POR LA PERSECUCIÓN A LOS UIGURES
La UE aprueba sanciones sobre DDHH contra China por primera vez en treinta años
Los ministros de Asuntos Exteriores han aprobado sanciones contra cuatro personas y una entidad china por la situación de los musulmanes uigures
Es un acto casi simbólico, con pocos efectos prácticos pero con peso en lo que puede ser el futuro de las relaciones. Por primera vez desde que en 1989 se aplicara una prohibición de exportación de armas a la República Popular China por la masacre de Tiananmen, la Unión Europea ha aprobado sanciones contra el régimen de Pekín por violación de derechos humanos. Esta vez ha sido por el trato que reciben los musulmanes uigures, especialmente en la región de Xinjiang.
La medida, que ya fue aprobada la semana pasada por los embajadores permanentes de los Veintisiete ante la Unión Europea, consiste en la congelación de bienes y la prohibición de viajes para cuatro personas. El Parlamento holandés es el único de la Unión Europea que por ahora ha calificado de “genocidio” el trato chino contra los uigures. Expertos de Naciones Unidas denuncian que hay un millón de uigures retenidos en campos de detención en la provincia de Xinjiang.
La decisión de los Veintisiete muestra la voluntad de la Unión Europea de tener una mayor coordinación con la administración americana del nuevo presidente Joe Biden. Seguramente en el trato respecto a Pekín sea en el que hay menos puntos en común entre Washington y Bruselas, pero los ministros de Asuntos Exteriores han dado una muestra de que la UE está dispuesta a endurecer su mensaje contra Pekín.
El ministerio de Asuntos Exteriores chino ya reaccionó la semana pasada ante el anuncio de la luz verde a las sanciones por parte de los embajadores permanentes. “Si la UE toma decisiones erróneas basadas únicamente en las mentiras de fuerzas anti-China malintencionadas, entonces muestra claramente que esto no es más que manipulación política. Si la UE insiste en tomar acciones incorrectas que perjudiquen los intereses chinos, reaccionaremos con mano firme”, aseguró un portavoz del ministerio. Pekín ha respondido aplicando sanciones contra diez europeos, entre ellos algunos eurodiputados, y cuatro entidades comunitarias.
Estas sanciones forman parte de un paquete más amplio aprobado este lunes por los ministros bajo el esquema de la llamada “Ley Magnitsky” para sancionar los ataques contra los derechos humanos. Además de a China, el paquete incluye sanciones contra Libia por ejecuciones extrajudiciales y desapariciones forzadas, así como por la tortura y represión de personas del colectivo LGBTI y opositores políticos en Chechenia, y ejecuciones y asesinatos en Sudán del Sur y Eritrea.
La Unión Europea está en continua tensión a la hora establecer una estrategia respecto a China. Por un lado recientemente Bruselas ha cerrado un acuerdo de inversiones con Pekín, por el que presionó mucho la presidencia alemana del Consejo de la UE, y que disgustó mucho al equipo de Biden y también a muchas voces en el Parlamento Europeo. Todavía debe ser aprobado, y con esta escalada de sanciones las opciones de que salga adelante se reducen. Al mismo tiempo los Veintisiete tratan de tender puentes con el gigante asiático, intentando apostar por una “tercera vía” alejada del choque directo que plantean los Estados Unidos, pero teniendo que mostrar su desacuerdo ante los acontecimientos en lugares como Xinjiang o Hong Kong. Además, los Estados miembros se encuentran muy divididos respecto a la estrategia que se debe tomar con Pekín.
La lista negra
En la lista la UE ha incluido a Zhu Hailun, que fue responsable de la seguridad interior y la aplicación de las leyes de Xinjiang, y “ocupó un cargo político clave desde el que se encargaba de supervisar y ejecutar el programa de vigilancia, detención y adoctrinamiento a gran escala dirigido a los uigures y a personas de otras minorías étnicas musulmanas”, recordando que Zhu Hailun ha sido calificado como el “arquitecto” del programa.
El segundo nombre incluido es el de Wang Junzheng, al que se le acusa de “graves violaciones de los derechos humanos en China, en particular de detenciones masivas arbitrarias de uigures y personas de otras minorías étnicas musulmanas, así como de tratos degradantes hacia ellos y de violaciones sistemáticas de su libertad de conciencia y de religión”. También se le acusa de ser pieza clave del “uso sistemático (...) de la población uigur y de otras minorías étnicas musulmanas como mano de obra forzosa, en particular en los campos de algodón”.
La tercera persona incluida en esta lista negra es Wang Mingshan, responsable de la seguridad interior y la aplicación de leyes en Xinjiang, por lo que se considera que ocupa “un cargo político clave desde el que se encarga de supervisar y ejecutar el programa de vigilancia, detención y adoctrinamiento a gran escala dirigido a los uigures y a personas de otras minorías étnicas musulmanas”. Los ministros también le señalan como la persona encargada de desarrollar el programa de macrodatos “utilizado para rastrear a millones de uigures en la región de Xinjiang y señalar a aquellos que pudieran suponer una ‘amenaza potencial’ para enviarlos a campos de detención”. El cuarto nombre, el de Chen Mingguo, también está conectado con el programa de macrodatos para la detención y deportación a campos de detención. La entidad sancionada ha sido la Oficina de Seguridad Pública del Cuerpo de Producción y Construcción de Xinjiang.