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GENTRIFICACIÓN MÁS ALLÁ DE LA M-30

Unos artistas, una inmobiliaria y el río: se dispara el alquiler en el Brooklyn de Madrid

Puerta del Ángel sufre un proceso acelerado de cambio mientras los vecinos ven esfumarse sus servicios y comercios de toda la vida

Imagen aérea de Puerta del Ángel, a la izquierda del río. (Ayuntamiento de Madrid)

A los vecinos de Puerta del Ángel les cuesta reconocer su barrio. Antonio Moreno llegó hace dos décadas a otro lugar, a un pueblo en el corazón de Madrid en el que nadie había reparado, y ahora pasea por unas calles que le son extrañas. “Aquí teníamos de todo: mercerías, panaderías, teatro, un mercado, tiendas de ropa… Todo lo que te puedas imaginar a 15 minutos andando de la Plaza Mayor y con unos precios de vivienda muy asequibles, en torno a los 120.000 euros. Una joya oculta”, recuerda.

Hoy Puerta del Ángel es el barrio en el que más rápido crecen los precios de todo Madrid. Según Idealista, los inmuebles más cercanos al Manzanares se han repreciado más del 40% desde 2013. En el interior de su red de callejuelas sucede algo parecido: un piso de 60 metros que hace cinco años podían alquilarse por 650 euros, hoy cuesta, reformado, más de 1.000. Inmobiliarias y fondos de inversión han puesto el foco en el denominado 'Brooklyn' madrileño y ya pocos dudan de que pronto será el nuevo Malasaña o Lavapiés.

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El cambio comenzó con la crisis financiera de 2008. Gran parte del pequeño comercio echó el cierre y el barrio se llenó de locales vacíos. “Los comerciantes del barrio ya no volvieron nunca más. En sus locales abrieron casas de apuestas, bazares chinos y muchas, pero que muchas, tiendas de arreglos de uñas”, dice Moreno. Después de que en los años 60 fuese un arrabal lleno de asentamientos gitanos y mercadillos de objetos robados y de la epidemia de la heroína durante los 80, Puerta del Ángel volvió a tocar fondo.

Pero esta vez el resurgimiento sería distinto.

El italiano Antonello Novellino llegó al barrio en esa época. Vino de Erasmus y se asentó en el barrio atraído por los alquileres baratos, pese a que nunca había oído hablar de él. "Me habían advertido que era una zona con mucha criminalidad, pero la verdad es que me dio igual, era barato y cerca del centro. Lo que no sabía es que en el barrio no me iba a encontrar otra cosa que locales cerrados, un par de bares y una plaza abandonada en la que solo se paraban los rumanos para repartirse lo que habían robado en la Puerta del Sol", explica.

Novellino, ahora director de cine, se juntó con otros artistas en 2012 para recuperar la vida en las calles, en especial la de la plaza de Puerta del Ángel, a las puertas del mercado de Tirso de Molina, uno de los pocos de la Segunda República que sobrevivieron al franquismo. "Lo llamamos 'movimiento Bruclin', así escrito a lo castizo, porque tenemos un puente monumental y estamos al otro lado del río". El movimiento atrajo a otros artistas, pero, lo que es más importante, la etiqueta de 'Bruclin' caló.

Negocios de todo tipo explotan la etiqueta 'Bruclin'. (EC)

Emplazado entre el Madrid de los Austrias, la Casa de Campo y los populares Aluche y San Isidro, históricamente la Puerta del Ángel ha sido un barrio de paso. "Hay un montón de madrileños que no han oído hablar de este sitio, y más aún que no han venido nunca. Ahora con lo de 'Bruclin' parece que nos tienen localizados en el mapa, pero te digo una cosa: los que han puesto ese nombre no tienen ni idea de la historia del barrio, que es la de un barrio de obreros y militares", dice Félix Rego, un afamado pintor de Puerta del Ángel que lleva más de medio siglo viviendo en estas calles.

En paralelo se dio otro fenómeno crucial para la remontada del barrio: la creación de Madrid Río. Se trata del soterramiento de un tramo de la radial M-30 que ha dado lugar a un elegante parque lineal a orillas del Manzanares. En consecuencia, muchos vecinos pasaron de vivir a pocos metros del ruido y la polución de la autopista, a tener vistas a los jardines y los árboles de flor rosa de la avenida de Portugal. "Esas zonas, que yo llamo 'las nobles', se repreciaron rápidamente; después vino el resto", afirma el pintor.

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El resto lo hizo el mercado. Las inmobiliarias, sabedoras de lo envejecida de la población del barrio, llenaron las farolas con una declaración de intenciones: 'Compramos su piso, no importa cómo esté'. "Cuando se muere un anciano, los hijos se ven en una disyuntiva: invertir en reformar la casa y sacarla al mercado, o vendérsela a una de estas inmobiliarias, cuando no a fondos buitre, que con 30.000 euros de obra se sacan un dineral alquilándola", lamenta Antonio Moreno. Muchas de estas inmobiliarias explotan la etiqueta de 'Bruclin' en sus catálogos. "Hay que ser cabrones, nosotros no la creamos en absoluto para eso", lamenta Novellino.

Por el camino ya se han quedado dos tótems del barrio. El bar Valdepeñas, uno de los más antiguos de Puerta del Ángel, y El Montacargas, un garito histórico que ejercía como teatro, bar, aula de actividades y epicentro cultural del barrio. Manuel Fernández y Aurora Navarro alquilaron el local en 1993 por 800 euros y se marcharon el pasado mayo, cuando el propietario les pedía 2.200 euros al mes más IVA. "No podíamos pagar eso, porque un teatro de barrio no genera tanto dinero", dice Manuel. "El propietario nos llevaba tiempo dejando caer que quería construir pisos en ese solar y al final nos subió tanto el alquiler que nos obligó a marcharnos. Pero nos marchamos sin rencor, hemos sido muy felices en Puerta del Ángel".

De entre todas, el barrio ha identificado a la inmobiliaria Madlyn como el principal agente gentrificador de Puerta del Ángel. En cada una de sus promociones hay una pintada acusándoles de estar expulsando del barrio a los vecinos con menos recursos. En este momento cuenta con 22 pisos en alquiler o venta y está comprando edificios enteros para construir nuevas promociones. También está cambiando la licencia a algunos locales comerciales para convertirlos en viviendas. Después de una reforma básica, a menudo limitada a poner tarima en el suelo, repintar las paredes y poner electrodomésticos, oferta pisos desde 100 m² por 1.800 euros al mes hasta estudios de 35 m² que salen por 750.

Madlyn cuenta con decenas de inmuebles en Puerta del Ángel. (Madlyn)

Madlyn, que no ha respondido a este diario, dispone un alquiler adaptado al perfil de los nuevos inquilinos: pagando un poco más al mes, la inmobiliaria oferta limpieza de las casas, cambio de sábanas, cuidado de plantas, paseo de perros... Todos ellos servicios ideados para un nuevo vecino, de entre 30 y 40 años, que aterriza desde otras zonas en busca de ubicación y una sensación de autenticidad edulcorada.

Ellos son los que ahora ocupan el mercado de Tirso de Molina que, como otros del centro de Madrid, se ha reconvertido en un desfile de bares y restaurantes 'fancy'. Pasa la semana vacío, pero los sábados se llena de barbas perfiladas y pantalones pitillo. "¿Mesa? Apúntate en este cuaderno, pero yo creo que hasta dentro de una hora no va a quedarse ningún hueco, tengo a seis grupos esperando antes que tú", dice Amalia, que trabaja acomodando al regimiento hípster que invade el mercado cada fin de semana. La mayoría de jóvenes comen una paella de poca calidad a 9 euros la ración, pero eso es lo de menos, porque lo importante es estar en el sitio de moda de la ciudad. "En eso han convertido el barrio y el mercado los distintos alcaldes, en una zona de bares y esparcimiento para la gente de otros sitios; mientras, los vecinos, apenas tenemos nada", ruge Antonio Moreno. Precisamente estos días las asociaciones vecinales están echándose a la calle para exigir la reapertura de las urgencias del centro de salud del barrio, cerradas desde hace un año y medio.

Interior del mercado de Tirso de Molina. (EC)

A diferencia de Malasaña o Lavapiés, totalmente transformados en parques temáticos para 'millennials', en Puerta del Ángel el proceso gentrificador acaba de empezar y avanza calle a calle, como la lava de un volcán. El viejo y el nuevo barrio conviven a pocos pasos; así, mientras unos degustan cervezas artesanas al sol de la plaza, a tres portales de distancia todavía hay vecinos que se acercan a la esquina donde unos colombianos abatieron a tiros al 'Niño Sáez', vecino del barrio y uno de los mayores butroneros de la historia de España, para dejarle flores frescas. Alguien escribió "Sáez eterno" en la pared y el ayuntamiento lo cubrió inmediatamente. Aún puede leerse con un determinado tipo de luz.

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