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"El mayor tesoro submarino de España"

El nuevo rescate de 'La Mercedes': 280.000 monedas de plata pudriéndose en cubos

El tesoro recuperado tras el complejo pleito con la empresa Odyssey se está descomponiendo y oxidando en cubos de plástico. Cultura gastará medio millón de euros en la operación

Monedas acuñadas en Perú recuperadas en el caso Odyssey. (EFE/Archivo/Paco Campos)

Fue uno de los pleitos internacionales más importantes para el Estado y afectó, en palabras del cineasta Alejandro Amenábar —que acaba de estrenar la serie 'La Fortuna' sobre lo ocurrido—, al "mayor tesoro submarino de España". En 2007, la empresa Odyssey Marine Exploration anunció que había transportado un cargamento de monedas, unas 500.000 de oro y plata, a los Estados Unidos, material que había encontrado en un barco hundido cerca del cabo Santa María. El Gobierno de José Luis Rodríguez Zapatero, ante la sospecha de que se pudiera tratar de un buque español por el lugar en el que la empresa había estado trabajando y por el cargamento, decidió emprender una batalla legal contra esta compañía de cazatesoros en los tribunales del país norteamericano. Los recelos eran ciertos: se trataba de la fragata Nuestra Señora de las Mercedes, un pecio de la Armada que naufragó con unas 14 toneladas de monedas, valoradas en 375 millones de euros, procedentes del Perú.

No fue sencillo. El litigio comenzó en el tribunal de Tampa, donde la empresa había llevado el cargamento, y duró cinco años. El 14 de febrero de 2012, los tribunales estadounidenses dieron la razón definitiva a España y le autorizaron repatriar el tesoro. Se puso entonces en marcha el operativo para devolver el cargamento a territorio nacional. Dos Hércules del Ejército del Aire aterrizaron días más tarde con miles de monedas, lingotes, telas... Pero, casi 10 años después, una parte importante de ese material se encuentra prácticamente inservible.

Lo confirma el Ministerio de Cultura: más de 280.000 piezas del tesoro de La Mercedes se encuentran "sumergidas en cubos y otros recipientes", lo que hace que las monedas de plata y lingotes de cobre y estaño, que también hay, continúen "alterándose irreversiblemente debido a los procesos de corrosión activos". La conclusión de la Dirección General de Bellas Artes es clara: o se actúa rápido o estas piezas de incalculable valor quedarán inservibles. Para intentar salvarlas de la corrosión, el departamento que dirige Miquel Iceta acaba de adjudicar un contrato por valor de 467.000 euros para intentar recuperar lo máximo posible.

Se trata de actuar en un total de 106.070 bloques de monedas unidas entre sí (de dos como mínimo), 56.162 individuales y 15.977 almacenadas en pequeños recipientes plásticos que están adheridas a restos orgánicos (madera o textil) o inorgánicos. Se encuentran sumergidas desde que llegaron a España en 316 cubos de agua con diferente índice de pH, explica Cultura.

Ejemplo de monedas adheridas a los restos de la saca de algodón. (Cultura)

El estado de descomposición de estas monedas es avanzado. Así lo refleja Cultura en su pliego de condiciones para adjudicar este contrato. "Las monedas, al tratarse de piezas seriadas, tienen medidas y peso similares, aunque muchas aparecen unidas entre sí por los productos de corrosión, otras presentan pérdidas en los bordes, anverso y reverso o están fragmentadas, y las almacenadas en pequeños recipientes están unidas a otros elementos". El óxido está afectando a las piezas: "El medio líquido se está alcalinizando por lo que previsiblemente las reacciones de oxidación se estarán acelerando por el ataque químico del entorno (la disolución acuosa de los cubos)".

No se está prestando ninguna atención a estos elementos, una situación que se prolonga durante años. "Las monedas sumergidas en líquido básico están formando sales e hidróxidos dobles, esto aumenta la concentración de sal en la disolución debido a la presencia de agentes oxidantes. Organolépticamente, también se ha observado la coloración azulada de algunos líquidos y el aumento de concreciones salinas, también azules, adheridas a las paredes de algunos recipientes. Es decir, las fases del cobre que llevan en aleación las monedas continúan alterándose".

Botes con monedas adheridas a material orgánico, madera y tejido. (Cultura)

También hay monedas situadas en recipientes secos que están perdiendo su relieve al encontrarse en recipientes de plástico: "Se ha constatado un aumento de los cubos que han perdido el líquido, puesto que algunos presentan roturas y fisuras. El mayor problema al que nos enfrentamos en este caso es la cristalización sin control de sales en la superficie de las monedas, con la consiguiente pérdida de los relieves numismáticos". Ante este problema la solución es complicada.

Otras monedas de plata se encuentran "fuertemente adheridas entre ellas por los productos de corrosión lo que, unido a las gruesas películas de alteración y al enriquecimiento superficial de la plata, en algunos casos produce laminados parciales de la superficie metálica, pérdida del relieve y aumento de la fragmentación". "El número de piezas fragmentadas y laminillas desprendidas es considerable", admite el Ministerio de Cultura, que no puede cifrar la cantidad de material recuperable.

Ejemplos de los tipos de corrosión que presentan las monedas. (Cultura)

En el material a restaurar también se encuentran cuatro lingotes de cobre y estaño que se hundieron con La Mercedes y que se encontraban a una profundidad de entre 1.136 y 1.138 metros. Las piezas han estado dos siglos sumergidas, interactuando con las características del medio subacuático de esta zona del océano Atlántico nororiental, en cuanto a temperatura, corrientes y presencia de sales. Su estado, por tanto, es muy precario. El valor de los mismos es incalculable, ya que se trata de lingotes indianos, producidos mayoritariamente en las minas de Perú y México para abastecer la demanda de la Real Fundición de Sevilla, de gran importancia estratégica para la monarquía de la época.

El problema es que los lingotes aparecen "concrecionados con sedimentación, adherencias calcáreas marinas y películas de corrosión superficial deformante". Restaurarlos va a ser complicado también y de ello se encargará la empresa Ártyco, que ha sido la única que se ha presentado al concurso público.

El Gobierno, en definitiva, lucha ahora contra la destrucción de estas piezas de museo que son historia de España y que han estado almacenadas en esos cubos de plástico durante la última década. El tesoro recuperado estaba compuesto por cerca de 600.000 monedas, la mayoría de plata (Odyssey confundió en un primer momento al asegurar que había muchas de oro cuando solo hay 212 ejemplares), producidas en las casas de moneda virreinales de ultramar. Es una colección especialmente interesante, ya que la mayoría de las piezas pertenecen al sistema monetario español de época de los Borbones, reformado por Carlos III en 1772. Todas son elementos de ocho escudos, salvo un divisor de dos, la mayoría acuñadas en Lima en 1803, aunque también existen ejemplares de Potosí, Popayán o Santiago de Chile. Solo se expuso una parte en el Archivo General de Indias. La gran duda que surge es cuánto de este gran tesoro se podrá recuperar.

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