“He querido matarme”: esta es la carta sobre un caso de abuso sexual que el Papa ignoró

“La Iglesia pretende aplicar el principio de ‘tolerancia cero’ contra el abuso sexual de menores”. El papa Francisco se mostró así de tajante hace unos meses en un encuentro con los miembros de la Comisión Pontífica para la Protección de Menores. Un mensaje que ahora parece evaporarse tras la exclusiva destapada por The Associated Press. Según la agencia, el papa recibió en 2015 una carta en la que una víctima detallaba de forma gráfica cómo un sacerdote abusó sexualmente de él.

La Iglesia respondería con la aplicación de las más firmes medidas, insistía el papa en el encuentro del pasado septiembre respecto a los casos de abuso. Durante el viaje de regreso de Sudamérica, en declaraciones a un reportero de AP, el papa dijo: “Ustedes me dicen con buena voluntad que existen las víctimas, pero yo no las he visto porque no han dicho nada”. Ahora, la carta de ocho páginas que recibió en 2015 apuntaría lo contrario.

Fueron los miembros de la Comisión Pontífica para la Protección de Menores los que aseguraron que en abril de 2015 enviaron una delegación a Roma para darle en mano al papa una carta contando un caso de abuso sexual por parte del exsacerdote Fernando Karadima. Según el autor de la carta, Juan Carlos Cruz, el obispo Juan Barros y “otros testigos” lo vieron e ignoraron.

El cardenal Sean O’Malley, presidente de la Comisión, fue el encargado de entregarle la carta al propio papa Francisco. “Nos dijo que se aseguraría de dársela y de contarle todas nuestras preocupaciones”, contó a AP la miembro de la Comisión, Marie Collins. “Más tarde ese día, nos aseguró que lo había hecho”. Cruz también aseguró que el papa Francisco había recibido la carta. “El cardenal O’Malley me llamó después de la visita del papa aquí, a Filadelfia, y me dijo que le había entregado la carta en sus propias manos”, dijo poco después.

“He querido matarme”

“Santo Padre, le escribo esta carta porque estoy cansado de luchar, de llorar y sufrir”, comenzaba la carta que Cruz le había escrito, en español, al papa Francisco. “Nuestra historia es bien conocida y no hay necesidad de repetirla, excepto para decirle el horror de haber vivido este abuso y cómo he querido matarme a mí mismo”. En la misiva, Cruz le suplica al papa que le escuche y que cumpla su palabra de “cero tolerancia”. “Ya es bastante malo que hayamos sufrido una pena y una angustia tan enorme por el abuso sexual y psicológico, pero el terrible mal trato que hemos recibido por parte de nuestros pastores es aún peor”.

Cruz se refiere a cuando él y otros supervivientes de abuso sexual, tras años denunciando la ocultación de los crímenes de Karadima, fueron acusados de mentirosos por la Iglesia chilena y por el propio embajador del Vaticano en Santiago. “Aún más difícil era cuando en la habitación de Karadima, Juan Barros miraba cuando éste nos tocaba y nos hacía besarle mientras nos decía: ‘Pon tu boca cerca de la mía y saca la lengua’”, continuaba describiendo en la carta. “Juan Barros fue testigo de todas estas innumerables ocasiones, no solo conmigo”.

Por su parte, Barros ha negado repetidas veces haber sido testigo o haber encubierto cualquier caso de abuso. “Nunca he aprobado o participado en estos actos deshonestos”, aseguraba a AP. El pasado mes de enero, el papa Francisco defendía a Barros y aseguraba que las acusaciones de que hubiera encubierto abusos sexuales a menores eran “calumnias”.