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Primeras fotos del mortífero cañón electromagnético de China

Tras más de dos años de carreras entre las grandes potencias mundiales por ver qué ejército se hacía antes con una de las llamadas armas del

Según las fotos, todo apunta a que un prototipo de esta devastadora arma estaría montado en uno de los buquer Tipo 072 de la Armada de China

Todo el mundo sabía desde hace años que China estaba trabajando para crear un cañón de este tipo, pero puede que estas filtraciones hayan dado al traste con sus planes.

De momento no se sabe nada más sobre esta arma, pero de funcionar podría convertirse en un elemento diferenciador en cualquier guerra del futuro.

Este movimiento de China le puede colocar entre las potencias a seguir ya no solo por su potencial militar, sino también por su capacidad de innovación y desarrollo. 

Por su potencia y su velocidad (sus proyectiles pueden alcanzar aceleraciones de más de 50.000 Gs y velocidades de salida de 4 a 8 kilómetros por segundo) es un arma casi imposible de parar

Estados Unidos parecía que sería el primer país en tener este arma, y lo colocaría en su moderno destructor USS Zumwalt, pero puede que China le haya pasado por la derecha. 

A falta de ver con más detalle el cañón chino, tenemos las imágenes de los últimos prototipos estadounidenses.

Así es el proyecto estadounidense

 

Tras más de dos años de carreras entre las grandes potencias mundiales por ver qué ejército se hacía antes con una de las llamadas armas del futuro, parece que podría haber un ganador: China. Según han publicado diversos medios, unas fotos de sus barcos Tipo 072 pueden haber desvelado el nuevo secreto de su Armada. Esta habría conseguido antes que nadie (adelantando sobre todo a Estados Unidos) una proeza: montar en un navío de combate un cañón de riel

Por si no sabes qué es exactamente esto, se trata de una variante de un cañón con motor eléctrico de tipo homopolar, en el que se aplica electricidad a dos raíles paralelos. El proyectil a lanzar se coloca entre los raíles y cierra el circuito transformándolo en un electroimán que impulsa al proyectil. Con suficiente carga eléctrica se pueden alcanzar aceleraciones de más de 50.000 Gs y velocidades de salida de 4 a 8 kilómetros por segundo.

Los cañones de riel permiten enviar un proyectil hasta casi 200 kilómetros de distancia a más de 7 veces la velocidad del sonido. Es decir, llega al blanco entregando sólo con energía cinética el equivalente de un proyectil explosivo mucho más grande. Como comparación, un fusil M-16 tiene una velocidad de salida de 930 m/sg y los cañones de los acorazados clase Iowa de los años 40 disparan sus (enormes y explosivos) proyectiles a poco más de 750 m/sg.

Semejante ‘bala’ sería casi imposible de interceptar y podría destruir o dejar fuera de combate con un solo impacto un barco de guerra moderno, mucho menos resistente que sus antepasados de la Segunda Guerra Mundial. Al no necesitar explosivos ni para propulsión ni para destruir al enemigo el buque puede almacenar mucha más munición y tiene capacidad de generar gran volumen de disparo, además de ser más seguro.

La munición sería barata, y el precio por impacto muy reducido; la electricidad puede ser generada sobre la marcha y no se agota. Tanto en misión antibuque como antiaérea, de defensa de punto antimisil o de apoyo artillero un cañón de riel sería un arma devastadora, como aprovecha con gran efecto la reciente novela ‘Ghost Fleet’.

Ahora, China, el enemigo en este libro, podría haberse convertido en el primer país en conseguir montar uno de estos cañones en sus barcos, con todo lo que eso conlleva, adelantando a todos sus rivales mundiales.

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