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  1. Lotería de Navidad

LOTERÍA DE NAVIDAD 2016

El extraño caso del Gordo de Ferraz: entre la "envidia", el malestar y el lío interno

Cinco décimos del 66.513 llevaron algo de desventura en la sede socialista: unos empleados creían que habían sido regalados y que debían repartirse entre todos, y otros, que se compraron

Los propietarios de la administración del paseo de la Esperanza 4, de Madrid, Agustín y María José, este 22 de diciembre, celebrando la venta del 66.513. (EFE)

Ya se sabe que a perro flaco todo son pulgas. En el PSOE, muchos debieron de rumiar el refrán a la vista de lo que estaba pasando en el cuartel general. Una crisis abierta (otra más, y van ya unas cuantas) por el Gordo de la Lotería. Ahí es nada. Ni siquiera una lluvia de millones servía para dar tregua en el santuario del socialismo español. Ni por esas. El 66.513 sentó como un tiro en Ferraz: unos trabajadores lo celebraban con júbilo y otros con malestar porque creían que los décimos de la discordia debían ser repartidos para todos, y no solo para un puñado. Total, que al final la gestora (¡la gestora!) tuvo que lanzar un comunicado para mediar en la guerra de sus empleados, intentando desmarcarse y poner paz.

[Compruebe su número de la Lotería de Navidad]

Cinco décimos tuvieron la culpa del embrollo. Cinco. Del 66.513, se entiende. Los cinco que compró Juan Miguel Rojo, el encargado de la gestión de la lotería, miembro, desde hace muchos años, del departamento de Administración y Compras de Ferraz, y secretario de Organización de la agrupación madrileña de Entrevías-Pozo. Cinco décimos que adquirió "hace un puñado" a sus primos Agustín y María José, los dueños de la oficina número 32 de la capital, en el paseo de la Esperanza, la que acabó vendiendo íntegramente el Gordo de este 2016. Casi 100 euros gastados en un número rematado en 13, su favorito, porque lo juega siempre, porque son los años que se lleva con su mujer. Porque lo persigue siempre y sabía que tenía que pillarlo pronto porque si no, "no lo encuentras".

Juanmi (todos le llaman así) no solo compró cinco ejemplares del 66.513. Él fue el encargado de gestionar la reserva del número 'oficial' de Ferraz, el que pagan los trabajadores de la casa, políticos, periodistas..., y del que hace años solía quedarse unos cuantos boletos la propia organización. Es el número que siempre debe acabar en 4, que para eso era la cifra preferida de uno de los dirigentes más respetados y queridos en el PSOE, Ramón Rubial, presidente del partido durante más de 20 años (1976-1999). Este año, el elegido era el 91.674. Sus primos le entregaron los 1.650 décimos (o sea, 33.000 euros en lotería) que Juanmi iba pagándoles progresivamente en función de la venta. El 91.674 no tuvo suerte. Ni la pedrea le cayó.

Polémica en Ferraz por la Lotería de Navidad

¿Era "cortesía"?

Al poco de salir el Gordo, el PSOE lanzó un tuit desde su cuenta oficial, anunciando que algunos de sus trabajadores habían sido agraciados. "Un gran final para un año difícil", apostillaba. Un ratito de alivio tras un 2016 convulso. Pero ya cuando en la sede se celebraba el 'vino obrero' —o sea, la copa de Navidad organizada por la sección sindical de UGT para los empleados— se comenzaba a percibir cierto malestar. Había a quien no le encajaban las piezas, quienes pensaban que no había habido tal compra del 66.513, quienes estaban convencidos de que aquellos cinco décimos fueron un regalo de la administración número 32, una "cortesía" con Ferraz por haber adquirido nada más y nada menos que 32.000 euros en boletos. Y entendían que esos dos millones de premio debían ser repartidos en toda la casa, y no quedarse solo en un departamento. El cabreo entre algunos empleados, según confirmaban distintas fuentes del 'palacio' federal, era monumental.

"Tengo la conciencia tranquila. Es mentira que nos regalaran cinco décimos. Los pagué. Esto es por la puta envidia", dice Juanmi , comprador de los boletos

Juanmi se defiende. "No he hecho nada malo y tengo la conciencia muy tranquila. Es mentira que nos regalaran esos cinco décimos. Yo los pagué. Todo esto es por la puta envidia", señala en conversación con este periódico, con el sofoco aún en el cuerpo, sin asomo de alegría por haberse llevado un buen pellizco este 22-D. Y explica que él pidió a sus primos ese número acabado en 13, y que les abonó 60 euros, porque se intercambió con ellos dos boletos. Uno de los cinco décimos del 66.513 se lo dio a su mujer. Otro, al director financiero del PSOE, Restituto Hernández, que le entregó a cambio otra papeleta. Otro, a quien es gerente del partido desde enero de 2014, Goyo Martínez. Y los dos últimos los metió en el bote del departamento de Administración de Ferraz, en el que trabajan "como 13 o 14 personas". "Cada uno ponemos una cantidad, como 40 euros, para comprar participaciones de otras agrupaciones o federaciones del partido, y si toca, se reparte entre todos", cuenta.

Una extrabajadora del mismo área del partido confirma la tradición del bote: "Como por allí pasa mucha gente de distintos sitios, se decidió que todos pusiéramos un dinero para comprar participaciones. Incluso para comprar papeletas de los bares de la zona. Pero también es verdad que los jefes solían recibir décimos como regalo de algunos proveedores (de materiales de campaña, de programas informáticos...), y ellos dejaban esos boletos en el bote de Administración, cuando quizá lo más conveniente era que fuese para el partido en caso de que tocara. Es verdad que no se compraban cinco décimos de un mismo número. Eso es lo raro. Pero también es cierto que Resti cambia mucha lotería y que Juanmi no tiene malicia ninguna".

La desazón que se sentía en Ferraz no era broma. La adjunta de Organización, la extremeña Ascen Godoy, quiso conocer la versión del propio Juanmi. "Todo esto es envidia cochina. Una sinvergonzonería de unos compañeros, que me hace mucho daño a mí y a mi familia. No se me quitan las ganas de seguir comprando lotería, pero sí de no mirar a alguna gente a la cara. La lotería es un documento al portador. El PSOE no juega como persona física. ¿Desde cuándo juega un partido?". Se le oye crispado al teléfono. Lleva horas enganchado al teléfono, dando explicaciones, insistiendo en que dice la verdad. Se confiesa "cansado, muy cansado". "Necesito pasar y que pasen de mí. De verdad, no hay más vuelta de hoja. Se están sacando las cosas de quicio". Juanmi recalca que no ha habido ningún regalo, que la "cortesía" que pueden tener con uno es una "botella de Verdejo, cosas así", pero no cinco décimos. Cinco malditos décimos.

El Gordo de la Lotería de la Navidad cae en Ferraz

"No administra, distribuye o gestiona"

A otros trabajadores no les cuadra esa versión. Uno cuenta que, cuando se acercó un grupo a felicitar a los compañeros de Administración, comentaron que aquellos boletos "habían sido regalados", y que eso casaba con lo que había ocurrido otras veces, y lo que dicta "la lógica": un obsequio del lotero "por comprar tantos décimos", añadía una dirigente que conoce muy bien la casa. "Todas las pasiones humanas se juntan en este caso, alimentado por el morbo", resumía un miembro del Gabinete de Javier Fernández. Ferraz, alegaba, lleva encadenando malas rachas. El ambiente se ha ido enrareciendo en los últimos años. Por el ERE de 2012, por las sucesivas batallas internas —que también se sienten dentro de los muros del cuartel general—, por la abrupta y traumática caída de Pedro Sánchez, por la batalla precongresual, por rencillas del pasado. Todo influye.

Otros empleados no se creen la versión del área de Administración y creen que hubo obsequio. "Al final, se juntan todas las pasiones humanas y el morbo"

La comisión gestora que capitanea Fernández se vio tan sobrepasada que tuvo que aclarar su posición vía comunicado. Recordó que, como organización que es, "no administra, distribuye o gestiona Lotería de Navidad", que "son los propios trabajadores los encargados de la administración, distribución y gestión del número jugado (91.674)", que no fue premiado en el sorteo. Y añadió que "algunos trabajadores de la sede federal del PSOE, a título personal", fueron agraciados con el Gordo.


Juanmi respiró de alivio. Sentía que la nota de Ferraz respaldaba su versión. Pero no olvidará este 22 de diciembre. Y no por ser un día plácido, precisamente. Quién lo diría después de haber ganado 400.000 euros (más otro piquito por el bote) y haber repartido suerte a los compañeros. Aún no se ha parado a pensar qué hará con el dinero. "Pagar la hipoteca, vivir tranquilamente, sin penurias, pero no puedo dejar de trabajar". Y confiar en que escampe en horas y en que la bronca dé paso a la normalidad: a la celebración del Gordo. Pero como decían con sorna trabajadores y políticos: 2016 es un año maldito, el PSOE está "gafado". Ni las alegrías ya se digieren bien. Ni el PSOE se libra del lío hasta cuando le toca la lotería.

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