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SOLO DOS SEMANAS PARA LA DISOLUCIÓN

Tres días en blanco: el PSOE no llama porque espera la "respuesta" de Podemos a su oferta

Calvo asegura que los negociadores quedaron en que los morados estudiarían el documento socialista y contestarían. Si no hay 'feedback', ella misma llamará a Echenique el lunes o martes

Carmen Calvo, con Adriana Lastra y María Jesús Montero, el pasado 5 de septiembre a su llegada a la reunión con Unidas Podemos en el Congreso. (EFE)

Más cerca de elecciones y menos de una investidura. Cada día que pasa todo queda más claro. Tres días después de la fallida reunión en la que se reabrieron las negociaciones entre el PSOE y Unidas Podemos, no hay novedades a la vista. Los dos partidos no han vuelto a hablar, ni han intercambiado documentos ni han agendado una nueva reunión. Los socialistas no han levantado el teléfono porque siguen a la espera, dicen, de una "respuesta" de los morados a su última oferta. Si no llega, este lunes o martes la vicepresidenta, Carmen Calvo, contactará con Pablo Echenique. Pero, mientras, siguen cayendo las hojas del calendario. Inexorablemente. Y ya solo quedan dos semanas para la disolución automática de las Cortes en caso de que no haya una investidura viable. El tiempo efectivo, sin embargo, es algo más corto, porque si hubiera acuerdo debe prosperar antes del próximo 16 de septiembre, cuando se espera que arranque la ronda del Rey. PSOE y Unidas Podemos comienzan con el mismo clima de desconfianza la semana decisiva.

Fue la propia vicepresidenta la que confirmó este domingo en 'El objetivo' (La Sexta), ante la periodista Ana Pastor, que no ha habido más conversaciones con Unidas Podemos desde su encuentro del pasado jueves en el Congreso. Según explicó, las dos delegaciones acordaron que los morados se tomarían "unos días" para "pensar", "reflexionar" sobre la última oferta del PSOE, la explicada por Pedro Sánchez el martes. "Estamos abiertos a cualquier llamada, y si no la haremos nosotros. Al señor Echenique [secretario de Acción de Gobierno de Podemos, el jefe del equipo negociador de los morados] siempre lo he llamado no, y no tengo problema en volverlo a hacer", señaló la número dos del Ejecutivo. "Pero esto empieza a no depender de nosotros de una manera importante".

La línea argumental del Gobierno es que otras formaciones que en julio estaban más frías, como Compromís o PNV, ahora sí están dispuestas a apoyar al líder socialista. De modo que ahora "solo falta la respuesta de Unidas Podemos". "¿Llamará este lunes?", le preguntó Pastor a Calvo. "No tengo problema si es mañana o pasado". No hay urgencia por ahora en el Ejecutivo. "La calma siempre está bien", respondió cuando se le inquirió si no había tenido la necesidad de levantar el teléfono en los últimos días.

"La calma siempre está bien", responde la vicepresidenta sobre si ha sentido la necesidad de contactar ya con los morados para saber su parecer


No hay, pues, ningún tipo de avances entre quienes están llamados a ser socios potenciales. Porque los morados ya han dicho públicamente que rechazan el planteamiento de Sánchez, que es el de un Gobierno monocolor del PSOE sustentado en un acuerdo programático, con unas garantías "rigurosas" de cumplimiento y la posibilidad de que cargos de UP ocupen puestos en instituciones y organismos públicos, fuera de la estructura del Gobierno. Calvo insistió en que no habrá ninguna opción de que los de Pablo Iglesias entren en el Consejo de Ministros, "y ellos lo saben", porque en la última reunión ella misma y sus compañeras (Adriana Lastra y María Jesús Montero) insistieron en ese punto.

"Solución intermedia"

La hipótesis de Ejecutivo de coalición no se producirá, por lo que el PSOE está a la espera de que los morados digan si aceptan su "solución intermedia". Apenas queda ya resolver esa formalidad para confirmar que el país se conduce a nuevas elecciones. Los socialistas no recuperarán, pues, su propuesta de vicepresidencia social y tres ministerios. Esa idea de un bipartito acabó, ya no es "posible" y es "inviable", entre otras razones porque tanto en aquel momento como ahora los dirigentes de UP han venido haciendo declaraciones "inaceptables" sobre Cataluña. Calvo alegó que los comunes habían incluso propuesto un Gobierno de concentración soberanista, lo que motivó que el debate se trasladara de inmediato a las redes sociales, con cruces de reproches entre Jaume Asens, el jefe de En Comú Podem en el Congreso —que argumentaba que las palabras de un compañero suyo, el diputado Gerardo Pisarello, habían sido "malinterpretadas" y que en todo caso fueron aclaradas por el portavoz de la confluencia, Joan Mena—, y la propia vicepresidenta.

Calvo insiste en que no habrá coalición y sostiene que UP debería aceptar el programa y asegurar estabilidad y "gobernabilidad efectiva cada semana"

De cualquier modo, la coalición es imposible porque Sánchez e Iglesias no comparten "ni siquiera la estructura de cómo hay que conformar un Gobierno", y UP piensa más en tener "dos gobiernos en uno", y no un Ejecutivo sólido y cohesionado.

Calvo: "Si no hay una respuesta de UP a principios de semana, yo misma llamaré a Echenique"

No bastaría para el PSOE solo con que UP prestara su respaldo a las 370 medidas presentadas por Sánchez. Los morados habrían de garantizar la "estabilidad" y la "gobernabilidad efectiva, cada semana". Y si esto se cumple, los socialistas estarían dispuestos a hablar sobre esos puestos "de responsabilidad" en órganos e instituciones del Estado, como el CIS, la CNMV o el Consejo General del Poder Judicial. Entonces, solo si se alcanza una "salida", "lo razonable" sería que, "en el último momento de la negociación", Sánchez e Iglesias se reunieran, añadió Calvo. No antes. Si el líder del PSOE no tiene los apoyos para resultar elegido, no se presentará a la investidura, porque no quiere "ofrecer una frustración más" a los españoles. "Estamos esperando que Unidas Podemos no sea el grupo que nos lleve a elecciones", que no sea la pieza del tablero que "bloquea", sentenció.

El problema es que esta es la semana decisiva, porque se prevé que el Rey arranque la última ronda a partir del 16 de septiembre, luego para entonces tiene que haber señales de acuerdo o de fracaso. A partir de los despachos de Felipe VI, tendría que haber margen para convocar y celebrar un hipotético debate de investidura. La segunda y última votación, para la que se requiere mayoría simple, debería tener lugar antes de la medianoche del 23 de septiembre. Si no la hay, el jefe del Estado disolverá las Cámaras y convocará elecciones para el 10-N el martes, día 24.

Dos escenarios en la casa morada

En la formación morada, mientras, solo perciben señales de campaña electoral y este fin de semana solo ha servido para ratificar dicha impresión. Ha sido clave, en ese sentido, que RTVE haya adelantado los preparativos electorales. Televisión pública a la que, por cierto, Iglesias ya descalificó la pasada semana como 'telePSOE'.

La esperada llamada entre el presidente en funciones y el líder de Unidas Podemos sigue sin producirse, y ya es seguro que no llegará hasta el final. No hay un calendario de reuniones de los equipos negociadores, pese a haberse emplazado a mantener más encuentros tras la fracasada toma de contacto del jueves. No hay visos de desbloqueo cuando se afronta el último tirón de una etapa política que apunta a desembocar en una nueva convocatoria electoral el 10-N.

Desde la óptica de Podemos, solo cabría que el PSOE forzara elecciones o bien transigiera con una coalición de última hora si los sondeos van mal

Para los morados, se espera un hito esta semana, que según vaticinan determinará la decisión final del PSOE. Creen que será la publicación del CIS, cuyos resultados orientarían la hoja de ruta de la Moncloa, junto a los sondeos también encargados por Ferraz. En base a las claves demoscópicas, se forzarían elecciones o se realizaría una oferta de coalición de “última hora”. Con todo, auguran que esta hipotética propuesta sería “muy inferior” a la realizada en julio horas antes de la investidura fallida. Sin embargo, fuentes próximas al presidente del CIS recuerdan que la encuesta de septiembre se está realizando aún —el trabajo de campo de los barómetros se suele extender del 1 al 10 de cada mes— y que no estarán listos sus resultados antes del día 23, cuando las Cortes se disolverán automáticamente si no hay investidura. En el PSOE, se insiste en que la negativa a la coalición es total, y se mantendrá inamovible. Calvo fue igualmente contundente en La Sexta.

Calvo: "Pedro Sánchez no irá a la investidura si no tiene los apoyos suficientes"

En Podemos, solo se trabaja, no obstante, con esos dos escenarios. Si bien en IU existe un sector que apuesta por facilitar una investidura a través de un pacto programático, como vía para evitar elecciones si el PSOE sigue cerrando la puerta del Consejo de Ministros a los morados, desde la dirección de Podemos apuntan a la unidad del grupo confederal. En la última reunión de la denominada mesa confederal, en la que participan los portavoces del grupo y de las confluencias, se consensuó una posición común y desde Podemos se asegura que se limaron asperezas.

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La licitación de dos contratos de RTVE

El último capítulo que ha visibilizado el creciente malestar de Unidas Podemos hacia el Gobierno en funciones fue la noticia de que RTVE había licitado ya un par de contratos para los decorados y la luminotecnia del posible debate electoral del 10-N y del especial de la noche de los comicios. En el pliego de condiciones, se especifica que “la confirmación de este servicio se realizará el día 24 de septiembre de 2019, cuando se tenga la certeza de la celebración de las elecciones generales”, pero para Unidas Podemos se trata de un elemento más que demostraría las intenciones del Gobierno de ir a nuevas elecciones. "La RTVE de Pedro Sánchez abre concurso público para gastar 40.000 euros en un decorado para la repetición electoral de noviembre a la que nos quiere llevar Pedro Sánchez", lamentaba en Twitter Pablo Echenique. Por su parte, la portavoz, Noelia Vera, afeaba que "mientras el PSOE habla del enésimo 'único escollo', la RTVE de la administración única del PSOE ya sabe que nos vamos a elecciones y se prepara para ello... pues muy bien...".

La sesión de control de este miércoles servirá para medir la temperatura entre los dos socios. Las preguntas de UP no auguran un trato suave

El pleno de este martes y, sobre todo, la sesión de control al Gobierno del día siguiente serán un buen termómetro para calibrar el estado de las relaciones entre socialistas y morados. Las preguntas registradas por Unidas Podemos no auguran un trato preferencial ni suave, impropio de unos potenciales socios parlamentarios o de Gobierno.

La pugna por liderar el centro derecha ante la posible cita electoral

Iglesias será el encargado de interpelar a Sánchez: “¿Qué balance hace de su labor durante los meses que lleva en funciones?”. Pregunta abierta para cercar el presidente en funciones con una crítica implícita a su supuesto desinterés desde el 28-A para buscar un acuerdo y la falta de actividad institucional. La portavoz, Noelia Vera, se dirigirá a la ministra de Trabajo, Magdalena Valerio, para cuestionar “si está el Gobierno firmemente comprometido con la derogación de la reforma laboral del Partido Popular”. Guiño al mundo sindical y justificación de los desencuentros ante las diferencias y las promesas incumplidas. Por último, desde los comunes, la diputada Aina Vidal preguntará a la titular de Hacienda, María Jesús Montero, “qué va a hacer el Gobierno para resolver la crisis del modelo de financiación que está amenazando con una nueva oleada de recortes nuestro Estado de bienestar”. Ataque al uso partidista de las instituciones, reforma laboral y recortes. La sesión de control del próximo miércoles está abocada a convertirse en el primer debate electoral y, al contrario que en la campaña de los pasados comicios, no parece que habrá guante blanco entre socialistas y morados.

Y mientras, algunos socios necesarios de la investidura son conscientes de que la madeja no se desenredará fácilmente. Andoni Ortuzar, presidente del PNV, que se entrevistó con Sánchez el pasado miércoles en Ferraz, señalaba este domingo en una entrevista en 'El Correo' que las posiciones de PSOE y UP están "más alejadas que antes", aunque ninguno quiera levantarse de la mesa para no asumir la "culpabilidad y su correspondiente voto de castigo". Ortuzar reparte responsabilidades —acusa a las dos formaciones de "querer ganar por goleada" y eso no es una negociación, sino una "imposición"—, pero sí subraya que si hay elecciones, como cree que ocurrirá, se sentirá más decepcionado con Sánchez y el PSOE porque les "toca" a ellos conseguir el acuerdo.

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