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tras batir su récord histórico de visitas

El País Vasco se abre a la tasa turística en plena campaña 'abertzale' de turismofobia

El Parlamento abordará tras el verano la implantación de un gravamen a los visitantes por pernoctar; el debate llegará tras los ataques de Ernai a bienes turísticos y pancartas contra turistas

Las juventudes de Sortu se manifiestan contra el turismo en San Sebastián esta pasada Semana Grande junto a un artista callejero. (Reuters)

El planteamiento no es nuevo, ya que algunas voces políticas e institucionales han planteado la posibilidad de que el País Vasco pueda seguir los pasos de Cataluña y Baleares e implante una tasa turística. La puerta ya estaba abierta. Ahora, a la vuelta del verano, con el inicio del nuevo curso político, el Parlamento vasco va a abordar si se emprende este camino o, por el contrario, se aparta de esta vía (o se aparca para otra ocasión).

Y el escenario de partida es completamente distinto a todos los anteriores, ya que el debate en la Cámara de Vitoria va a llegar en plena turismofobia impulsada por las juventudes de Sortu, Ernai, que están llevando a cabo durante este periodo estival una intensa campaña contra el turismo que incluye ataques a bienes turísticos a semejanza de los practicados por grupos radicales en zonas como Cataluña o Baleares, manifestaciones en las calles o pintadas y pancartas que exigen a los extranjeros su marcha "a casa” (alguna incluso ha reclamado su “incineración”).

El País Vasco romperá este 2017 nuevamente los registros históricos de afluencia de turistas tras fijar su récord en 2016 con 3,4 millones de visitas

El País Vasco se encamina este 2017 a romper nuevamente los registros históricos de afluencia de turistas tras fijar su récord en 2016 con más de 3,4 millones de visitantes. En este contexto, el Gobierno autonómico se abre a la posibilidad de implantar una tasa turística a partir de un acuerdo con los distintos agentes e instituciones implicados en el sector. El consejero de Turismo, Alfredo Retortillo, concibe la posible implantación de este gravamen para que los turistas contribuyan al mantenimiento de los servicios municipales de los que se aprovechan o para destinar este dinero a la promoción del turismo.

Por ello, rechaza implantar la tasa como una medida para ahuyentar a los posibles visitantes, fin último que persiguen las juventudes de Sortu con su campaña en la calle contra el turismo masivo y que cuenta con el respaldo de la antigua Batasuna, varios de cuyos miembros se sumaron a la marcha en San Sebastián durante la recién finalizada Semana Grande, entre ellos su portavoz, Arkaitz Rodríguez. El líder de la coalición EH Bildu, Arnaldo Otegi, ha rechazado el uso de la violencia para protestar por el modelo turístico, pero esto no ha impedido los ataques de los cachorros de la izquierda ‘abertzale’, como los perpetrados contra una sede de la Agencia Vasca de Turismo Basquetour o el tren turístico de la capital guipuzcoana.

El Gobierno vasco no descarta la posibilidad de implantar una tasa turística, pero rechaza que se establezca como medida para reducir el turismo

“Pensar en la tasa para tener menos visitantes me parece socialmente injusto, porque afecta a los que menos recursos tienen para salir de vacaciones y me parece una malísima idea. La tasa turística no puede ser entendida como un regulador del turismo, como un elemento de castigo a aquellas personas que disponen de menos poder adquisitivo. No puede ser entendida como un elemento disuasorio", asegura Retortillo, quien se ha mostrado muy crítico con las acciones de la izquierda 'abertzale' en contra del turismo, principalmente durante las fiestas de San Sebastián, aprovechando la masiva afluencia de visitantes. "La pintadas hostiles y xenófobas que han aparecido en algunas calles de San Sebastián contra quienes nos visitan no son ni un error ni una chiquillada, sino una muestra de intolerancia inadmisible", ha denunciado.

En el País Vasco hay posturas contrapuestas ante la cuestión de tasa turística sí o tasa turística no, o sobre si su implantación contribuiría a una correcta gestión de los flujos turísticos. En este debate, el consejero del ramo defiende que la decisión de establecer o no este gravamen “tiene que ser del conjunto del país”, pero su implantación debe ser “flexible” a nivel municipal sin que sea una medida uniforme para todas las localidades vascas. Esto es, su aplicación sería voluntaria con la decisión final en manos de los ayuntamientos, que tendrían plena potestad para implantarla o no.

En este debate del sí o el no hay muchos interrogantes abiertos. ¿Qué cantidad se quiere cobrar? ¿Quién va a recaudar este dinero [ayuntamientos o diputaciones forales]? ¿A qué se va a destinar lo obtenido? A este último respecto, el alcalde de San Sebastián, Eneko Goia (PNV), el primero en plantear abiertamente la idoneidad de que los turistas paguen una tasa por pernoctar en la ciudad (lanzó la propuesta el pasado verano), defiende su implantación para cubrir los gastos generados por el turismo, entre ellos los correspondientes a la limpieza viaria o la recogida de las basuras, o para sufragar el incremento de los costes derivados del refuerzo de los efectivos de seguridad o movilidad. Este planteamiento es compartido por Podemos en Euskadi, impulsor de la proposición no de ley que se debatirá en el Parlamento vasco tras el verano, que asegura que la tasa otorgaría a los ayuntamientos unos ingresos “importantes” para hacer frente a los gastos que el turismo genera en las ciudades. Por su parte, EH Bildu sostiene que la tasa también podría aportar recursos para “la puesta en valor del patrimonio turístico de las zonas que reciben menos turismo”.

Un cartel en el que se lee 'Un turista más, un donostiarra menos' en la Semana Grande de San Sebastián.

En relación a la cantidad, la coalición ‘abertzale’ defiende que la tasa turística debería ser “proporcional con el gasto del turista, esto es, un porcentaje progresivo del gasto total”. A este respecto, el gasto medio diario por visitante se estima en torno a los 135 euros. En Cataluña, el importe varía entre los 0,45 y los 2,25 euros por persona y día en función de la categoría del alojamiento y su ubicación (se aplica en hoteles, albergues, 'campings', casas rurales o cruceros), mientras que en Baleares el gravamen, denominado ecotasa, oscila entre los 0,25 y dos euros por visitante.

EH Bildu es partidario de acelerar el debate y en la propuesta registrada en el Parlamento reclama al Gobierno de Iñigo Urkullu que presente en el plazo de tres meses una propuesta para establecer la tasa turística. Por su parte, PNV y PSE, partidos que sustentan el Gobierno vasco, son partidarios de llevar a cabo un trabajo conjunto con la asociación de municipios vascos Eudel para abordar la posibilidad de establecer una tasa turística en base al respeto al principio de autonomía local. Así lo reflejan en la enmienda presentada de forma conjunta y en la que no se posicionan abiertamente en torno a esta cuestión. Tampoco lo hace el PP, que se limita a pedir la creación de una comisión de trabajo que estudie la posibilidad de establecer este gravamen a los visitantes.

La implantación de una tasa turística como tal no se recoge en la Ley de Turismo del País Vasco, que apenas supera el año de vida (fue aprobada en julio del pasado año en el Parlamento autonómico con los votos del PNV, EH Bildu y PSE), si bien tampoco impide su establecimiento. La normativa regula diferentes aspectos relacionados con la actividad turística, con la lucha contra los pisos turísticos ilegales como gran caballo de batalla, pero deja de lado la cuestión de que los turistas paguen por pernoctar. Ahora, la Cámara de Vitoria debatirá a instancias de Podemos, que no estaba en el hemiciclo cuando se aprobó la normativa, si en el texto se incluye de forma específica la posibilidad de que los ayuntamientos puedan establecer este gravamen por las pernoctaciones en sus municipios.

El establecimiento de esta tasa planea en un momento en que el País Vasco está pulverizando los ya de por sí espectaculares registros turísticos del pasado año. La entrada de visitantes registró un incremento del 8,8% en el primer cuatrimestre, al tiempo que se generaron 97.000 empleos en actividades turísticas hasta el mes de abril. En su conjunto, el turismo representa el 6% del PIB vasco. “Es un momento dulce para el turismo en el País Vasco”, sostiene Retortillo, partidario de lograr un “crecimiento equilibrado” a partir de una distribución del flujo de turistas y de evitar su concentración en unas pocas zonas.

Pese al exponencial auge del turismo, los ciudadanos vascos no perciben "de ningún modo" que se esté en "niveles de saturación turística"

San Sebastián ha cerrado este pasado fin de semana una Semana Grande masiva. La sensación en la calle es que ha habido más visitantes que nunca (aunque todos los años se tiene esta percepción). En cualquier caso, pese al exponencial auge del turismo, los ciudadanos vascos no perciben “de ningún modo” que se esté en “niveles de saturación turística”. Así lo determina el reciente estudio sobre la capacidad de carga turística en el País Vasco elaborado por el Ejecutivo de Vitoria en colaboración con la Universidad de Deusto y la empresa In2destinations.

El estudio, realizado en el ámbito territorial de seis municipios que incluyen las tres capitales vascas y las ciudades de Gernika (Vizcaya), Laguardia (Álava) y Zarautz (Guipúzcoa), muestra que un 35% de los visitantes de Bilbao acude a lugares turísticos fuera de la ciudad. No obstante, en el caso de San Sebastián, tan solo uno de cada cuatro turistas decide abandonar la ciudad para visitar otras zonas del territorio, como Getaria, Hondarribia o Zarautz. Por su parte, el 38% de quienes viajan a Vitoria acude a otras zonas.

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