La banda de porteros que cortó la autovía en Marbella para robar un (presunto) transporte de dinero del narco

Un vehículo con lanzadestellos en su parte trasera adelantó y cortó el paso a la furgoneta Mercedes Citán de color gris, mientras un segundo coche se detenía a su lado, cortando la circulación de la autovía A-7 a la altura de Marbella. Entre cuatro y seis individuos encapuchados se bajaron de ambos turismos y, portando con armas de fuego, comenzaron a llamar con fuerza en la ventanilla. "¡Policía! ¡Abre!", gritaron varias veces al conductor, antes de sacarlo y golpearle en la cabeza con una Glock a la que se le cayó el cargador y dejó sobre el asfalto un reguero de cartuchos Luger.

Uno de los asaltantes se puso al volante de la furgoneta, casi al mismo tiempo que el resto regresaba a sus vehículos para emprender la huida. Pero antes de abandonar el lugar, y ante la mirada estupefacta del resto de conductores, uno de ellos espetó a la víctima: "¡No te muevas o te pego un tiro!".

Estos hechos ocurrieron el pasado 24 de febrero. Y, como pueden imaginar, no fue una operación policial. Los testigos presenciaron el robo de un —presunto— transporte de dinero del narco perpetrado por una violenta banda compuesta por porteros de discotecas. La Udyco Costa del Sol ha detenido a cinco personas por su presunta implicación y a las que se acusa de los delitos de robo con violencia e intimidación, lesiones, tráfico de drogas, tenencia ilícita de armas, robo de vehículo, depósito de armas y organización criminal.

La furgoneta objeto de deseo de este grupo delictivo, presuntamente dedicado a los ajustes de cuentas y vuelcos a bandas de traficantes, fue encontrada poco después en Estepona. Concretamente, en la zona de Cancelada. La escena con la que se toparon los investigadores del Grupo I de la Sección de Crimen Organizado fue la de un vehículo que había sido registrado concienzudamente. Los delincuentes habían revisado guantera, sillones y cualquier otro recoveco con un único objetivo: encontrar un doble fondo en el que supuestamente se escondían 300.000 euros. Y parece que dieron con él.

Fuentes cercanas al caso explicaron a El Confidencial que la furgoneta era un presunto transporte de dinero del narco sobre el que los componentes de esta peligrosa banda tuvieron información. Por lo que decidieron planificar un espectacular golpe en el que se hicieron pasar por agentes. Para ello contaban con ropa policial, armas y dispositivos luminosos para transformar sus turismos en coches policías.

Pero toda esta meticulosidad con la que idearon el asalto, se diluyó frente a la improvisación de un registro acelerado. Los agentes de la Policía Nacional, durante la inspección ocular, hallaron en las proximidades del vehículo robado un teléfono que acabaría convirtiéndose en una especie de Piedra Rosetta que sirvió para ir descifrando las dudas de la investigación. Las pesquisas condujeron hasta una organización criminal asentada en los municipios de Marbella, Estepona y Casares, compuesto por al menos cinco individuos que trabajaban como personal de seguridad para un importante grupo de hostelería marbellí con locales de gastronomía y ocio nocturno.

Los sospechosos, que adoptaban curiosas medidas de precaución para tratar de esquivar las investigaciones, solían ejercer como control de puerta en una conocida discoteca de la zona de Nueva Andalucía y los agentes creen que desde este puesto —supuestamente— marcaban coches de clientes que después serían robados para sus golpes.

Las citadas fuentes detallaron que la desarticulación de esta red criminal se llevó a cabo en dos fases. Una primera tirada, en la que participó el Grupo de Operaciones Especiales (GOES), se saldó con el arresto de cuatro de los presuntos implicados. Entre ellos, el jefe de la banda y su lugarteniente. Todos ellos españoles y consideramos muy violentos. El quinto investigado fue arrestado poco después cuando se encontraba en su puesto de trabajo.

Los agentes realizaron al menos siete registros: uno en Estepona, dos en Casares, otro en Marbella, Mijas y dos garajes ubicados en la localidad gaditana de Benalup-Casas Viejas en los que presuntamente escondían vehículos sustraídos, cinco de los cuales fueron recuperados. Entre objetos como balizas o prendas policiales, los responsables del caso también hallaron más de 2.500 cartuchos, armas de fuego y cuatro relojes de lujo de origen legal, pero que se piensa que supuestamente se adquirieron para blanquear dinero ilícito.