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Se aplica después del Brexit

Portazo a los inmigrantes en Reino Unido: obligatorio hablar inglés y ganar 30.000€

Boris Johnson ha presentado su plan migratorio, inspirado en el sistema de puntos australiano y solo para trabajos cualificados, que podría dejar sin acceso al país al 70% de comunitarios

Una protesta contra el Brexit en el Reino Unido. (EFE)

El Gobierno británico cumple su palabra y está llevando a cabo la mayor reforma del sistema migratorio de las últimas cinco décadas. Se trata de una auténtica revolución. A partir del 1 de enero de 2021 —cuando finalice el periodo de transición pos-Brexit— se termina definitivamente la libertad de movimiento.

No habrá ningún tipo de prioridad para los comunitarios ni tampoco visas para inmigrantes no cualificados. Todo aquel que quiera entrar en el Reino Unido deberá tener previamente una oferta de empleo, ganar una media de 30.000 euros anuales y hablar inglés. Asimismo, deberá pagar una cuota de alrededor de 500 euros anuales para poder ser atendido en el Sistema Nacional de Salud (lo que equivale a tener un seguro privado) y no podrá percibir prestaciones sociales hasta que no lleve residiendo en el país cinco años.

Aquellos que quieran venir como turistas podrán hacerlo por un periodo de hasta seis meses. Sin embargo, si quieren luego quedarse a trabajar, deberán salir primero del país y pedir un visado propio de trabajo. Las nuevas normas también se aplicarán a los estudiantes, que tendrán que demostrar que son capaces de "vivir por sí mismos" (en definitiva, que no suponen un coste para el sistema), aunque podrán permanecer en el Reino Unido y trabajar durante dos años después de la graduación.

Tampoco se puede decir ahora que el anuncio haya pillado por sorpresa. El plan estaba en el manifiesto del Partido Conservador con el que Boris Johnson ganó por una aplastante mayoría absoluta las elecciones del pasado mes de diciembre. El mensaje, al fin y al cabo, se hacía eco de la campaña euroescéptica del histórico referéndum de 2016: recuperar el control de las fronteras, poder determinar quién llega y quién sale. La inmigración siempre fue la cuestión protagonista.

Había voces que aseguraban que el primer ministro seguía siendo en el fondo un liberal, que algo de él quedaba de su época como alcalde de la cosmopolita metrópoli londinense, cuando defendía la aportación de los inmigrantes a la sociedad. Pero con el anuncio de este miércoles, el líder 'tory' deja claro que sus creencias personales no están interfiriendo con sus instintos políticos.

Afectaría al 70% de los comunitarios

Desde el plebiscito de 2016, la inmigración de la UE ha disminuido, aunque todavía llegan más comunitarios de los que se van. En cualquier caso, según las estimaciones oficiales del Ejecutivo, se espera que alrededor del 70% de los 200.000 comunitarios que se mudan cada año al Reino Unido quede excluido ahora con las nuevas reglas, lo que significaría alrededor de 140.000 personas cada año.

Sin facilidades para los no cualificados, surgen ahora las dudas de cómo sobrevivirá, por ejemplo, el sector servicios. Pero el documento publicado por el Gobierno indica que los comunitarios que ya están en el Reino Unido —aquellos que tienen derecho a quedarse tras el Brexit y a los que no se les aplicarán las nuevas normas— "otorgarán a las empresas la flexibilidad necesaria para cumplir con las necesidades del mercado laboral".

La ministra de Interior, la euroescéptica Pitri Patel, asume que estas propuestas representan un "cambio significativo para las compañías", por lo que se publicará un completo programa de comunicación para informar a las empresas en las próximas semanas.

En cualquier caso, se mostró “emocionada” de poder “retomar el control de la política migratoria por primera vez en décadas”. “Tendremos un sistema global que no discriminará entre los ciudadanos europeos y no europeos, y significará básicamente que los mejores y los más brillantes podrán venir al Reino Unido y traer aquí su talento, que reconoceremos con un sistema de puntos”, agregó.

Sistema de puntos

En efecto, el Reino Unido aplicará a partir del próximo año un sistema inspirado en el australiano, uno de los más duros del mundo. Eso significa que todo aquel que desee mudarse a trabajar al país, aparte de pagar la visa que se exige ahora a los no comunitarios (1.200 libras o 900 libras para casos de gran cualificación y demanda), deberá obtener además 70 puntos a partir de baremos como el nivel de salario (menos de 23.039 libras no puntúa nada, más de 25.600 puntúa 20), tipo de profesión (arquitectos o doctores recibirán 20 puntos) o doctorados en ciencias 'duras'.

El nuevo sistema introducirá la llamada 'visa de talento global', que reemplazará la ruta actual de 'talento excepcional' y eliminará el límite de 21.700 entradas al año para hacer frente a la actual escasez, por ejemplo, de doctores en el Sistema Nacional de Salud. Asimismo, el umbral medio de 30.000 libras anuales que se llegó a plantear en los tiempos de Theresa May se reduce ahora a las 25.600 libras (alrededor de 30.000 euros).

Los empresarios habían hecho campaña para reducir el umbral salarial advirtiendo de que eso dificultaría la contratación. En este aspecto, se muestran satisfechos. Sin embargo, han mostrado una vez más su preocupación ante el hecho de que se vaya ahora a cerrar las puertas a los inmigrantes poco cualificados.

Los sectores de servicios, hortícola, cuidado de mayores y construcción serán los más afectados

Carolyn Fairbairn, directora general de CBI, la principal patronal del Reino Unido, ha advertido de que los sectores de servicios, hortícola, cuidado de mayores y construcción serán los más afectados. “Muchos se preguntarán ahora qué van a hacer para reclutar a sus empleados”, añade.

Es precisamente en estos sectores donde miles de inmigrantes del bloque han encontrado trabajo en los últimos 16 años desde que la UE se expandió para acoger ocho estados de Europa del Este, como Polonia, Bulgaria y Rumanía.

El Gobierno insiste en que los 3,4 millones de comunitarios actualmente residentes en el Reino Unido llenarán ahora las vacantes, pero los empresarios tienen sus dudas. Kate Nicholls, directora ejecutiva de la asociación de comercio de la hostelería del Reino Unido, señala que si bien el sistema de puntos ayudará en la contratación de gerentes de hoteles y restaurantes, no aliviará las vacantes para trabajos menos cualificados, como empleados del hogar, camareros y cocineros. "Tenemos ya problemas para suplir estas vacantes, así que a partir de ahora no se abrirán tantos restaurantes nuevos y muchos de los actuales tendrán que reducir sus horarios por la falta de personal", afirma.

Por otra parte, el Ejecutivo ha tratado de satisfacer las preocupaciones de la industria hortícola sobre el reclutamiento de trabajadores para recoger frutas, verduras y flores. El año pasado, la escasez ya provocó el desperdicio de productos. Más de 1.000 toneladas de manzanas, por ejemplo, quedaron sin recoger por la falta de mano de obra.

En este sentido, el Gobierno se ha comprometido a permitir que alrededor de 10.000 inmigrantes poco cualificados puedan acceder al país cada año durante un periodo de seis meses para las cosechas. De momento, es tan solo un programa piloto, aunque los ministros prometen analizar cómo se pueden satisfacer las necesidades del sector.

Baremos del sistema de puntos

Requerimientos obligatorios

Tener una oferta de empleo patrocinada por la empresa: 20 puntos.

Que el empleo sea cualificado: 20 puntos.

Tener nivel de inglés B1: 20 puntos.

 

Puntos por salario

£ 20.480 - £ 23.039: cero puntos.

£ 23.040 - £ 25.599: 10 puntos.

£ 25.600 o más: 20 puntos.

 

Puntos adicionales

Trabajo en un sector de alta cualificación donde haya mucha demanda (doctores, arquitectos, veterinarios…): 20 puntos.

Doctorado en materia relevante para el trabajo: 10 puntos.

Doctorado para científicos, ingenieros, matemáticos: 20 puntos.

 

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