Loading...
Comentarios

-

Ha habido un error al recuperar los mensajes
Cargando mensajes...
Ha habido un error al recuperar los mensajes
Es noticia
  1. España

EL 2014 FUE FATÍDICO

Deudas, condenas y depresiones: otros banqueros que también se suicidaron

Miguel Blesa no ha sido el primer dirigente de una entidad bancaria que ha decidido acabar con su vida tras ser perseguido por la Justicia o perder toda su riqueza

El cuerpo de Roberto Calvi minutos después de que fuese encontrado colgando en el puente de Blackfriars en Londres.

Estuvieron en lo más alto. No les faltó dinero, prestigio, ni poder. Pero cuando todas sus ambiciones chocaron contra la Justicia o los balances financieros, decidieron poner fin a su vida, conscientes de que nunca volvería a ser la que era. Perseguidos por las deudas, muchos optaron por tirarse al vacío. Otros silenciaron con un disparo el hundimiento de su reputación o se colgaron de una cuerda cuando las cifras cayeron en picado. Miguel Blesa no fue el primer banquero en suicidarse, ni siquiera en España.

Miguel Blesa acumulaba 16 premios de caza, una de sus mayores aficiones.

No se atrevió a cortarse las venas

El primer banquero que se quitó la vida en España, al menos que se tenga constancia, fue Gregorio López Mollinedo. Hombre de negocios, las crónicas de entonces le describen como uno de los comerciantes más importantes de Madrid a mediados del siglo XIX, además de comandante de la Milicia Nacional.

De origen provinciano, se convirtió en gerente y principal acreedor de Gas de Madrid pero la empresa entró en quiebra, entre otros motivos por la carestía del carbón. Fue vendida a la Sociedad del Crédito Mobiliario Español, antecesor de Banesto. Aun así Mollinedo siguió acumulando deudas y falta de liquidez.

Un retrato de la familia de Gregorio López Mollinedo del pintor Carlos Luis de Ribera y Fieve.

Según explica el historiador Gabriel Tortella, lo encontraron muerto de un disparo en la cabeza en su despacho, acompañado de una pistola y una navaja, por lo que se piensa que iba a cortarse las venas pero no se vio capaz. Días antes había enviando a su familia de viaje a Biarritz, en Francia, para mantenerles alejados de ese momento.

Ignacio Coca: acorralado por Banesto

Un tiro en la cabeza. Así decidió Ignacio Coca acabar con las presiones financieras que le atormentaban en 1986, tras la adquisición del banco Coca por parte de Banesto. Igual que Blesa, Coca había sido condenado a un año de prisión por la Audiencia Provincial de Madrid por un delito continuado de falsedad documental. Había heredado el banco de su padre, pero según relatan las crónicas de entonces la cantidad de irregularidades que acarreaba al banco, y que salieron a la luz tras la compra, enturbiaron las relaciones con Banesto.

Ignacio Coca se quitó la vida de un tiro en la cabeza.

Decidió quitarse la vida con 73 años, dejando una carta manuscrita que envió al juez que le había condenado. En la misiva, según contó El País, Coca acusaba al anterior presidente del Banesto de haberle engañado al aconsejarle la revalorización de activos por la que le condenaron. También se quejaba de que el nuevo director no hubiese permitido llevar a cabo el plan para saldar la deuda de 20.000 millones de pesetas que tenía con Banesto ni colocarle en el consejo directivo. Según este plan, en el que participó el Gobierno de UCD, iba a aportar sus propiedades para saldar el descubierto, pero no fue suficiente para el banco. Finalmente, la acumulación de intereses y el paso del tiempo (la entidad se absorbió en 1978) hicieron la deuda impagable.

Antes de ser encontrado en el baño de su domicilio madrileño, el banquero arrastró una larga depresión. Su médico testificó que solo cuatro días antes le había encontrado "en un estado de suma angustia, prometiéndome que cuando acabara todo el asunto ya se cuidaría" y le había recomendado su ingreso en una clínica. No lo hizo.

El suicidio que no fue de Roberto Calvi

Conocido como “el banquero de dios”, la muerte del italiano Roberto Calvi es digna de una película de cine negro. El que fuera presidente del segundo banco más importante de Italia, el Ambrosiano, fue encontrado colgado de un andamio debajo de un puente de Londres con los bolsillos llenos de ladrillos y cerca de 15.000 dólares en efectivo.

El banquero Roberto Calvi.

El banco Ambrosiano fue declarado en quiebra en 1982 después de que Calvi fuese condenado a cuatro años de prisión por exportar ilegalmente varios miles de millones de liras. Quedó en libertad bajo fianza hasta que huyó del país con un pasaporte falso. Días después le encontraron muerto y durante años prevaleció la versión del suicidio, hasta que una investigación privada en 2002 –veinte años después– determinó que había sido asesinado por la posición de la cuerda y la ausencia de rastros de ladrillo en sus manos y de pintura de andamio en sus zapatos.

Entre las razones que los jueces barajaron sobre el asesinato se encuentra su relación con el Banco del Vaticano, principal accionista del Ambrosiano y controlado por la mafia, que había perdido dinero con la quiebra, así como sus relaciones con la masonería.

Thierry Leyne y el fatídico 2014

Dominique Strauss-Kahn, el exdirector del FMI protagonizó las portadas de periódicos de todo el mundo tras la violación de una camarera de piso. Lo que es menos conocido es que su socio, Thierry Leyne, se suicidió tres días después de que Strauss abandonase la presidencia de fondo de inversión LSK & Partners, que fundaron juntos, como consecuencia del escándalo.

Leyne, de procedencia francoisraelí, se tiró al vacío desde uno de los edificios más altos de Tel Aviv en octubre de 2014. Según recogió 'Le Figaro', el banquero pasaba por una profunda depresión y su mujer se había suicidado también hacía tres años.

Thierry Leyne (i) junto a Dominique Strauss-Kahn.

No fue el único aquel año. El 2014 fue fatídico para los dirigentes de entidades financieras y se calcula que hubo más de 40 suicidios en Estados Unidos, Londres y Hong Kong relacionados con escándalos financieros, según una investigación de 'The New York Post'.

Uno de ellos fue William Broeksmit, ex alto ejecutivo del Deutsche Bank, que fue encontrado en su casa londinense colgado con una correa de perro. Según el informe de un psiquiatra al que había acudido a mediados del año anterior, Broeksmit “se imaginaba siendo investigado, juzgado y perdiendo su riqueza y reputación”, lo que le causaba insomnio y ansiedad. Junto a su cuerpo se encontraron un conjunto de documentos relacionados con el banco alemán en Nueva York y una nota de suicidio dirigida a sus familiares.

Cerca de 40 banqueros se quitaron la vida durante el año 2014 en EEUU, Londres y Hong Kong

Tan solo un día después de la muerte de Broeksmit, se tiraba desde del tejado de la sede europea de JP Morgan Gabriel Magee, un empleado de 39 años. Entre la información de su ordenador encontraron documentos en los que se podía leer “intentar saltar del edificio” u “odio la vida”. Sin embargo, su decisión pareció estar motivada por una obsesión con la física cuántica, por la que creía que se volvería inmortal en otro universo, y no con un problema económico o empresarial. Al menos otros tres trabajadores de JP Morgan se quitaron la vida ese año.

También Richard Talley, fundador de American Title Services, se mató con una pistola de clavos ese mismo año. En su nota confesó haber estado desviando fondos a en su favor desde 2007 cuando la compañía empezó a ir mal. "He arruinado mi reputación y en lugar de estar en la cárcel sin ninguna manera de cuidar a mi familia, he decidido quitarme la vida", dejó escrito antes de morir.

¿Suicidio o asesinato?

Aunque a muchas de estas muertes se haya dado carpetazo con la etiqueta del suicidio, la sombra del asesinato sobrevuela aún sobre sus expedientes. Es el caso de David Rossi, director de comunicación del banco italiano Monte dei Paschi di Siena, el más antiguo del mundo.

Se encontró su cuerpo el 6 de marzo de 2013, en un callejón debajo de la ventana de su oficina, y desde entonces su familia mantiene que fue asesinado. Lo primero que hizo sospechar a su mujer fue la nota que había en su despacho, en la que se despedía de ella llamándola "Toni". Sin embargo, él nunca la llamaba así, sino por su nombre completo: Antonella.

Una captura de grabación de los últimos momentos de Rossi que fue clave en la investigación.

Una cámara de seguridad grabó cómo cayó al vacío, de espaldas al suelo y a dos hombres que aparecieron al final de la calle, aparentemente asegurándose de que estaba muerto. Siguió vivo al menos durante 20 minutos, en los que movía sus extremidades. La autopsia también reveló arañazos en sus brazos y un golpe en la cabeza. El caso sigue abierto.

Ver comentarios
Suicidio Miguel Blesa Banesto JP Morgan Noadex
El redactor recomienda