraude o contra los delatadores

Alex Karp, cofundador de Palantir y CEO de la empresa, dijo el año pasado que la mitad de su clientela eran ya empresas comerciales, que le pagan por anticipar el mercado. Sus contratos vigentes más grandes conocidos son la farmacéutica alemana Merck KGaA y Airbus SE, pero han perdido a Nasdaq, Home Depot Inc. y al gigante de las chocolatinas Hershey Co. Según Bloomberg, la empresa dijo que "podía montar su propia plataforma por mucho menos dinero". Los servicios de Palantir pueden llegar al millón de dólares al mes.

Otro cliente europeo es el Banco Santander, que usa Palantir para contrastar sus datos con listas de morosos, antecedentes criminales y redes sociales

Otra cosa es el sector financiero, donde su futuro parece más boyante. El algoritmo de Palantir Metropolis, inspirado en el antiguo sistema antifraude de PayPal, está diseñado para detectar y aislar patrones marcados por los analistas. Su campo de entrenamiento fue un contrato con JP Morgan en 2009, donde un exagente secreto llamado Peter Cavicchia trabajaba con 120 ingenieros de Palantir para su desarrollo. La plataforma está diseñada para agregar, buscar, catalogar y analizar todos los movimientos de todos los empleados del gigante financiero. Caviccia tenía acceso a todas las comunicaciones y movimientos de todos sus empleados, incluyendo sus transcripciones de sus conversaciones telefónicas y movimientos fuera del horario de trabajo.

Su estrella brillaba especialmente en 2013 cuando, según una conveniente filtración, anunció que su tecnología había ayudado a la SIPC a procesar 40 años de datos en el caso contra Bernie Madoff, finalmente detenido por un fraude de 64.800 millones de dólares y sentenciado a 150 años de prisión. Según cuenta hoy Bloomberg, en ese momento su relación con JP Morgan pasaba por un momento tenso: los ejecutivos de la empresa descubrieron que Caviccia también los vigilaba de cerca, y que había usado su privilegiado acceso para proteger a un posible filtrador, Frank Bisignano. Cierto o no, Bisignano se fue a montar el gestor de pagos First Data Corp. Y, cuando le despidieron, Caviccia se fue con él. JP Morgan puso distancia con Palantir porque, según declaró un ejecutivo a Bloomberg, "nunca llegó a cumplir el potencial prometido".

Peter Thiel. (Reuters)

Ahora su romance principal es con Credit Suisse, con quien ha fundado la compañía Signac que "ayuda a las instituciones financieras a impedir que los operadores deshonestos y otros empleados participen en actividades que ponen el peligro el sistema financiero". Nunca sabremos si Bisigniano llegó a filtrar material al Times, como sospechaba su empresa. Lo que es seguro es que, sin un amigo al mando de Palantir, es poco probable que el mundo financiero vuelva a tener un Hervé Falciani.

Otro cliente europeo es el banco Santander, que usa Metropolis para contrastar los datos propietarios del banco con listas de morosos, antecedentes criminales y redes sociales, entre otros. "Se podría decir que pasamos de cita a ciegas a matrimonio en menos de seis meses", le dijo a Fortune Juan María Olaizola, entonces director de operaciones y tecnología la división británica, hoy presidente del comité de dirección de Banco Popular.

Libertad de prensa (si tienes $140 millones)

Dice Chomsky que quien controla los medios controla las mentes, y el próximo plan de Peter Thiel es un imperio mediático conservador. Inquieta pensar la capacidad que tendrá su nuevo proyecto para manipular a millones de personas cuyos deseos, miedos, aspiraciones y realidades conoce mejor que nadie. No olvidemos que Palantir se queda los datos que procesa. En manos de un hombre que ha declarado abiertamente no creer en la Democracia, y cuyo respeto por la libertad de prensa quedó retratado cuando acabó con el imperio Gawker Media porque Valleymag, su portal de cotilleos sobre Silicon Valley, publicó que era gay.

Nick Denton, fundador de Gawker Media.

Peter Thiel es gay, y aquello ocurrió en 2007. Una década más tarde, un hombre llamado Terry Gene Bollea pero conocido como Hulk Hogan, interpuso una demanda contra Gawker Media por haber publicado un vídeo en el que se le veía manteniendo relaciones sexuales con la esposa de su mejor amigo. Lo que no habría tenido demasiado recorrido si no fuera porque Peter Thiel le dio 10 millones de dólares para sostener la demanda. Y la ganó.

El jurado decidió que Gawker debía pagar 140 millones de dólares a Hogan por publicar aspectos de su intimidad que no estaban sujetos a valor informativo. Gawker declaró la bancarrota y Conde Nast lo compró, para después cerrarlo. Thiel había esperado 10 años pero había matado dos pájaros de un tiro: consiguió acabar con Gawker Media de la manera más humillante posible y recuperar su inversión, por triplicado. Irónicamente, Thiel dijo que no lo hacía por venganza sino por proteger los derechos civiles: "Me niego a creer que el periodismo signifique violaciones masivas a la privacidad".

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