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ha acertado todas las elecciones desde 1984

Allan J. Lichtman, el 'profeta electoral' que predijo que Trump ganaría las elecciones

El profesor Allan J. Lichtman ha desarrollado un sistema de premisas, a calificar de 'verdaderas' o 'falsas'. Si seis o más son falsas, el partido en el poder perderá la Casa Blanca, y ese es el caso

Allan J. Lichtman, durante una entrevista televisiva. (YouTube)

Muchas cosas han pasado en la campaña electoral en el último mes hasta que finalmente Donald Trump se hizo con la victoria de las elecciones de Estados Unidos. Una decena de mujeres han salido a la luz pública para acusar a Donald Trump de acoso sexual, quien, además, no dudó en llamar “mujerzuela desagradable” a Hillary Clinton durante un debate presidencial. Por si fuera poco, el candidato republicano se negó a dejar claro si reconocería el resultado en caso de una victoria de Clinton, al tiempo que se revelaban sus artimañas financieras para evadir impuestos. Comparado con eso, los problemas de salud de Clinton o el escándalo de sus correos electrónicos palidecen.

Y sin embargo, una victoria de Trump sigue siendo una posibilidad real. Es más: el 'profeta electoral' de EEUU, el profesor Allan J. Lichtman, que ha creado un método de análisis con el que ha acertado los resultados de los comicios estadounidenses durante las últimas tres décadas, cree que ahora mismo eso es lo que va a suceder.

El sistema de Lichtman se basa en 13 premisas a las que se responde 'verdadero' o 'falso'. Si seis de ellas o más son falsas, el partido en el poder perderá la administración y será reemplazado por el rival. Las premisas son:

1. Tras las últimas elecciones de mitad de mandato, el partido en el poder tiene más escaños en el Congreso que tras las previas elecciones de mitad de mandato.

2. No hay un rival serio para el nominado por el partido en el poder.

3. El candidato del partido en el poder es el presidente en ejercicio.

4. No hay un tercer partido o partido independiente de peso.

5. La economía no está en recesión durante la campaña electoral.

6. El crecimiento real per cápita durante el mandato equivale o excede al crecimiento medio durante los dos mandatos previos.

7. La administración en el poder ha efectuado grandes cambios en política nacional.

8. No hay inestabilidad social sostenida durante el mandato.

9. La administración en el poder no está salpicada por ningún gran escándalo.

10. La administración en el poder no ha sufrido ningún gran revés en asuntos extranjeros o militares.

11. La administración en el poder ha logrado algún gran éxito en asuntos extranjeros o militares.

12. El candidato del partido en el poder es carismático o un héroe nacional.

13. El candidato del partido rival no es carismático o un héroe nacional.

Una difícil interpretación

“Las 13 claves son un sistema de predicción con base histórica fundado en el estudio de cada elección presidencial desde 1860 a 1980, y desde entonces lo he usado de forma prospectiva para predecir, a menudo bastante antes de tiempo, los resultados de las ocho elecciones entre 1984 y 2012”, explica Lichtman. “Las claves básicamente estiman la fortaleza y actuación del partido en la Casa Blanca. Una respuesta de 'verdadero' en estas preguntas de 'verdadero/falso' siempre favorece al partido en el poder. Y si seis o más de las 13 claves son falsas, ese partido es el perdedor designado”, indica.

En unas elecciones tan atípicas como las que nos ocupan, la interpretación de algunas de estas premisas no es fácil: al tiempo que (premisa 7) los demócratas han instituido importantes medidas en política nacional (como el sistema médico conocido como Obamacare, aún en su versión más descafeinada debido a la férrea oposición republicana) y los logros económicos de la administración son indudables (premisas 5 y 6), la inestabilidad (premisa 8) ha estado presente durante gran parte de los dos mandatos de Obama, del Tea Party al movimiento Occupy Wall Street, pasando por Black Lives Matter. No hay duda alguna de que Donald Trump supone un rival serio para Clinton (premisa 2), o de que no hay posibilidad de reelección para el presidente en ejercicio (premisa 3), pero en otros casos no está tan claro.

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Algunos observadores creen que la irrupción del candidato libertario Gary Johnson y del exagente de la CIA Evan McMullin como terceros candidatos (premisa 4) puede acabar siendo un elemento decisivo, especialmente en Utah, donde las encuestas sitúan a McMullin a la par con Clinton y Trump, y cuya pérdida supondría un duro revés para los republicanos. Pero no hay consenso al respecto.

Lo mismo cabe decir sobre las premisas 9 y 10: grandes iniciativas de la administración Obama, como el acercamiento a Cuba y el acuerdo nuclear con Irán, son percibidos como éxito o error tremebundo en diferentes sectores de la población. Ni Hillary Clinton ni Donald Trump pueden ser considerados héroes nacionales (premisas 12 y 13) al estilo de, por ejemplo, Dwight Eisenhower, pero ¿son carismáticos? Clinton tiene la menor tasa de aprobación entre los votantes de todo signo en mucho tiempo y es intensamente odiada por los republicanos, pero muchas mujeres estadounidenses la consideran un ejemplo de emancipación y lucha por sus derechos. Y aunque gran parte del país detesta a Trump, para sus partidarios más férreos es una especie de estrella del rock.

Seis claves... volátiles

Pero Lichtman, profesor de historia en la Universidad Americana y autor del libro 'Predicting the next president: The Keys to the White House 2016' (Prediciendo el próximo presidente: las llaves hacia la Casa Blanca 2016), que hasta ahora había evitado hacer un pronóstico por considerar que los datos no estaban lo suficientemente claros, cree que ya es posible determinar al vencedor. Y en su opinión, los demócratas no serán capaces de mantenerse en el gobierno.

“Antes, las claves no eran concluyentes”, dice Lichtman, en una entrevista con el 'Washington Post' publicada este fin de semana. “Por algún tiempo, había solo cinco claves contra los demócratas en el poder. Pero desde entonces, esta sexta clave se ha vuelto contra los demócratas, y esa es la del tercer partido, basado en la estimación de que el candidato libertario, Gary Johnson, obtendrá un 5% o más del voto. Ese es un gran signo de descontento contra el partido en la Casa Blanca”, sostiene.

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“Los problemas tan severos y sin precedentes de Donald Trump, alardeando sobre el abuso sexual para después tener a 10 o más mujeres apareciendo en público y diciendo: 'Sí, eso es exactamente lo que hizo'… Eso no tiene precedentes. Pero no han cambiando ninguna clave”, opina Lichtman. Sin embargo, el profesor se cuida de señalar que, en este caso, soolo seis de las claves son ciertas, y que alguna de ellas podría alterarse en el último momento, especialmente la premisa del tercer partido.

El otro gran elemento volátil es el propio Trump. “Nunca hemos visto a nadie ampliamente percibido como un candidato tan peligroso, creador de precedentes y con potencial de hacer historia, que haya prevalecido desde la elección de Abraham Lincoln en 1860”, indica. Es decir, que en último momento, históricamente, los votantes han preferido siempre evitar los riesgos que conlleva elegir a alguien tan heterodoxo.

Sin embargo, Lichtman abre la puerta a la posibilidad de equivocarse. “Mire, yo no soy un adivino. No miro en una bola de cristal. Las claves se basan en la historia, y se basan en un montón de cambios a lo largo de la historia, son bastante robustas. Pero puede llegar un momento en el que el cambio sea tan cataclísmico que cambie los fundamentos de cómo hacemos política, y esta elección tiene ese potencial. Aún no lo sabemos, pero tiene el potencial”.

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