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la escalada del euro le impide hacer anuncios

Mario Draghi llega atado de pies y manos al esperadísimo cónclave de Jackson Hole

Las expectativas de un anuncio importante por parte del presidente del BCE en la reunión de los bancos centrales que comienza hoy tienen muchas probabilidades de verse frustradas

Cartel del Jackson Hole Mountain Resort, donde se celebra la reunión anual de banqueros centrales. (EFE)

La presencia de Mario Draghi en la reunión anual de los principales banqueros centrales del mundo en Jackson Hole (Wyoming) tras dos años de ausencia ha generado grandes expectativas de que haga algún anuncio relevante en este momento decisivo para el BCE. Sin embargo, parece poco probable que estas expectativas se materialicen. La escalada del euro, la baja inflación y los síntomas de ralentización económica ponen en cuestión la retirada de los estímulos monetarios, como ya advierten algunos miembros del consejo de gobierno y empieza a descontar el mercado.

La divisa europea recortó ligeramente la semana pasada después de que las actas de la última reunión del consejo del BCE revelaran la preocupación por su excesiva apreciación. Sin embargo, esta semana ha retomado la escalada y este miércoles superaba los 1,18 dólares. Y lo que es más llamativo, el euro se acerca a la paridad con la libra por primera vez en la historia: anda ya por 0,923. La fortaleza de la moneda encarece las exportaciones de los miembros de la eurozona, lo que puede frenar su crecimiento económico y también la salida de la deflación (las importaciones son más baratas).

Precisamente, la baja inflación es otro de los elementos que restan presión a Draghi para darse prisa en retirar los estímulos (reducir las compras de deuda pública, actualmente de 60.000 millones al mes, para, en un segundo paso, empezar a subir los tipos). Es decir, no hay necesidad de subir tipos si el IPC de la zona euro —España es una excepción, como suele ser habitual— se mantiene muy por debajo del objetivo del 2%. Y el riesgo es perjudicar el fuerte crecimiento actual de la región, que en nuestro país empieza a dar señales de agotamiento.

Draghi prefiere callar de momento

En esta tesitura, el mercado ha aplazado sus expectativas de inicio de la normalización de los tipos de interés, actualmente en cero, hasta diciembre de 2018 como muy pronto, para desgracia de la banca y alegría de los hipotecados. Y este escenario tan endiablado es el que marca la llegada de Draghi al famoso resort de Wyoming donde la Reserva Federal de Kansas City celebra anualmente un encuentro de los principales actores de la política económica mundial. Su intervención tendrá lugar el viernes.

Decir cualquier cosa que adelante esa necesaria salida de los estímulos extraordinarios actuales dispararía todavía más la cotización del euro, según todos los analistas, por lo que el presidente del BCE va a pensarse muy mucho sus palabras este fin de semana. Ahora bien, tampoco puede dar a entender que va a mantener la política actual durante mucho más tiempo, porque podría desestabilizar los mercados, en especial el euro (que podría corregir con mucha fuerza) y los bonos de los estados. Por tanto, debe "transitar por un camino estrecho", según Deutsche Bank, y lo más probable es que deje los mensajes para la reunión del consejo del 7 de septiembre o incluso para la del 26 de octubre.

La Fed también tiene un dilema

Algunos analistas dan por hecho que Draghi no dirá nada y ponen el foco en Janet Yellen, la presidenta de la Reserva Federal de EEUU. Allí la estrategia de salida de los estímulos va más avanzada y los tipos ya han subido dos veces; la última, en junio. El mercado esperaba inicialmente una nueva subida en diciembre, pero la frustración de las grandes expectativas generadas por la victoria de Donald Trump —aún no ha podido poner en marcha ni su plan de infraestructuras ni las rebajas fiscales— lo pone en duda.

Al igual que en Europa, la inflación sigue moderada y resta presión para volver a subir tipos.Y Yellen tiene todavía menos ganas que Draghi de poner en peligro el crecimiento económico; la Fed tiene el mandato de impulsar la economía junto al de controlar la inflación, que es el único del BCE. O de provocar una caída de unas bolsas muy vulnerables por sus altas valoraciones. Los grandes bancos de inversión empiezan a alertar de que tanto el ciclo económico como el bursátil tocan a su fin, y la Fed no quiere adelantar la llegada del invierno.

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