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hoy se inicia la redacción de otra constitución

Fraude electoral, veto internacional: Maduro inaugura su enroque en el poder

Cada vez emergen más detalles que dan cuerpo a la teoría de una manipulación de la votación. Venezuela empieza a ser reconocida oficialmente en el mundo como un estado no democrático

Cientos de personas participan en una concentración a favor de la Constituyente en Caracas, el 2 de agosto de 2017. (EFE)

Cerca de las 12 de la noche del domingo, la rectora del Consejo Nacional Electoral (CNE) de Venezuela Tibisay Lucena anunciaba que más de 8 millones de personas habían participado en la votación de la Asamblea Nacional Constituyente. Pero ya alguien había adelantado que ese sería el resultado que se daría por televisión. El presidente de la Asamblea, el opositor Julio Borges dijo horas antes que el CNE tenía preparado un boletín en el que oficializaría una participación de 8,5 millones de personas. Unos días después, la sombra del fraude se ciñe sobre la elección, sobre todo a partir de las declaraciones de Smartmatic, la empresa encargada del sistema de votación electrónico, que asegura que hubo manipulación.

“Reciclan gente dándole vuelta una y otra vez”, dijo Julio Borges sobre las imágenes de participación que se pudieron ver en el canal estatal Venezolana de Televisión durante el domingo, y aún a la hora de escribir estas líneas. “Miles y miles se han visto en vídeos que se han vuelto virales, de gente votando, atravesando ríos a pie, en curiara [embarcación pequeña], atravesando montañas”, dijo Jorge Rodríguez, alcalde de Libertador y jefe de estrategia y propaganda del comando de campaña Zamora 200. Además, señaló que en realidad la votación iba a ser de 10 millones de personas, pero que debido a la violencia y a la presencia de paramilitares colombianos no pudo ser.

En la calle, al menos en Caracas, el día 30 no se vivió como en elecciones anteriores. La referencia de quien escribe son siete procesos electorales, incluyendo el del domingo y la consulta popular del 16 de julio organizada por la oposición. Poca gente, por ejemplo, en el liceo Andrés Bello, el segundo centro de votación más grande de Venezuela y que aglutina a 12.ooo electores. A las 10 de la mañana, apenas una decena de personas esperaba en la puerta para votar, cuando usualmente las colas son cuantiosas.

El Poliedro, un recinto de eventos y espectáculos, fue habilitado como centro de contingencia por el CNE para que los electores de Chacao, Baruta y El Hatillo, todos municipios opositores, acudieran a votar. A las 2 de la tarde empezaba a vaciarse. Y aunque, como dice el alcalde Rodríguez, hay material viral sobre la amplia participación, también hay muchas fotos y vídeos que dicen lo contrario.

La agencia Reuters lanzó una información exclusiva un poco antes del comunicado de Smartmatic donde aseguran que para las cinco y media de la tarde, media hora antes del cierre oficial de las mesas, apenas habían votado 3.720.465 electores. Aunque luego se extendió la apertura hasta las 19h, desde el Centro Carter, explican a la agencia que doblar la votación en el último momento sería “algo sin precedentes”.

El rector Luis E. Rondón, la voz discordante dentro del CNE, se desmarcó del ente del que forma parte, compuesto por otras cuatro rectoras, todas afines al chavismo. “No puedo garantizar la consistencia o veracidad de los resultados”, dijo. No ayuda a aclarar la situación que el CNE solo haya emitido un boletín informativo y, a tres días de la elección, aún no hayan dado resultados detallados por mesa. Lo común solía ser mostrarlos, como tarde, a la mañana siguiente. A la hora de redactar esta nota, la página web del Poder Electoral se encuentra inhabilitada y con el mensaje “Disculpe en estos momentos estamos actualizando información, en breves momentos estaremos informando” (sic). Tampoco ayuda que no hubiera observadores electorales ni testigos de mesa asociados a la oposición.

Vista externa de la sede del Consejo Nacional Electoral (CNE), ayer, 2 de agosto de 2017, en Caracas. (EFE)

Fin del idilio

La Unión Europea anunció este miércoles que ese bloque no reconocerá la Asamblea Nacional Constituyente (ANC). “Tiene preocupaciones sobre su legitimidad y efectiva representatividad”, dijo la alta representante para las Relaciones Exteriores de la Unión Europea, Federica Mogherini. Y anunciaron que habrá medidas urgentes contra el país. ¿Cuáles? Aún no se sabe, aunque España está haciendo campaña a favor de la imposición de sanciones. Estados Unidos, que ya califica oficialmente a Venezuela de "dictadura", ya ha impuesto las suyasya ha impuesto las suyas, y ha enarbolado la posibilidad de establecer un embargo petrolero (el país compra 700.000 barriles venezolanos al día, pero es apenas el 7,5% del crudo que importa de todo el mundo; es decir, que Venezuela saldría mucho más perjudicada que EEUU si éste cumple con su amenaza). Y casi todos los países de la OEA han condenado el proceso venezolano.

Antonio Mugica, presidente de Smartmaric, dijo desde Londres que según las estimaciones de su compañía hay una diferencia de al menos un millón de votos con los dados por el CNE. “Gracias a la existencia de este robusto sistema automatizado de votación es que podemos saber, sin lugar a dudas, que en las pasadas elecciones de la Asamblea Nacional Constituyente hubo manipulación del dato de participación”. Horas antes de la denuncia, veinte gerentes de la empresa se fueron de Venezuela para evitar represalias.

La rectora Lucena salió en la tarde del miércoles para fijar postura. Calificó de graves las declaraciones de la empresa “proveedora de la maquinaria electoral cuyo único rol es proveer ciertos servicios y soporte técnico que no son determinantes en sus resultados”. Y dijo que esto es una arista más de la “agresión permanente iniciada hace dos semanas contra el CNE y su persona”. Lucena fue añadida al la lista OFAC hecha por el Departamento del Tesoro de Estados Unidos.

Pero no siempre fue Smartmatic tan ninguneada como hoy. La empresa se ha encargado desde 2004 y hasta ahora de asegurar que el sistema electoral venezolano sea “el más seguro del mundo”. En su momento se llegó a decir que los dueños estaban relacionados con Hugo Chávez. 14 elecciones, más de medio millón de máquinas en todo el país y más de 377 millones de votos procesados en estos años sólo en Venezuela. La empresa se internacionalizó y ha sido parte de votaciones en más de 12 países, incluyendo Argentina, Brasil o Estados Unidos. Sus directivos también forman parte de HiSotf, empresa afincada en Panamá y encargada de llevar a Venezuela otras máquinas: las captahuellas usadas para controlar la venta de productos regulados. Jennifer McCoy, representante del Programa para las Américas del Centro Carter, dijo en su día que el sistema electoral venezolano “previene la posibilidad del doble voto y la suplantación de identidad” y que elimina la posibilidad de error al ser todo automatizado.

Y así es. La máquina de votación es táctil, con pantallas donde aparecen las boletas electrónicas en las que la personas pulsa la opción elegida. El aparato registra el voto, que aparece en pantalla. El elector puede confirmar el dato y votar. Luego aparece un comprobante, como si de un recibo de un pago con tarjeta se tratara, y se deposita en las cajas del CNE para resguardo y posterior auditoría, en caso de ser necesaria. Es justamente una auditoría independiente la que podría aclarar qué pasó y limpiar la credibilidad de un Poder Electoral que, a medida que pasan las horas, pierde el prestigio y la credibilidad ganado en años.

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