El PP pide que gobierne la lista más votada en municipales ante el pacto Cs-Podemos

Ante el acercamiento entre Albert Rivera y Pablo Iglesias para defender una reforma electoral que dé más escaños a sus respectivos partidos, el PP pondrá de nuevo sobre la mesa su vieja propuesta de garantizar que las alcaldías sean para la lista más votada en los comicios locales. Será la primera reacción práctica del partido en el Gobierno ante la propuesta de riveristas y podemitas de aumentar la proporcionalidad del sistema electoral con el fin de mejorar las posiciones de los partidos minoritarios, los que quedan como ellos en tercera o cuarta posición, y reducir la ligera prima que la vigente ley D´Hondt otorga al grupo que gana las elecciones con el fin de favorecer la gobernabilidad.

Aunque todavía no quieren abrir en público otro frente de conflicto con Ciudadanos, los populares se declaran impresionados con el nuevo bandazo de Rivera. De achacar al sistema electoral el hecho de que Inés Arrimadas no pueda ser presidenta de la Generalitat pese a ganar las elecciones (quedó primera con el 25% de los votos en Cataluña) pasan a apuntarse a la proporcionalidad pura del sistema junto con Podemos.

En el Grupo Popular reconocen que no les extraña la coincidencia entre Cs y los de Iglesias en la citada reforma teórica, a la medida de sus actuales intereses y resultados electorales, porque es la que más escaños restaría al PP; pero sí que le den visos de oferta seria de acuerdo con los directamente perjudicados: populares y socialistas. Además, en esta legislatura se da la circunstancia de que solo PP y PSOE juntos reúnen los votos suficientes para cambiar una ley orgánica como es la electoral.

La formación en el poder, como los socialistas, no tiene ningún problema con la ley D'Hondt, que se aplica en España desde el arranque de la democracia, está vigente en 40 países occidentales y solo ha sido cuestionada históricamente por Izquierda Unida.

Sobre la posición y los aliados de Rivera, medios del PP recuerdan que en el pacto de investidura de Mariano Rajoy está incluido un punto para promover un debate y buscar el consenso sobre el principal problema que los populares ven en el sistema de elección de cargos públicos: los alcaldes que llegan al cargo por la vía de "los pactos de perdedores" sin ganar antes los comicios.

La oferta del partido en el poder es que se garantice la alcaldía para el cabeza de lista más votado en los comicios siempre que su victoria sea clara, con más del 40% de los votos y una ventaja sobre el segundo partido de más de siete puntos. El PSOE se negó en la última legislatura a pactar sobre esa medida, el Gobierno de Rajoy renunció a implantarla pese a tener la mayoría absoluta para hacerlo y en los comicios de 2015 los acuerdos entre socialistas y podemitas volvieron a dejar a los candidatos ganadores del PP en la oposición en muchas capitales de provincia.