Argelia cambia a su embajador en España en plena crisis por el suministro de gas

El Gobierno argelino ha decidido cambiar a su embajador en España, Toufik Milat, tras algo menos de dos años en el puesto, en una salida que coincide con el momento de incertidumbre por el suministro del gas argelino a España. El último evento de despedida del embajador Milat fue un encuentro con la secretaria de Estado de Asuntos Exteriores y Globales, Ángeles Moreno Bau, el pasado 29 de octubre, según ha informado la propia embajada.

Desde que Argel anunciara la ruptura de relaciones diplomáticas con su vecino y rival Marruecos el pasado agosto, y con ellas la no renovación del contrato de explotación del Gasoducto Magreb-Europa (GME) que pasa por territorio Marroquí antes de desembocar en España, Madrid ha redoblado su actividad diplomática para asegurarse el abastecimiento de gas argelino. El GME transportaba cada año hacia la Península más de 10.000 millones de metros cúbicos de gas natural, lo que lo convierte en su principal proveedor y supone algo más de un 20% del gas que suministra a España. Este domingo por la noche el presidente de Argelia, Abdelmayid Tebún, hizo oficial el cierre del flujo de gas argelino por la tubería.

El Gobierno español ha tratado de obtener garantías de que el suministro de gas a través de un segundo gasoducto, el de Medgaz, que une directamente Argelia con España (Almería) y que suministra a España unos 8.000 millones de metros cúbicos. En una ofensiva diplomática escenificada en sendos viajes a Argel, tanto el ministro de Exteriores, Jose Manuel Albares, como la ministra de Transición Ecológica y Reto Demográfico, Teresa Ribera se han reunido con las autoridades argelinas para asegurar el aumento del flujo de gas a España por el gasoducto de Medgaz para hacer frente a la demanda energética española. “Desde Argel, se han dado garantías al más alto nivel”, declaró el propio Toufik Milat, a El Confidencial hace apenas unos días.

La diplomacia española está intentando mantener el delicado equilibrio entre dos grandes vecinos del sur, Marruecos y Argelia, y aprovechar la crisis argelo-marroquí para intentar restañar las heridas con Rabat que abrió la acogida humanitaria del líder polisario Brahim Ghali, al tiempo que mantiene una cordial y económica relación con Argelia.