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será reemplazado por el F-16 sin piloto

Fin de una era: adiós al F-4 Phantom, el caza que dominó la Guerra Fría

El 21 de diciembre se retira el avión que se estrenó sobre Vietnam, dominó durante el final de la Guerra Fría y aún se usa en países como Turquía, Irán o Corea del Sur

MacDonnell Douglas F-4 Phantom II.

El 12 y 13 de noviembre pasado se produjo un hito en el festival aéreo Nación Aviación, celebrado en la Base Nellis del Ejército del Aire estadounidense: Ron ‘Elvis’ King y Jim ‘WAM’ Harkins efectuaron demostraciones los dos días sobre la multitud pilotando un QF-4E, número de serie 74-1638; los ejercicios incluyeron pasadas sobre la pista con el posquemador encendido para disfrute de los 295.000 espectadores presentes.

Fue un adecuado final para una leyenda en la USAF: la última aparición pública de un derivado del F-4 Phantom II en servicio del ejército del aire estadounidense, en su configuración de blanco dirigido por control remoto QF-4. El 21 de diciembre, el tipo será retirado definitivamente, reemplazado por la versión sin piloto del F-16 en estas tareas; acabará así una carrera legendaria que comenzó sobre los cielos de Vietnam, que dominó los cielos durante el final de la Guerra Fría en numerosas fuerzas aéreas (incluyendo la española) y que aún continúa en países como Turquía, Irán, Corea del Sur y Grecia. Es el final del Phantom en la USAF; estación término para una leyenda.

El McDonnell Douglas Phantom II es un avión del todo extraordinario, como se puede deducir por sus numerosas distinciones. Diseñado a petición de la Marina EEUU, con la que entró primero en servicio en portaaviones en 1960, su potencia y versatilidad hicieron que acabase incorporándose al cuerpo de Marines e incluso en 1963 a la USAF, siempre recelosa del material de origen naval. Batió al menos 15 récords de velocidad, distancia y altura que no fueron rotos hasta décadas después; sirvió en decenas de fuerzas aéreas aliadas de los EEUU e incluso enemigas (sigue en servicio en el inventario iraní).

Dominó Vietnam y el Golfo

Fue el último caza que permitió a alguno de sus pilotos obtener la distinción de ‘As’ con más de cinco derribos en su haber, y dominó los cielos de Vietnam, manteniéndose en combate con las fuerzas armadas EEUU hasta la Guerra del Golfo de 1991 en su versión de supresión de defensas aéreas ‘Wild Weasel’. Y es el único aparato que ha sido montura de los dos equipos militares de aviación acrobática estadounidenses, los Thunderbirds de las fuerzas aéreas y los Blue Angels de la Marina. Se construyeron 5.195 ejemplares desde 1958 hasta 1981 en EEUU y Japón, y algunos de ellos continuarán en servicio en versiones modernizadas durante los próximos años.

Un chascarrillo de la época repetía el comentario de un piloto al verlo por primera vez: "Era tan feo que creí que nos lo habían entregado boca abajo"

Y, sin embargo, el comienzo de esta verdadera leyenda de la Guerra Fría no fue muy auspicioso: un chascarrillo de la época en que estaba siendo evaluado por la USAF repetía el comentario de un piloto al verlo por primera vez: "Era tan feo que creí que nos lo habían entregado boca abajo". Desarrollado a partir del anémico monomotor F3H Demon que voló en portaaviones estadounidenses entre 1956 y 1964, el F-4 se diseñó como interceptor naval armado con misiles y dotado de un poderoso radar, por lo que necesitaba dos tripulantes; su misión era ampliar la burbuja de control aéreo alrededor de los portaaviones, por lo que no se preveía la necesidad de entablar combate a corta distancia.


Muchas de las características del aparato derivaron de esta decisión inicial, como la carencia de cañón integrado (no resuelta hasta el modelo F-4E), la relativamente pobre maniobrabilidad y el robusto tren de aterrizaje. A cambio, y quizá para evitar los problemas de propulsión del Demon, el Phantom II es una bestia: sus dos motores General Electric J97 en sus diferentes versiones le proporcionaban una potencia capaz de impulsarlo a más de Mach 2,2 (2.270 km/h) con una aceleración increíble.

Todo en él es superlativo

De hecho, todo el avión es un superlativo: con un peso en vacío de 13,7 toneladas, su peso máximo al despegue es de 28 toneladas, similar al del cuatrimotor B-24 Liberator de la Segunda Guerra Mundial; esto le permite llevar más de 8.800 kilos de armamento, casi el triple que el B-24 en misiones de corto alcance (3.600 kilos). Su radio de acción es de 620 km, pero equipado con tanques externos puede volar 2.600 km sin repostar y llegar hasta los 18.000 metros de altura. Su régimen de ascenso de 210 m/sg le permite despegar y alcanzar con rapidez la altura de interceptación, y su radar 'doppler' AN/APQ-120 (manejado en la marina por el segundo tripulante) tiene un alcance de hasta 200 km.

Equipado con misiles antiaéreos de largo alcance de guía radar AIM-7 Sparrow y de corto alcance guiados por infrarrojos AIM-9 Sidewinder o Falcon, los primeros Phantom II empezaron a equipar a los portaaviones estadounidenses en 1960, entrando en combate en Vietnam en agosto de 1964. El primer tanto se lo apuntó el 9 de abril de 1965 un F-4B del escuadrón VF-96, ‘Fighting Falcons’, embarcado en el USS Midway al derribar un MiG-17 al sur de Hanoi; el aparato estadounidense fue derribado a su vez, se sospechó que por un misil disparado por uno de sus propios camaradas.


Desde entonces a 1987, cuando los últimos de la Reserva Naval fueron reemplazados por F-14 Tomcat, el Phantom II en todas sus versiones equipó a los portaaviones estadounidenses. Pero su carrera no sería exclusivamente naval: el Cuerpo de Marines recibió sus primeros F-4Bs en 1962 y combatieron en Vietnam desde abril de 1965. Los Phantom II de los Marines se dedicaron primordialmente al apoyo aéreo cercano, aunque lograron tres victorias aéreas en aquella guerra frente a 75 aparatos perdidos, sobre todo por fuego antiaéreo.

Las armas del F-4

En sus misiones, transportaban todo tipo de bombas de caída libre y cohetes no guiados en los nueve soportes externos, y también misiles guiados AGM-62 Walleye (dirigidos por TV) y AGM-65 Maverick. En sus primeros combates aéreos, las versiones iniciales del aparato sufrieron por la carencia de un cañón interno, aunque su potencia permitía a los pilotos controlar los encuentros y el radar de largo alcance les proporcionaba la capacidad de disparar desde lejos. Las reglas de enfrentamiento, sin embargo, exigían identificación cierta del enemigo, lo que puso a muchos pilotos de Phantom II en serios problemas sobre Vietnam.

El último arma usuaria del F-4 fue la fuerza aérea, no sin considerable presión por parte del secretario de Defensa Robert McNamara: tradicionalmente, la USAF no quiere aviones que hayan sido desarrollados para otros servicios (y viceversa). En este caso, las sobresalientes características del aparato ayudaron a su aceptación: la USAF recibió su propia versión (F-4C) en diciembre de 1964, incorporándose inmediatamente a los combates en el sudeste asiático. El 10 de julio de 1965, la fuerza aérea consiguió su primera victoria con el Phantom, derribando un MiG-17 vietnamita con un Sidewinder.


La versión de la USAF era un poco diferente de la de la marina, con el tren de aterrizaje aligerado y doble mando en las dos cabinas; habitualmente, en lugar de un oficial de radar el segundo asiento estaba ocupado por otro piloto en este servicio. Uno de estos aparatos fue el primero derribado sobre Vietnam por un misil tierra-aire en 1965; hasta 54 de estos aviones fueron derribados allí en 1966.

Muy pronto, los F-4C de la fuerza aérea añadieron en sus puntos de anclaje contenedores con cañones para equilibrar los combates a corta distancia, aunque al estar peor anclados su precisión en el disparo era bastante pobre; el problema no se resolvió hasta el modelo F-4E, que incorporaba ya un cañón interno. Desde 1965 a 1973 16 escuadrones equipados con Phantom estuvieron desplegados permanentemente en la zona cercana a Vietnam y otros 17 pasaron por allí, dedicados a labores de superioridad aérea, apoyo a fuerzas de tierra y (cada vez más) de bombardeo.

A la falta de cañón se unía en el combate aéreo cercano la limitada maniobrabilidad. El avión resultó además ser poco resistente a daños de combate

Estos aviones derribaron 107’5 MiGs de diferentes tipos durante sus años de combate, perdiendo en total 445 ejemplares por diversas causas de los cuales 370 fueron en combate (307 por artillería antiaérea, 20 por misiles SAM y 33 en lucha aérea con MiGs). La variante de reconocimiento RF-4C se desplegó en octubre de 1965, y cuatro escuadrones lo volaron, perdiendo 83 aparatos. Al final de la guerra, la USAF había sufrido 528 bajas de Phantom II.

La cifra subraya algunos de los defectos del aparato, que los tenía: a la falta de cañón se unía en el combate aéreo cercano la limitada maniobrabilidad a altos ángulos de ataque. El avión resultó ser poco resistente a daños de combate, siendo muy sensible a impactos sobre todo en el área de la cola. Los primeros F-4C de la USAF desplegados sufrieron problemas de fabricación con tanques de combustible que se abrían al efectuar maniobras y aparición de grietas en largueros y mamparos. También hubo problemas de mantenimiento de las conexiones eléctricas y con los cilindros hidráulicos de los alerones. Y hasta las últimas variantes los potentes motores J-79 emitían una característica columna de humo negro que permitía detectar al avión a grandes distancias.

Apodos cariñosos de su tripulación

A pesar de sus defectos, el aparato resultó querido por sus tripulaciones, como demuestran los numerosos (y relativamente cariñosos) apodos que recibió. Su mascota estándar era el ‘Spook’, un dibujo de una especie de espectro cotilla que siempre aparece vinculado a la parafernalia del avión, pero las tripulaciones lo llamaban ‘Rino’ por su aspecto recio y achaparrado, pero también ’Snoopy’, ‘Double Ugly’ (doble feo), ‘Old Smokey’ (viejo humaredas), ‘Lead Sled’ (trineo de plomo) y todo tipo de cariños voladores, como armario, yunque o ladrillo volante.

Como responsable de derribar numerosos MiG, se decía que era el mayor distribuidor mundial de partes de MiG, y por su diseño que se trata de un triunfo del empuje sobre la aerodinámica. Las tripulaciones alemanas que lo volaron en la Luftwaffe lo llamaban Luftverteidigungsdiesel (defensa aérea diésel), Fliegender Ziegelstein (ladrillo volador) o Eisenschwein (cerdo de hierro).


Porque el Phantom II también sirvió en las fuerzas aéreas alemanas, como en las del Reino Unido (RAF y Armada Real), Australia, Israel, Japón (fabricados localmente), Egipto y España. Al Ejército del Aire español llegaron 36 aparatos del modelo F-4C; más tarde se compraron cuatro nuevos F-4C y otros cuatro RF-4C de reconocimiento y después otros 14 RF-4C; en 1989 fueron dados de baja todos los F-4C, reemplazados por los EF-18A.

Los aparatos de reconocimiento se emplearon hasta 2002, cuando fueron inmovilizados los últimos. Como ya se comentó arriba al menos cuatro países lo siguen empleando: Grecia, Corea del Sur, Turquía y sorprendentemente Irán. Los Phantom iraníes eran originalmente 125 ejemplares de los modelos F-4D/E y RF-4E vendidos por los Estados Unidos antes de la revolución iraní, de los cuales se cree que consiguen mantener operativos unos 25 o 30 mediante contrabando de piezas de recambio y reemplazo por suministros de fabricación local.

Algunos de estos aviones participaron en la guerra Irán-Irak de los años 80 y es posible que hayan bombardeado posiciones de ISIS en Irak recientemente; en 2012 un RF-4 turco fue derribado por la artillería antiaérea siria en el Mediterráneo oriental. De modo que el viejo ‘Rino’ sigue volando, aunque ya no en el país que lo diseñó y lo vio nacer convirtiéndolo en una leyenda de la aviación militar; fea quizá, pero leyenda.

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