Los beneficios de guardar la energía renovable para los días sin sol ni viento

En su propósito de seguir avanzando hacia los objetivos que marca el Plan Nacional Integrado de Energía y Clima 2021-2030, el Gobierno acaba de aprobar a propuesta del Ministerio para la Transición Ecológica y el Reto Demográfico (MITECO), la Estrategia de Almacenamiento Energético: un instrumento legislativo que permitirá dotar a nuestro sistema de una mayor estabilidad en la red de suministro, mejorando su seguridad y dotándola de mayor calidad a un menor coste.

Los sistemas de almacenamiento energético son la herramienta clave para dotar a las energías renovables de mayor eficiencia, ya que permiten guardar la energía sobrante producida en los momentos de mayor capacidad de generación para utilizarla cuando aumenta la demanda y los recursos renovables escasean.

El objetivo es disponer de una capacidad de almacenamiento de unos 20 gigavatios (GW) en 2030 y alcanzar los 30 GW en 2050

Según el MITECO la Estrategia de Almacenamiento es una guía para identificar y analizar los retos, evaluar las oportunidades y cuantificar las necesidades de almacenamiento que tiene el sistema energético para favorecer su efectivo despliegue y contribuir así a la progresiva descarbonización de nuestra economía con el objetivo de alcanzar la neutralidad de emisiones en 2050.

La vicepresidenta y ministra para la Transición Ecológica y el Reto Demográfico, Teresa Ribera, señala el importante papel que puede y debe desempeñar el almacenamiento para cumplir con ese objetivo, pues “permite la perfecta integración de tecnologías renovables en el sistema en lugar de tener que contar con una capacidad de respaldo equivalente a la energía renovable de la que disponemos”.

Tal y como se señala desde el Ministerio conviene no olvidar que España es una isla energética, lo que nos obliga a mejorar la capacidad de almacenamiento para utilizar la energía usando los excedentes de producción donde hay mucho sol o mucho viento en aquellos momentos en los que aumenta la demanda y hay poco sol y poco viento.

El reto de acumular sol

El documento identifica un amplio abanico de tecnologías de almacenamiento. Como las centrales hidráulicas de bombeo que permiten impulsar el agua para almacenarla en depósitos a gran altura y liberarla para producir electricidad cuando hay alta demanda.

También destaca el papel de las baterías y acumuladores domésticos que, en combinación con la instalación de placas fotovoltaicas permiten almacenar la energía sobrante en los días de mayor insolación para utilizarla en los momentos en los que escasea. Estas instalaciones están llamadas a tener un papel determinante para impulsar la movilidad eléctrica y el autoconsumo en bloques de viviendas y pequeñas industrias.

Destacan también los sistemas de almacenamiento de las centrales termosolares, donde el calor producido se guarda en tanques de sales fundidas a alta temperatura para posteriormente emplearlo en la producción de electricidad. La capacidad de almacenamiento que aportan estos sistemas permiten mejorar la eficiencia de las centrales termosolares adaptando la producción a la demanda y reduciendo los vertidos de renovables por exceso de producción.

Por último, entre los sistemas de almacenamiento más innovadores destaca el hidrógeno renovable o hidrógeno verde, cuyo desarrollo permitirá descarbonizar sectores tan relevantes como el de los medios de transporte: desde los vehículos ligeros a los pesados, autobuses y trenes. Para ello España ya cuenta desde el año pasado con una Hoja de Ruta del Hidrógeno