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COMPARA A DONALD TRUMP CON RICHARD NIXON

El 'profeta electoral' que predijo la victoria de Trump cree que habrá un 'impeachment'

El profesor Alan J. Lichtman, cuyo sistema analítico sirvió para determinar que el magnate vencería en las elecciones de 2016, publica ahora un libro explicando por qué el presidente será destituido

Donald Trump tras firmar una orden ejecutiva en Washington, el 19 de abril de 2017. (Reuters)

“Un presidente que parece no haber aprendido nada de la historia está violando y abusando de la confianza pública y poniendo las bases para un conjunto de ofensas merecedoras de la destitución”. Las palabras se refieren a Donald J. Trump, actual inquilino de la Casa Blanca. Quien las pronuncia es Allan J. Lichtman, el “profeta electoral” de EEUU que predijo la victoria “imposible” del magnate, y que ahora asegura que el presidente no terminará un segundo mandato (y tal vez ni siquiera un primero): antes será sometido a un 'impeachment' y forzado a abandonar el cargo.

Probablemente el nombre de Lichtman no le diga nada: fuera de Estados Unidos, casi nadie le conoce a él ni su trabajo. En EEUU disfrutó de cierta popularidad tras haber sido una de las escasas voces que concluyó correctamente que Trump iba a ganar las elecciones de 2016, lo que le valió un breve mensaje del propio vencedor: “Profesor, enhorabuena, buen ojo”. Hubo otros que también lo vieron venir, en su mayoría periodistas que, en contacto con la calle, se dieron cuenta de que la profunda ira y ansia de cambio subyacente en el electorado podía provocar una revolución en las urnas. Pero Lichtman fue casi el único académico que advirtió el fenómeno basándose exclusivamente en herramientas analíticas.

Y ahora, este profesor de historia vuelve a la palestra con un libro en el que trata de aplicar estas mismas capacidades de análisis a una cuestión: ¿habrá un proceso de destitución contra Trump? Él está convencido de que así será. Su obra “The case for impeachment” apareció este martes 18 de abril en las librerías estadounidenses. El Washington Post ha publicado algunos extractos en una extensa reseña.

Antecedentes legales

El 'impeachment' es una figura legal que existe en algunos sistemas presidencialistas, que permite que las cámaras representativas, congresos y parlamentos puedan sacar del cargo a aquellos jefes de estado que se considere que han abusado de su poder. Es lo que le ocurrió, por ejemplo, a la brasileña Dilma Rousseff la pasada primavera.

En EEUU, dos presidentes han sido sometidos a este proceso: Andrew Johnson, en 1868, y Bill Clinton, en 1998. En ambas ocasiones, la votación les fue favorable y la destitución no prosperó. Pero ante esos precedentes, los rivales políticos de Trump llevan hablando de 'impeachment' casi desde el día de su victoria.

Las razones por las que Lichtman considera que esto ocurrirá son varias. La primera: pervertir los valores y las instituciones estadounidenses. “A través de la redacción, implementación y defensa de su veto de viaje [a los ciudadanos de siete países de mayoría musulmana] Trump ha pisoteado los principios y tradicionales americanos fundamentales”, escribe. “Ha reclamado de forma efectiva una autoridad presidencial absoluta, y ha roto la separación de poderes que los padres fundadores establecieron como contrapeso contra la tiranía”, añade. También “ha arrojado la culpa de forma preventiva sobre los tribunales por cualquier futuro atentado terrorista contra EEUU”, por lo que, opina, podría responsabilizar a la judicatura y otros enemigos políticos “como un pretexto para tomar el control bajo la ley marcial”.

En ese sentido, el profesor cree que el antecedente más parecido al caso de Trump es el del ex presidente Richard Nixon. “Incluso al principio de su presidencia, Donald Trump exhibe las mismas tendencias que llevaron a Nixon a violar los estándares más básicos de moralidad y a amenazar los fundamentos de nuestra democracia. Ambos comparten también una compulsión a desviar las culpas, y estaban plagados de inseguridades. Los dos explotaron los resentimientos de los estadounidenses y dividieron el mundo entre enemigos y leales”, sostiene. “Ninguno de los dos permitieron que la ley, la verdad, la prensa libre o el potencial de daños colaterales a otros se interpusieran en sus planes personales. Ambos estaban obsesionados con el secretismo y anhelaban control sobre la disidencia”, señala.

Ofensas pasadas y presentes

No obstante, el propio profesor admite que hay dos matices en su asunción. Uno, que las ofensas consideradas punibles con un proceso de 'impeachment' que puede cometer Trump debe ajustarse a la definición que dio en su momento el presidente Gerald Ford: “Cualquiera que una mayoría en la Cámara de Representantes considere en un momento dado”. Es decir, la Cámara, ahora mismo fuertemente dominada por miembros del Partido Republicano de Trump, tendría que cambiar de manos, algo que Lichtman cree que ocurrirá probablemente en la votación de mitad de mandato, en 2018. Y dos: que el 'impeachment' no se limite necesariamente a las violaciones que ocurran durante su ejercicio del cargo.

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En su libro, Lichtman describe en detalle muchas de las tropelías cometidas por Trump durante las décadas pasadas: la violación de la Ley de Alojamiento Justo (una medida introducida en 1968 para prevenir la discriminación racial, y cuyos inspectores, según relata el periodista David Cay Johnston en su libro “Cómo se hizo Donald Trump”, descubrieron en los años 70 que en las propiedades inmobiliarias del magnate se segregaba por raza a los inquilinos), la explotación de inmigrantes indocumentados en sus obras o las estafas de la Universidad Trump (Licthman no lo menciona, pero Johnston también relata en detalle sus probables conexiones con la mafia neoyorquina).

En cualquier caso, estas ofensas criminales podrían llegar hasta hoy, con la probable violación de la llamada “Cláusula de Emolumentos”, que prohibe que un cargo electo pueda beneficiarse económicamente de prebendas recibidas por sus actividades públicas, algo que no está nada claro respecto al imperio económico de Trump. “La familia de un presidente no debería beneficiarse de su ejercicio público”, escribe Lichtman, si bien en este caso “es imposible desligar los intereses financieros de Trump de los de su familia.

Rusia, la espada de Damocles

Pero la causa más probable de un 'impeachment' es la presunta connivencia del entorno de Trump con el Kremlin, que podría remontarse a alrededor de una década. “Trump tiene posibilidades de convertirse en el primer presidente estadounidense imputado por traición o por no haber denunciado la traición de agentes y asociados”, afirma Lichtman. “Una espada rusa de Damocles cuelga sobre la cabeza de Trump”, en forma de investigaciones del FBI y los comités de inteligencia del Senado y la Cámara de Representantes. “Si cae, su presidencia se acabó. Ni los Republicanos ni los Demócratas en el Congreso tolerarán un presidente comprometido o traicionero. Habrá un 'impeachment' y un juicio rápidos y decisivos”, asegura.

La situación, además, parece complicarse tras las recientes declaraciones de Sir Richard Dearlove, el antiguo jefe de espionaje del Reino Unido, quien ha afirmado que Trump podría haber recibido préstamos de Rusia para evitar el colapso de su imperio financiero durante la crisis económica de 2008. Un extremo que ha sido repetidamente negado por el presidente, lo que no obstante no impedirá que sea sujeto a investigación.

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Además, Lichtman cree que la personalidad de Trump es un factor adicional que podría acelerar el proceso. El “narcisismo extremo” y su tendencia a mentir de forma compulsiva, en la que el falseamiento de los hechos aparece está “enraizado como forma de vida” le llevarán a una “trampa de 'impeachment'”, en el que Trump probablemente se sentirá tentado a no decir la verdad bajo juramento en cuanto prospere el primer proceso legal en el que deba comparecer. Un ejemplo sería la investigación sobre la injerencia rusa: “La respuesta de Trump y su equipo a las alegaciones sobre comunicaciones con funcionarios rusos se ajusta al patrón clásico de encubrimiento”, comenta el profesor “Primero ocultación y negación; después, cuando es aireado por prensa, asegurar que esas comunicaciones eran rutinarias, inocuas o accidentales. Del tipo de 'un allanamiento de tercera clase'”, como se calificó en un primer momento al caso Watergate.

Nixon logró evitar el 'impeachment' anunciando su renuncia. En el caso de alguien con el ego de Donald Trump, la perspectiva es mucho más incierta.

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