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polémica por la gestión de uxue barkos

'Kale borroka', guerra lingüística, banderas, temor empresarial... ¿Qué pasa en Navarra?

La Comunidad Foral está abonada a la controversia por las decisiones del Ejecutivo de Uxue Barkos: la oposición denuncia que sus "obsesiones identitarias" están generando una "gran fractura social"

La presidenta del Gobierno de Navarra, Uxue Barkos. (EFE)

La imagen de Navarra ha recibido dos severos destrozos en estos últimos días de forma casi simultánea. El primero, por ser el campo de batalla escogido por los radicales para imponer el regreso de la violencia callejera con una actuación planificada para atacar a la Policía. El casco viejo de Pamplona fue el escenario elegido de forma premeditada por los cachorros de ETA para llevar a cabo una ‘kale borroka’ de las de antaño que se vio nutrida de radicales venidos de diferentes puntos de Euskadi y la Comunidad Foral con un arsenal de bengalas, cohetes o piedras. Y el segundo, por ser el alarmante protagonista del nuevo estudio de coyuntura elaborado por la CEOE y KPMG que sitúa a esta autonomía como la única donde se impone el pesimismo empresarial.

En todo caso, no son las únicas fracturas que ha sufrido la fotografía de Navarra desde la llegada del "Gobierno del cambio" de Uxue Barkos en julio de 2015. Estos episodios negativos no han hecho sino engordar la lista de polémicas de un territorio abonado a la controversia en los últimos meses por las decisiones adoptadas por un Ejecutivo que suma cuatro fuerzas de corte muy diferente: Geroa Bai (la marca del PNV en la Comunidad Foral), EH Bildu, Podemos e Izquierda Ezkerra. La política lingüística, la guerra de las banderas o las decisiones en el ámbito de la enseñanza son algunas de las cuestiones que están generando una gran confrontación social.

¿Qué está pasando en Navarra? “Lo que está pasando es lo lógico cuando se gobierna exclusivamente para imponer un proyecto político nacionalista que no tiene en cuenta nada más”, censura Javier Esparza, presidente y portavoz de UPN, partido que lideró de forma ininterrumpida el Gobierno de Navarra desde 1996 hasta 2015, cuando se cocinó un cuatripartito antinatura para echar a los regionalistas navarros del poder. “Este gobierno ha pisado el acelerador en los temas más nacionalistas. Está actuando desde la confrontación y está generando una gran fractura social”, argumenta, por su parte, la líder de los socialistas navarros (PSN), María Chivite. Donde la oposición ve un “retroceso” y una “fractura” a todos los niveles por la gestión del Ejecutivo navarro, el gabinete de Barkos ve fuegos de artificio lanzados por el “tripartito” opositor que conforman UPN, PSN y PP dentro de la “guerra abierta contra el Gobierno del cambio”. “Es una situación de trinchera que venimos denunciando hace mucho tiempo y que ha hecho mucho daño a esta comunidad”, denuncia la portavoz foral, María Solana.

"Lo que pasa es lo lógico cuando se gobierna exclusivamente para imponer un proyecto político nacionalista que no tiene en cuenta nada más”

Pero más allá de la pirotecnia de las palabras, los hechos evidencian los fuegos. Hay incendio en el ámbito económico, con la confianza empresarial que se ha desplomado bajo el mandato de Barkos. El pesimismo se ha adueñado del sector empresarial navarro, donde reinan las peores previsiones a futuro del conjunto de España. Sólo dos de cada diez encuestados contempla una mejora de la economía en el actual escenario de crecimiento, mientras que el 24% prevé una importante ralentización. Los datos del reciente informe de la CEOE evidencian que Navarra es la única comunidad donde el pesimismo se impone al optimismo.

La tendencia se ha invertido en los últimos tiempos. En momentos de crecimiento, Navarra era la comunidad que tiraba del carro y ahora crece por debajo de la media de España. Este cambio obedece, según denuncia la oposición, al aumento de la carga impositiva contra las empresas (se endureció el Impuesto de Patrimonio y se subió el de Sociedades al inicio de la legislatura) y que ha hecho que la Comunidad Foral “no sea un territorio competitivo y atractivo”.

También entran en juego elementos como la “desconfianza” o el “miedo” a las decisiones que pueda adoptar el Gobierno foral, que “no apuesta por las infraestructuras estratégicas de la comunidad” para posibilitar su desarrollo. Por ejemplo, mientras en Euskadi el Gobierno vasco acelera para la llegada de la alta velocidad (es una de las prioridades del PNV en las negociaciones con Mariano Rajoy para apoyar los presupuestos generales del Estado), en Navarra no hay esta apuesta decidida por este proyecto, que es rechazado de plano por EH Bildu. Todos estos factores han derivado en una pérdida de músculo empresarial, ya que Navarra fue en 2016 la segunda comunidad española que más empresas perdió (un total de 76), solo por detrás de Cataluña. Y en términos de empleo, fue una de las autonomías con menos puestos de trabajo creados a lo largo del año. “Se están perdiendo oportunidades cuando estamos en una ola de crecimiento”, critica Esparza.

La confianza empresarial se ha desplomado bajo el mandato de Barkos. Navarra es la única comunidad donde el pesimismo se impone al optimismo

El incendio también llega al terreno ideológico, con el euskera y la ikurriña en el centro de las llamas. Barkos, la única presidenta de la historia de Navarra que ha alcanzado el poder gracias al apoyo de la izquierda 'abertzale', lidera un cuatripartito que está haciendo de las cuestiones identitarias su “obsesión” en la actuación de gobierno. Su política lingüística está dirigida a fortalecer el peso del euskera en la escuela y la administración con independencia de los fuertes contrastes sociolingüísticos que existen por zonas. Así, pretende extender el modelo de enseñanza íntegro en euskera (modelo D) desde la Educación Infantil hasta los niveles superiores de enseñanza en toda la Comunidad Foral, incluida en el área no vascófona, donde las peticiones para cursar en lengua vasca son escasísimas. En la zona de la Ribera “no hay demanda”. “Se está inventando una realidad que no existe. No se puede ir en contra de la realidad”, censura la oposición.

Y la realidad, extraída de la Encuesta Sociolingüística de 2016, dice que el 87% de la población no habla euskera (el 76,7% no conoce este idioma y el 10,3% “sabe algo pero no llega a hablarlo con soltura”). En este escenario, el Gobierno de Barkos va a llevar a cabo encuentros con los padres con hijos de hasta 12 años para animarles a que el euskera sea la lengua que utilicen sus pequeños. El Primer Plan Estratégico del Euskera (2016-2019) contempla la creación de “espacios” para “estimular” a las familias de cara a que “eduquen y socialicen” a sus hijos en la lengua vasca. Se pretende que utilicen el euskera con “normalidad” en el hogar y en la calle. Además, el plan recoge ayudas para el transporte y el comedor para todo el alumnado que se matricule en euskera en las zonas mixta y no vascófona cuando el modelo D no esté ofertado en su localidad; también para todos aquellos estudiantes que se “tengan que desplazar forzosamente de su zona por falta de oferta pública en euskera”.

La Policía se protege de los objetos arrojados por radicales en Pamplona. (YouTube)

Estas ayudas para favorecer la matriculación en el modelo D son vistas por la oposición como un “agravio” para el resto de alumnos, que se ven “discriminados”. Los grupos censuran que se está actuando de forma “discrecional” para “favorecer” a quienes eligen estudiar en euskera. Así, por ejemplo, denuncian que quienes se matriculan en inglés no reciben este tipo de sustento económico ni le son aplicables las “excepciones” que sí se permiten para los que se matriculen en lengua vasca.

En el ámbito de la Administración, el Ejecutivo de Barkos ha redactado un borrador de decreto para regular el uso del euskera que, según denuncia Chivite, “ni respeta la realidad sociolingüística de Navarra ni garantiza el respeto al principio de igualdad de oportunidades en el acceso a la Función Pública”. De momento, el borrador está en la fase de tramitación en el Parlamento foral, pero es más que probable que, una vez vea la luz, se presente un recurso ante la Justicia. El Tribunal Superior de Justicia de Navarra ya anuló a finales del pasado año las 100 plazas en euskera de la OPE de Educación para 2016 al sostener que cualquier oferta pública de empleo que incluya una referencia a cualquier idioma que no sea el castellano es contraria a derecho ya que está ofertando puestos de trabajo distintos a los recogidos en la plantilla orgánica del departamento.

“El Gobierno está provocando un efecto rebote en la gente. Cada vez es mayor la mala concepción social hacia el euskera por la imposición que persigue el Gobierno”, asegura Chivite, favorable a que se extienda el uso del euskera en la comunidad pero "sin atentar contra la igualdad de oportunidades". “Se está utilizando el euskera no como un elemento cultural sino como una herramienta política para construir esa Euskal Herria que anhela el nacionalismo”, remarca al respecto Esparza. Educación ejemplifica el “desastre” de la gestión del equipo de Barkos. Y no sólo por el euskera. “Es terrible lo que está pasando en Educación. Cada semana nos despertamos con un susto”, asevera la secretaria general del PSN sobre un departamento que ha tenido que realizar varias rectificaciones a lo largo de la legislatura.

Junto a la guerra lingüística está la batalla de las banderas. El Gobierno de Navarra ha dado los primeros pasos para lograr que la ikurriña pueda ondear de forma legal en los ayuntamientos navarros sin tener que enfrentarse al castigo de la Justicia (los tribunales han obligado a algunos ayuntamientos navarros a retirar la bandera vasca de la fachada consistorial bajo amenaza de multas e inhabilitación). El Ejecutivo de Barkos ha iniciado en el Parlamento de Navarra el trámite para derogar la actual Ley de Símbolos, lo que abre la puerta a que se pueda izar en los consistorios banderas diferentes a las oficiales de la Comunidad Foral. La Cámara abordará el próximo día 30 el debate de la proposición por la que se deroga la Ley de Símbolos, algo que estaba previsto en un inicio para este pasado jueves, si bien se ha retrasado para esperar al contenido del informe solicitado al Consejo de Navarra. En todo caso, es previsible que este organismo no se oponga a validar el sueño del nacionalismo vasco de hacer ondear la ikurriña en territorio navarro bajo el paraguas legal entre la denuncia de la oposición de “falta de respeto institucional” a los símbolos navarros.

Es significativa la imagen que preside la página web del PSN. Domina el escudo de Navarra en grandes dimensiones con un fondo rojo y un mensaje en letras de gran cuerpo: “La bandera que nos une como pueblo propio y plural”. "Hay que poner el acento en lo que nos une y no en lo que nos divide", expone Chivite. Barkos justifica que con la derogación de la ley se busca “normalizar el uso de los símbolos, sin exclusiones ni imposiciones”, y hacer frente al carácter “sancionador y de prohibición” de la actual normativa. Pero la defensa que la presidenta hace de los símbolos vascos como propios de Navarra está acompañada del rechazo a las representaciones españolas. La entrega del Premio Príncipe de Viana de la Cultura ya no cuenta con la presencia los Reyes de España una vez que el Gobierno foral les retiró la invitación para presidir el acto, al que Don Felipe llevaba acudiendo de forma ininterrumpida desde 1993.

Estas motivaciones ideológicas que presiden la gestión de Barkos están llevando a la “discriminación” institucional. En la diana está el Opus Dei. Una de las primeras decisiones de calado del cuatripartito navarro fue no renovar el convenio con la Clínica Universitaria y que permitía a 7.000 empleados y sus familiares de la Universidad de Navarra recibir atención sanitaria en este recinto. Ahora son las becas las que están en el punto de mira. Los tribunales deben pronunciarse sobre los recursos interpuestos contra la convocatoria de becas para 2016-2017 aprobada en octubre por el Ejecutivo foral y que contempla importantes recortes para los alumnos de la Universidad de Navarra (del 66% de media).

Los tribunales deben pronunciarse sobre la legalidad del recorte de becas para los alumnos de la Universidad de Navarra (del 66% de media)

De momento ya se ha pronunciado el Defensor del Pueblo, tras las quejas de los estudiantes y sus familias, para poner en cuestión los recortes que se pretende aplicar a los universitarios de esta institución académica (afectan a unos 600 alumnos) y que, en algunos casos, ponen en riesgo la continuidad de los estudios. También hay varios recursos de alzada ante el Departamento de Educación a los que se deberá dar respuesta. El Gobierno podría verse obligado a cambiar la convocatoria actual, si bien Solana ya ha dejado claro que “en ningún caso” la convocatoria de becas será reemplazada por la anterior. Hasta la resolución definitiva, hay “miles” de solicitudes para lograr una beca con la convocatoria en vigor y que se están “baremando”. “Una vez se resuelvan los recursos se marcará la baremación definitiva. Hasta junio hay plazo para contestar a las solicitudes”, argumenta la portavoz foral para defenderse de la cascada de críticas.

Son muchas las voces que censuran que la actuación del Gobierno foral nada tiene que ver con criterios estrictamente técnicos. “Se están utilizando las becas para hacer política”, coinciden en denunciar partidos, estudiantes y asociaciones educativas. "El Gobierno está buscando continuamente la confrontación. Esto no es gobernar para la mayoría", remarca Chivite. “Son fobias a determinadas organizaciones”, enfatiza Esparza. En este listado de fobias se incluye a la Guardia Civil, cuyo repliegue de Navarra es reclamado por el Gobierno de Barkos, que se ha posicionado en varias ocasiones en contra de la actuación de la Audiencia Nacional ante la agresión que sufrieron dos agentes de este cuerpo y sus parejas en un bar de Alsasua. El Ejecutivo foral se ha puesto tras la pancarta por las calles de este municipio en solidaridad con los arrestados, algunos de los cuales se enfrentan a penas de entre diez y 15 años de cárcel por los delitos de terrorismo en concurso con atentado, lesiones y un delito de odio.

En materia de convivencia, las víctimas de ETA están enfrentadas al Gobierno de Barkos, como lo evidenciaron el pasado viernes 10 de marzo, Día Europeo de las Víctimas del Terrorismo, al no acudir a la concentración convocada por el Ejecutivo foral al considerar “incompatible” este acto con el homenaje que dispensó el 18 de febrero a “las víctimas de motivación política provocados por la extrema derecha o funcionarios públicos”. Los incidentes radicales del pasado fin de semana en el casco viejo de Pamplona han motivado la enérgica denuncia del Ejecutivo foral, que ha prometido “tolerancia cero” ante quienes quieran utilizar Navarra como “escenario de confrontación violenta”. En todo caso, la oposición le pide "mayor contundencia", y más a la vista de que el movimiento por la Amnistía y contra la Represión (ATA) ya ha dejado claro que seguirá con sus actuaciones en Pamplona. A este respecto, el alcalde de la ciudad, Joseba Asirón, mantiene las ayudas públicas a la web www.ahotsa.com, que ha calificado de “represaliados” a los detenidos en los pasados disturbios. El regidor 'abertzale' se ampara en la libertad de expresión pero UPN y PP denuncian que esta página atenta “contra la libertad y los derechos humanos” con mensajes que “incitan al odio y la violencia”.

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