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el menú cuesta 180 euros

El primer restaurante de comida impresa en 3D llega a España: 180€ por falso caviar

El restaurante temporal Food Ink aterrizará en Lleida para ofrecer tres exclusivas cenas. Los platos, mesas y cubiertos estarán impresos en 3D

(Imagen: Food Ink)

Una minipizza de boletus edulis con tomate y queso, aunque estos dos ingredientes parezcan caviar mediante impresión 3D. Terrina de ‘foie’ y pan de especias trazando un camino de huellas de pato. Paletillas de cabrito al vino tinto y puré de patata ‘ratte’ 3D describiendo singulares formas geométricas. Estos serán algunos de los platos que degustarán dentro de unos días los 30 comensales de Food Ink, el autoproclamado primer restaurante de impresión 3D del planeta: desde los ‘snacks’ de bienvenida hasta las mesas han pasado por las máquinas de moda.

Tras abrir sus puertas en Londres este verano, este futurista restaurante temporal aterrizará en Lleida el próximo miércoles para ofrecer tres cenas en las que los chefs no solo estarán a los fogones, sino también a los mandos de innovadoras impresoras 3D de alimentos. En concreto, de una máquina de la compañía holandesa byFlow y de la Foodini de la firma barcelonesa Natural Machines.

"Queremos que [el resultado] sea algo complejo y que cualquier cocinero, no solo una persona que viene a degustar, sino alguien que entienda de cocina, diga ‘esto no lo puedo repetir, esto de verdad tengo que dar el mérito a la tecnología’", explica Marcio Barradas, cofundador de Food Ink, a Teknautas. Este emprendedor portugués parece así dispuesto a que las elaboraciones de las impresoras 3D, que llegarán a campos tan dispares como la medicina o la moda, nos entren por los ojos y llenen nuestros estómagos.

Chefs catalanes que apuestan por la impresión 3D

Con unos cuantos años de experiencia en el mundo de la restauración, el chef Mateu Blanch conoció gracias a Barradas la impresión 3D de comida y preparó algunos platos con esta técnica para el evento 3D Print Show celebrado el año pasado en Madrid. Tras descubrir que "había texturas que eran idóneas para crear volúmenes", decidió ser el chef de este singular restaurante ‘pop-up’.

"Es una herramienta de cocina que quizá ahora se vea muy futurista, pero lo que yo podría aconsejar es que una impresora 3D te permite hacer elaboraciones que con una mano humana sería imposible hacer. Es la mejor manga pastelera del mundo", señala Blanch. "Te puede hacer el dibujo que quieras por más difícil que parezca", coincide Joel Castanyé, cofundador y chef de La Boscana.

Precisamente ese restaurante, "con un estilo de cocina tradicional que no renuncia a la innovación" y ubicado a las afueras de Bellvís (Lleida), acogerá a los comensales que quieran experimentar las tecnológicas cenas de Food Ink la semana que viene.

Marcio Barradas se ha encargado de crear los diseños en tres dimensiones con el ordenador y los dos chefs hacen el “I+D dando sabor a algo que pasa a ser un puré”. Pese a que en esta exclusiva cena la presentación es la que impacta al cliente, desde Food Ink pretenden demostrar también que las impresoras 3D y los humanos pueden colaborar preparando auténticas delicias gastronómicas.

"No queremos hacer una cocina de Instagram, que alguien diga ‘qué bonito’ pero que luego lo coma y no vuelva al restaurante", defiende Castanyé. Pese a que este chef, que trabajó durante un lustro en El Bulli Catering, reconoce que lo de imprimir comida en 3D le "sonó a Marte" en un principio, le convencieron los "diseños increíbles" que podían llegar a hacerse con estas máquinas.

"Atún, ostra, ponzu y su espina 3D" —un plato "inspirado en un fósil" según nos adelanta Mateu Blanch— o "calabaza 3D, requesón, vieira y caviar de esturión" formando un intrincado laberinto serán otros de los manjares de la cena. "Vamos a hacer guarniciones que son increíbles a nivel visual y a nivel degustativo, pero al estar en un entorno con la natura, hemos inspirado muchas recetas en la natura", prosigue el chef de Food Ink.

Joel Castanyé y Mateu Blanch, nos muestran la fantástica labor que estan viviendo en las jornadas de #3DFoodPrint. pic.twitter.com/yv9Sb23lb1

Para quitar la idea a los que asocian las impresoras 3D exclusivamente a los plásticos, aquí las hortalizas, frutas y hasta las setas de temporada tendrán su hueco en el menú que los chefs han preparado para los festines de Lleida.

No te entristezcas pensando que un exquisito trozo de solomillo es transformado en filamentos: todos los platos del menú llevan manjares impresos en 3D, pero no toda la comida ha pasado por las máquinas. "Puedo hacer formas muy lindas con la carne, porque puedo usar moldes impresos en 3D para darles un contexto distinto a la hora de visualizarlo, pero siempre vas a visualizarlo como un trozo de carne", ejemplifica Barradas. "Lo que nos gusta es respetar el producto. Si es una dorada o una merluza, mantenemos su presencia y su elegancia y la guarnición sí la hacemos en 3D", añade Blanch.

Para dar un "valor añadido" a la experiencia, todo el proceso de impresión 3D se realiza en frente de los comensales y en tan solo unos minutos. Además, el propio mobiliario forma parte del evento. Los asientos, las mesas, los cubiertos, los platos y hasta los saleros han sido impresos en 3D. Además, los comensales verán en acción una impresora BCN3D Sigma, otra WASP y una tercera Delta Tower para descubrir su funcionamiento mientras disfrutan del banquete.

No es la única innovación de este restaurante temporal: los convidados también se pondrán unas gafas de realidad virtual en la cabeza para disfrutar de "un viaje espacial" con una delicia para astronautas incluida. No en vano, hasta el postre (en parte impreso en 3D, como el resto del menú) incluirá "un paisaje lunar de chocolate".

Ahora bien, que nuestra comida tenga formas geométricas o inspiradas en la naturaleza y nos dé pena destrozarlas para engullirlas no sale barato: cada comensal abonará 180 euros para presumir de haber saboreado una revolución tecnológica. De hecho, aunque Barradas asegura que en esta ocasión "van a subir de calidad el nivel gastronómico", las cenas serán algo más económicas que las de Londres: allí el cubierto costó 250 libras (unos 280 euros). Eso sí, también habrá Tetris Tapas para los apasionados de la impresión 3D que no puedan pagarse el cubierto pero sí quieran curiosear.

¿La futura cadena de restaurantes de moda?

"Las impresoras aún son bastante caras y el riesgo de error es bastante elevado, es bastante prueba y error hasta que das con la tecla", explica Barradas. El de Lleida no será su último evento. El cofundador de Food Ink planea que su efímero restaurante dé una gira mundial por una docena de países (ciudades como Dubái, Roma, París, Ámsterdam o Buenos Aires disfrutarán de estos eventos) e incluso pretende abrir sedes permanentes en 2017 en Londres y Nueva York.

"Nuestro camino es abrir franquicias de Food Ink por todo el mundo. Será un poco como la experiencia [Hard] Rock Café pero en este caso te puedes llevar tu propia impresión. En vez de llevarte un recuerdo de algo que no es personal, te llevarás algo personal de la experiencia que acabas de tener", afirma Barradas.

Aunque lleva tiempo hablándose del salto gastronómico que supondrá la comida impresa en 3D, ¿tendremos todos una en nuestro hogar del futuro para animarnos el día comiendo una flor o su utilización quedará reducida a los restaurantes de lujo más futuristas que quieran impactar a sus clientes?

El chef Mateu Blanch lo tiene claro. "Yo anticipo que en muchos hogares habrá impresoras 3D. Esto será como las Nespresso: meterás una cápsula y harás tu receta". Mientras tanto, los ‘techies’ en particular y los amantes de la innovación gastronómica en general pueden preparar una abultada cartera para degustar el menú de Food Ink en Lleida. En el momento de escribir estas líneas, aún quedaba alguna entrada disponible.

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