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tURQUÍA: "eeuu HA PROMETIDO QUE SERÁ ÁRABE"

¿Raqqa kurda? El disputado plan civil para la fase pos-Estado Islámico

El vacío que dejará la derrota de Daesh es, a semanas del gran asalto sobre su 'capital', la gran incógnita de la ofensiva. El dominio de los kurdos, aliados de EEUU, puede desatar otro enfrentamiento

Un combatiente de las milicias kurdo-árabes SDF observa a civiles que huyen de Raqqa cerca de la ciudad. (Reuters)

En noviembre del año pasado, Jaled, un sirio opositor árabe-suní, se reunió en Estambul con oficiales del Ministerio de Asuntos Exteriores estadounidense en representación de la sociedad civil de Raqqa. El encuentro era uno de los sondeos de Washington para dibujar el posible escenario tras la ofensiva de la Coalición Internacional contra el Estado Islámico. Jaled llevó al consulado de EEUU los puntos acordados por la “Asamblea de la Juventud de Raqqa”: “No queremos que las YPG (las milicias kurdo-sirias) se asienten en la ciudad”, instó, para encomiar la opción turca, “preferimos que sean las fuerzas del Escudo del Eufrates (las milicias árabes sirias) las que nos ayuden a expulsar a Daesh”.

“No podemos dar marcha atrás en el tiempo”, fue la respuesta de la responsable de misión, antes de revelar que serían las YPG quienes liderarían el asalto. Desde 2014, el Pentágono ya se había servido de la milicia kurda para combatir a Daesh en el norte de Siria. Un año más tarde ya operaban bajo el sello de las SDF (Fuerzas Democráticas Sirias). En la reunión, Jaled insistió en los riesgos de confiar las armas a una minoría que solo conforma el 5% de la población en Raqqa y cómo esto podría desatar un enfrentamiento posterior. “Me dijeron que el suministro solo se realizaría durante la ofensiva; y que en el período (de reconstrucción civil) retirarían el apoyo”, revela Jaled a El Confidencial.

Los expertos creen que un modelo autoritario de los kurdos en zonas de mayoría árabe, como Raqqa, precipitará la vuelta de los grupos yihadistas

El vacío que dejará la derrota de Daesh es, a solo unas semanas del gran asalto sobre la capital del Estado Islámico, la principal incógnita de la ofensiva de Raqqa. La Coalición Internacional no asume ninguna responsabilidad, “el desarrollo nacional no es nuestro cometido”, afirma a El Confidencial el portavoz de la operación, el coronel estadounidense Ryan S. Dillon. Todavía no se ha establecido un proyecto civil para el día en el que los yihadistas sean derrotados en el feudo de su "Califato". ¿Quién tomará el poder en una ciudad de 300.000 habitantes? ¿Quién ofrecerá los servicios municipales? ¿Qué fuerza se encargará del orden y la seguridad? ¿Qué fondos financiarán la reconstrucción de Raqqa?

El dominio kurdo en Raqqa, ¿la vuelta del ISIS?

El 18 de abril de este año, con el plan de la incursión ya en marcha, las SDF anunciaron la formación de un Consejo Civil para Raqqa, con base en Tel Abiad, “formado por la gente de Raqqa (árabes, kurdos y turcomanos) y los principales miembros de las tribus, para debatir las distintas opiniones y gobernar la ciudad”, podía leerse en el comunicado. Sin embargo, Jaled asegura que son altos mandos de las YPG quienes ejercen el poder real y que la selección de los líderes no es equilibrada, dando más notoriedad a los líderes de las YPG, como Leila Mustafa (graduada en ingeniería), que a dirigentes árabes como Mahmud al Bursan, el 'sheikh' (líder local) de la tribu Al Weldeh. “De los 70 miembros, al menos dos árabes han abandonado su puesto porque no tienen libertad para tomar decisiones”, afirma Jaled.

El principal temor de los residentes de Raqqa es que las YPG incluyan la ciudad en el pseudoestado de Rojava que los kurdos han establecido en el norte de Siria gracias al apoyo aéreo y estratégico norteamericano. Así lo confesó en marzo el codirigente del PYD (Partido de la Unión Democrática que gobierna este territorio), Salih Muslim: “esperamos esto porque nuestro proyecto es para todo (el país de) Siria y Raqqa puede formar parte de él”. Si Raqqa pasa a ser un nuevo cantón kurdo, la división de poderes con los árabes se adivina improbable.

El ejemplo es la ciudad de Manbij, capturada por las SDF en agosto del año pasado, donde “los esfuerzos para incluir a los árabes en el modelo de administración han sido sólo superficiales”, afirma el analista sirio Haid Haid en su artículo “Las ramificaciones del plan de gobierno civil para Raqqa”. “Las figuras árabes que quieren participar en la autoadministración reciben títulos pero sin autoridad real”, puede leerse en el informe del International Crisis Group: “Fighting ISIS: The Road to and beyond Raqqa”, “la última toma de decisiones depende de los mandos (del YPG) entrenados por el PKK en Qandil”.

Los expertos creen que un modelo autoritario del PYD en zonas de mayoría árabe, como Raqqa, podría precipitar la vuelta de los grupos yihadistas. El descontento de la población árabe podría ser el caldo de cultivo para que Daesh pueda reclutar y volver a introducirse en el norte de Siria. “El mismo método que permitió a su organización matriz (Al Qaeda en Irak) sobrevivir y recuperarse tras una aparente derrota hace 10 años”, concluye el informe del ICG. De momento, las principales figuras del grupo terrorista han huido hacia el este, en la frontera de Irak, Mayadin (Deir Ezzor), donde han establecido una nueva 'capital' de facto.

La Coalición prepara a la futura Policía de Raqqa

Ante un posible resurgir de Daesh, la Coalición entrena a una unidad de seguridad “que pueda encargarse de esta amenaza en el futuro”, revela a El Confidencial el coronel Ryan S. Dillon. El portavoz de la operación internacional se refiere a las fuerzas de seguridad interna de Raqqa (RISF), una unidad policial de 48 miembros que se graduó el pasado 24 de mayo, “formada por 'raqawis' (mayoritariamente árabes) con el objetivo de proteger a sus barrios, amigos, familias y otros residentes de la posible vuelta de ISIS”, informa a este diario el mando central de la Coalición. Los entrenamientos -que duran una semana- van a continuar hasta lograr un cuerpo de unos 3.500 efectivos.

“Su función inmediata no es (la propia) de la policía civil o de la investigación pero probablemente evolucionará en una fuerza policial cuando Raqqa vuelva a la normalidad y se restablezca la gobernabilidad y los servicios esenciales después de la liberación”, sigue el mando del ejército norteamericano. En cuanto a la misión que tendrá la policía de Raqqa en la inminente ofensiva, “se encargará de garantizar la seguridad interna y proteger a la población en una situación de infraestructura crítica”.

“Washington nos ha prometido una Raqqa árabe”

Que la administración de Raqqa caiga en el poder de las YPG también preocupa a Turquía. “Washington nos ha prometido que dejará la ciudad de Raqqa a los árabes”, dijo el Ministro de Asuntos Exteriores turco Ahmet Çavusoglu tras la reunión con Donald Trump a mediados del mes de mayo, en la que Ankara mostró su descontento ante el plan del Pentágono de rearmar a las YPG. Turquía considera a la milicia kurdo-siria una filial de los separatistas kurdos del PKK (Partido de los Trabajadores del Kurdistán), organización terrorista para Turquía, EEUU y la Unión Europea.

En los encuentros entre oficiales turcos y estadounidenses, el presidente turco Recep Tayyip Erdogan reclamó garantías para el período pos-Daesh en Raqqa y para que el armamento no termine en manos del PKK. Entre ellas, según ha publicado WSJ, el aumento de activos norteamericanos en inteligencia para operaciones contra el PKK en la frontera (EEUU disminuyó esta actividad en 2014); o un control exhaustivo del arsenal donado a las YPG; así como el apoyo a la retirada del PKK en Sinjar, Irak. Pero lo que más preocupa a todos los "proxies" del norte de Siria es qué fuerza que se quedará a cargo de la ciudad y la pugna de poder que se desatará a continuación.

* El nombre de Jaled es ficticio por motivos de seguridad.

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