El procés amenaza con dejar a Barcelona sin la sede del Medicamento

Barcelona se postuló oficialmente para albergar la sede de la Agencia Europea del Medicamento (AEM) el pasado abril cuando Mariano Rajoy remitió por carta a las instituciones europeas la instancia para solicitarlo. Las virtudes que sitúan a la Ciudad Condal entre las favoritas no son menores, empezando porque el 50% de la industria farmacéutica española está en Cataluña y siguiendo porque la ubicación del organismo europeo —actualmente con base en Londres— una vez se consume el Brexit ya está decidido: la emblemática Torre Agbar acogería la agencia. La coordinación entre las administraciones implicadas (Gobierno central, Generalitat y Ayuntamiento) va viento en popa, pero tanto grupos políticos como empresarios reconocen los riesgos que el desafío independentista entraña, al no cesar en su avance y cuyo primer paso 'hacia la desconexión' podría coincidir con la decisión que la Unión Europea tomará este verano.

El presidente del Gobierno lo advirtió hace unos días en la cumbre empresarial de Sitges cuando reconoció las "terribles consecuencias económicas" que tendría una Cataluña independiente, entre las que señaló que "perdería la batalla por tener la AEM", después de que la ministra de Sanidad, Dolors Montserrat, incidiera en esa idea también. Otros partidos políticos en el Parlament catalán tampoco esconden su preocupación al respecto. El diputado de Ciudadanos, David Mejías, reconoce a este diario que uno de los "hándicaps" que la candidatura catalana puede encontrar es el "empeño" de sus dirigentes por salir de España. Con todo, el partido centrista considera que "este es un ejemplo más de que ni ellos mismos se creen el procés" porque "no tendría sentido" que pujaran por albergar un organismo europeo "si no pensaran en pertenecer a España y a la UE".

En esa línea se encuentra también el Círculo de Economía de Cataluña, que comparte el temor de que otras candidaturas rivales puedan utilizarlo a su favor. El director general, Jordi Alberich, resalta la importancia de que todos los actores implicados "vayan de la mano", como ocurriera por ejemplo con los Juegos Olímpicos del 92, y que esta oportunidad sirva para abrir los ojos a los dirigentes catalanes: "De alguna manera, con la agencia se visualizan los beneficios de estar en la UE y en España". La clave está en los criterios de puntuación que la Unión fije en junio. "Si da mucha relevancia a la estabilidad política del país, por ejemplo, puede ser determinante", insiste Alberich.

Entre las principales competidoras se encuentran Copenhague, Ámsterdam, Milán, Lille y Bélgica, que ha lanzado tres ciudades para aumentar sus posibilidades: Bruselas, Lovaina y Diegem. Según una encuesta interna realizada en la Agencia del Medicamento sobre su futuro traslado y que publicó 'La Vanguardia', la ciudad española sería la preferida en el ranking de los empleados, seguida y muy de cerca por la ciudad holandesa. "Somos la mejor opción, la mejor ciudad, el mejor país" repetía la ministra de Sanidad, Dolors Montserrat, hace semanas en una visita a Bruselas.

Bélgica ha lanzado tres ciudades para aumentar sus posibilidades de cara a servir como sede para la agencia: Bruselas, Lovaina y Diegem

La institución maneja un presupuesto de 320 millones de euros, cuenta con más de medio millar de empleados y sus conferencias conllevan la participación de más de 30.000 visitantes expertos al año. El cambio de sede se produciría cuando el Brexit fuera efectivo, previsto para inicios de 2019, y momento para el que la nueva ubicación de la AEM tendría que tener listos varios requisitos, como una sede acondicionada —la Torre Agbar con toda seguridad en el caso de la Ciudad Condal— y accesibilidad absoluta para los trabajadores y sus familias al mercado laboral, de sanidad y educación.

Cataluña cuenta a día de hoy con 230 laboratorios farmecéuticos y esta industria representa el 50 por ciento del total en España. En torno al 3,5% de la producción europea se desarrolla en esta comunidad autónoma. La baza más sentimental que juega Barcelona es precisamente lo cerca que estuvo para hacerse con la sede de la agencia cuando se creó en 1992. Al final se impuso Londres.

Aunque, al menos de momento, las candidaturas rivales no han contrapuesto los distintos modelos en su propio beneficio, políticos y empresarios no descartan que, cuando la puja comience a lo largo de este mes, algunos aspectos sobre el proceso de independencia salgan a relucir. El diputado David Mejías sí reconoce que a nivel europeo se mira "con escepticismo" la situación en Cataluña, y afirma que por mucho que intenten "internacionalizar el procès", la recepción que tienen "es bastante pobre. Siempre lo ha sido".

En Ciudadanos consideran indispensable trasladar que esta posibilidad "no cabe en el marco jurídico ni en la legalidad". También el director general del Círculo de Economía insiste en que el empresariado catalán "no contempla que vaya a existir ruptura" y afirma que esta situación que puede poner en riesgo tantas cosas "solo se solucionará negociando", como ya sugiriera su presidente en el encuentro de Sitges.

Las expectativas volcadas en la candidatura de Barcelona son unánimes fuera de toda duda, desde las administraciones hasta las organizaciones empresariales, pasando por la sociedad civil. Y todavía crecerán más después de que el primer intento de lanzar a Madrid como sede para la Autoridad Bancaria de la UE —el otro organismo que deberá moverse de Londres tras la salida del Reino Unido del club comunitario— fracasó en el pleno del Ayuntamiento municipal de la capital tras una proposición de Ciudadanos. El Gobierno de Ahora Madrid reconoció su predisposición total si la ciudad se postulara candidata, pero recordó que "no está entre las competencias" de la institución municipal hacer esa propuesta, recordando que es tarea del Gobierno central impulsarla. Y como matizó el Partido Socialista, "no parece que exista esa intención". Por lo que la única opción para albergar un organismo europeo recaerá sobre Barcelona.