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HACIA EL 39º CONGRESO FEDERAL

Sánchez luce apoyo de las bases sin sumar a líderes de peso en el estreno de su proyecto

El ex secretario general es aclamado en el Círculo de Bellas Artes de Madrid al grito de "¡No es no!". Se rodea de caras conocidas y otras más nuevas, pero no muestra más poderío orgánico

Pedro Sánchez, flanqueado por Manuel Escudero y Margarita Robles, este lunes en el Círculo de Bellas Artes de Madrid. (EFE)

—¡Buenas noches, Madriiiiiiiiiiid!

Es Odón Elorza el que está subido al escenario. El que saluda a un público entregado a la causa que abarrota la sala. Y no, no es un concierto de rock. Pero a veces lo parece. Porque la estrella, Pedro Sánchez, parece cada vez más eso —una 'celebrity' de la música o del cine, atosigado por una nube de fans que quieren tocarlo, besarlo y hacerse fotos con él— que un dirigente político con la ambición de reconquistar las riendas del PSOE contra todo y contra todos.

El ex secretario general vestía de largo este lunes su proyecto político, aquel con el que quiere ganar las primarias socialistas. Era la primera vez que pisaba Madrid en esta larga campaña, y había optado por un acto atípico, abierto a la sociedad —son los militantes, y nadie más que ellos, los que elegirán a su líder en mayo—, y en el emblemático Círculo de Bellas Artes de la capital, en su Teatro Fernando de Rojas. Sánchez llenó. Desbordó el aforo de unas 600 personas, y otras tantas tuvieron que arremolinarse en el 'hall' contiguo, donde una pantalla de plasma proyectaba lo que ocurría en el interior. Pero ya antes las cámaras habían captado las colas de simpatizantes serpenteando por la calle de Alcalá que querían escuchar, admirar a su líder. A su ídolo. El mismo que en dos elecciones consecutivas llevó al PSOE al desastre, firmando los dos peores resultados de su historia reciente. El mismo que ahora, sin embargo, dice saber "humildemente" qué necesita la izquierda para "volver a ser alternativa" en España y que no propone un "giro a la izquierda" del PSOE, sino que el PSOE "vuelva a ser el partido de la izquierda de este país".

Entre los nuevos rostros, las exministras Beatriz Corredor y Cristina Narbona, o los dirigentes catalanes Núria Parlon y Carles Martí

Sánchez arrastra. Acto tras acto, demuestra que las bases le siguen y le aclaman, aunque muchos de sus detractores recuerdan que no todos los que le acompañan son militantes con derecho a voto. Y eso pasó también este lunes. Pero a cambio, las fotos son semejantes a otras de su propio álbum. Sumó a caras conocidas —las exministras Cristina Narbona y Beatriz Corredor; los dirigentes del PSC Núria Parlon o Carles Martí, o los dos coordinadores de su programa, los guerristas Manuel Escudero y José Félix Tezanos—, no a referentes orgánicos de peso dentro del PSOE. No había barones autonómicos, ni expresidentes del Gobierno, ni ex secretarios generales. El 'establishment' del partido no está con el exjefe de Ferraz, y desde hace mucho. En ese sentido, no hay sorpresas.

'Color, esperanza' de BSO

Sobre las siete y media de la tarde, la hora prevista de arranque del acto, el patio de butacas y los dos anfiteatros ya estaban llenos. Pero no tanto de vips reconocibles y de peso. Entre el público, el ex director general de RTVE José María Calviño; el histórico dirigente de Izquierda Socialista Manuel de la Rocha Rubí; Hugo Morán, secretario de Medio Ambiente de las ejecutivas de José Luis Rodríguez Zapatero y Alfredo Pérez Rubalcaba; extrabajadores de Telemadrid con su camiseta de protesta por el ERE salvaje que padecieron hace cuatro años; la exdiputada por Guadalajara Magdalena Valerio; los parlamentarios autonómicos madrileños Dani Viondi y José Manuel Franco; la diputada por Cáceres Pilar Lucio, que acudía más a "ver a un amigo" que a mostrar su apoyo total al candidato... Diseminados también se sentaron varios directores de medios y periodistas invitados por el equipo del ex secretario general. Y un tropel de redactores de radios, televisiones, diarios. Sánchez sabe también crear expectación [consulta aquí el álbum del acto].

"Creo saber humildemente lo que necesitan el PSOE y la izquierda para renacer y volver a ser la alternativa de este país", proclama el exlíder

"Estoy contenta de no poder entrar", indica una mujer mayor a los encargados de organización que habían desplegado una cinta cuando el aforo se completó. A las ocho, el 'hall' es un hervidero de simpatizantes. Primeros gritos de "¡No es no!" y de "¡Pedro, Pedro!". Bajan la monumental escalera del Círculo, en dirección a la sala, la mayoría de los diputados fieles —José Luis Ábalos, Adriana Lastra, Susana Sumelzo, Sofía Hernanz, Rocío de Frutos, Zaida Cantera, Luz Martínez Seijo, Luisa Carcedo...—, la eurodiputada castellanoleonesa Iratxe García, el exmiembro de la ejecutiva Ibán García del Blanco; la alcaldesa de Santa Coloma de Gramenet (Barcelona), Núria Parlon, y Carles Martí, ambos integrantes de la dirección del PSC; el número dos del PSOE navarro, Santos Cerdán...

Sánchez se hace de rogar. Pasan ocho minutos de las 20:00 y ya empiezan a sonar los acordes de 'Color, esperanza' de Diego Torres, su himno de campaña. El exlíder aparece. Ahora sí. Hace un paseo triunfal hasta el teatro, asaltado por las cámaras, entre aplausos, ambiente festivo y gritos de "¡No es no!". Penetra en el patio de butacas con la misma letanía. Allí le esperan, en el escenario, sus dirigentes de siempre, los que habían desfilado poco antes que él, junto con caras nuevas como Corredor o Luc André Diouf (uno de sus ministrables), y también sus cuatro teloneros: Manuel Escudero y José Félix Tezanos en las esquinas, la diputada y exjueza Margarita Robles y la exministra Cristina Narbona flanqueándole.

Pedro Sánchez: "No pido girar a la izquierda, sino que PSOE vuelva a ser la izquierda"

A lomos de la "ilusión"

La obsesión de los organizadores, y así lo manifestaron los 'presentadores' en sus turnos de palabra, era demostrar que Sánchez "no está solo", sino que tiene "un gran equipo competente" detrás, movido por un ejército de simpatizantes "ilusionados", en palabras del parlamentario y exalcalde de San Sebastián Odón Elorza. Uno tras otro insistían en que el exsecretario no abandera un proyecto "personal", sino "colectivo". El propio Sánchez lo remarcó, intentando desprenderse de la etiqueta: "Este tiene que ser un debate de ideas, y no solo de personas". Aunque justo a continuación añadió que "las políticas las hacen las personas y con su coherencia o su credibilidad se da más o menos peso político al proyecto que se pone encima de la mesa".

Porque si hay algo que quieren exprimir al máximo el candidato y su equipo es que él representa ese proyecto "creíble" y "coherente" hasta el final, con el "no es no" como bandera... Aunque eso destape a su vez algunas flaquezas y virajes de su propio discurso. Sánchez incluso reconoció no ser "la misma persona" que hace casi tres años asumió las riendas del PSOE, ni la misma que cayó en el funesto comité federal del 1 de octubre. "Creo saber humildemente lo que necesitan el PSOE y la izquierda para renacer y volver a ser la alternativa de este país", dijo, obviando que ya fue aspirante presidencial en dos ocasiones y perdió´con estrépito.

Uno tras otro, los intervinientes destacan que Sánchez "no está solo" y tiene detrás "un gran equipo competente" y un proyecto "colectivo"

Para el exlíder, la socialdemocracia, además de "reafirmarse" en sus principios y valores, debe reparar un "error" que lleva "cometiendo décadas": darse cuenta de que el adversario "es el neoliberalismo, el capitalismo y el conservadurismo" que en España encarna el PP. "No proponemos el giro a la izquierda, sino que el PSOE vuelva a ser el partido de la izquierda de este país", adujo, blandiendo su documento.

Sánchez propone un PSOE "autónomo" y libre de "injerencias", pero también socio de otros. La "gran coalición en Europa ha fracasado" y sería un "error que se trasladara hoy a España", porque va contra el "ser" y la "historia" del PSOE y porque no ha frenado "el populismo, la ultraderecha y los extremismos" en el conjunto de la UE, de modo que el remedio es recorrer un "camino valiente, honesto, coherente y creíble", la creación de una "gran alianza de fuerzas progresistas que ponga fin al austericidio", sobre la base de que se gobierna "desde La Moncloa", y no desde el Congreso. Hace menos de un año, él mismo patrocinaba, para convencer a Podemos y Ciudadanos, un Ejecutivo "parlamentario".

"Las grandes transformaciones —insistió— no se pueden hacer solas. Nosotros no somos nostálgicos del bipartidismo. Aceptamos la complejidad del sistema actual". Y por eso tiende "la mano a todas las organizaciones" para "poner fin al Gobierno de la derecha e implantar el cambio progresista", oferta en la que incluye a Podemos y a los sindicatos, CCOO y UGT. Su candidatura, abundó, sigue diciendo "no a Rajoy" porque dice "sí a ser la fuerza vertebradora del cambio", sustentada en el diálogo como "una de las principales fortalezas".

Desgranó algunas de las medidas contenidas en su documento [aquí en PDF], ahora "abierto" al debate y a las enmiendas ciudadanas. Propuestas económicas y políticas y de "profundización de la democracia interna", como la limitación del poder de la gestora, la mayor participación de la militancia o la extensión de las primarias abiertas. Y para afrontar la crisis soberanista, Sánchez defendió que "habrá que responder con argumentos y propuestas, y no con amenazas". Abogó por una reforma federal de la Constitución que "refuerce la capacidad de autogobierno de comunidades como Cataluña" y que fortalezca "el carácter plurinacional del Estado". Una reflexión esta última de calado, que jamás planteó como jefe de Ferraz y que encontrará segura contestación en el PSOE.

"El futuro programa de gobierno"

En varios momentos del acto daba la sensación de que las elecciones están a la vuelta de la esquina. Y Sánchez ambiciona no solo volver al trono de secretario general, sino también quedar investido como candidato presidencial. "Este proyecto es un primer paso. No acabará cuando ganemos las primarias. No presentamos este proyecto para ganar las primarias, sino para ganar el futuro de los españoles. Sentemos las bases para conquistar el futuro, volver a gobernar, volver a entusiasmar, volver a convencer a los millones de progresistas que no se resignan", remató, entre gritos fervorosos de"¡Pedro, Pedro!".

Robles defiende que el "no es no es una forma de hacer política frente a los que antepusieron en un despacho intereses puramente electorales"

Sánchez fue aclamado. Pero no solo él. También atrapó numerosos aplausos Margarita Robles pese a que, como ella misma recordó, no es militante y solo representa a los "socialistas de corazón". Ella insistió en que no se presentaba ningún "proyecto personal", sino el "futuro programa de gobierno del país". "¡Y lo vamos a conseguir! [...] ¡Con humildad e ilusión, este proyecto va a llegar al Gobierno de España con Pedro Sánchez a la cabeza!". "Este es un proyecto diferente, creíble, que se apoya en el valor de la palabra dada, de izquierdas, transformador de la sociedad, que pretende ser eficaz y sin estridencias, frente a los de la estridencia, el escándalo y solo y exclusivamente la calle", añadió, en referencia a Podemos. Robles defendió que el "no es no es una forma de hacer política frente a los que antepusieron en un despacho intereses puramente electorales".


Tezanos llamó a construir un PSOE "democrático, de ciudadanos maduros con voluntad de tomar decisiones, no un partido de siervos y súbditos". Escudero remarcó que "no es verdad" que se imprima un giro a la izquierda, porque lo que ocurre es que "algunos se han olvidado de los principios" de libertad, igualdad y solidaridad que inspiraron al socialismo desde la cuna. Narbona enfatizó que "las ideas necesitan líderes valientes y comprometidos" como Sánchez.

Pedro Sánchez apuesta por una alianza progresista y por la plurinacionalidad del Estado español

No se entonó esta vez 'La Internacional' como colofón. Pero el chute de energía había inundado igual los rostros de los sanchistas. El acto había ido bien, decían a la salida. Para sus principales rivales, los susanistas, no había "nada nuevo", la "misma secta", "cero apoyos serios". Pero también en el sector oficialista, pese a las llamadas a la calma y la convicción de que la baronesa andaluza ganará, se oye, y cada vez con más fuerza, el ruido de la "preocupación", porque la ola que impulsa a Sánchez no se ha parado desde octubre. El exlíder ha demostrado que sigue vivo y que se repone a la adversidad. Que tiene un relato. Y que sabe cómo continuar haciendo ruido, convocando mítines de impacto, concurridos, reivindicándose como un ídolo-mártir, y opacando de momento a su primer adversario, Patxi López.

—¿Vais a La Rioja? —se escuchó a una señora gritar entre el público. Tras Melilla, este miércoles, y Burlada (Navarra) el viernes, esa es la siguiente parada del exlíder, en el pequeño pueblo de Aldeanueva de Ebro, el 26. Y "muy pronto" habrá otra en Madrid. Susana Díaz, mientras, sigue replegada en Andalucía, a la espera de dar el salto.

Fernández: la campaña congresual "puede parecer larga" porque López y Sánchez se lanzaron "muy pronto"

Javier Fernández es consciente de que todas sus palabras se miran con lupa. Por eso se aferra a un lenguaje de madera para no levantar suspicacias como presidente de la gestora, el órgano que tiene que conducir al PSOE hasta su 39º Congreso y que es muy cuestionado por los sanchistas y en menor medida por los partidarios de Patxi López.

El jefe de la dirección provisional compareció este lunes en Ferraz por la mañana, en compañía del líder del grupo de los socialdemócratas europeos, el italiano Gianni Pittella, de ronda por distintos países para entrevistarse con representantes socialistas. Fernández intentó esquivar las preguntas orgánicas. Pero dio algún detalle. Por ejemplo, sobre lo eterno que puede hacerse el congreso. "Puede parecer largo, no en la medida en que se abra el tiempo de que los ya candidatos hagan sus propuestas, sino en que algunos militantes anunciaron su candidatura muy pronto", señaló, en obvia alusión a Pedro Sánchez y Patxi López. Es decir, que ambos se lanzaron a la carrera muy temprano, y por eso esta puede hacerse kilométrica.

El presidente de la gestora no quiso manifestar su opinión sobre la propuesta que el exlendakari lanzó el sábado: que un secretario general elegido por las bases solo pueda ser destituido por la militancia. Alegó que no puede ni quiere pronunciarse sobre las iniciativas de los aspirantes. Se le preguntó si lo compartía, "como socialista". "Lo que me plantea es si estoy de acuerdo con la posición que ha manifestado Patxi López como candidato respecto a si se puede derrocar o no a un secretario general en el órgano en el que lo hemos hecho, en el comité federal, o hay que acudir a las bases. Le aseguro que tengo mi opinión, y estoy convencido de que usted la conoce, pero no la voy a manifestar porque no me corresponde hacerlo". Fernández estaba reconociendo lo obvio: que el comité del 1 de octubre derrocó (o "revocó", como quería decir, según Ferraz) a su líder.

También rehusó valorar si se puede compaginar la presidencia de un Gobierno autonómico con la jefatura del PSOE, como quiere hacer Susana Díaz. "Cuando uno está en dos sitios a la vez, tiene que hacer un esfuerzo adicional", como ha sido su caso, dijo, sin extrapolarlo al ejemplo de la presidenta de la Junta.

Sobre Cataluña, el presidente de la gestora comentó que no había recibido ninguna llamada de Mariano Rajoy, ni le ha dicho "nada" de que haya una negociación en ciernes, aunque si la hubiera, supone que el presidente le informará. "Si la Generalitat tiene una tercera vía que no pase por el derecho de autodeterminación, el PSOE estaría de acuerdo en que se hablara", apuntó.

Pittella, por su parte, prestó su apoyo a la dirección interina del PSOE y no quiso inmiscuirse en la batalla congresual. "Hay otros líderes capaces de llevar al PSOE adelante y estaremos al lado de estos compañeros", señaló, tras "apoyar" con todas sus "fuerzas" al PSOE, una formación de "corazón antiguo" al que admira desde siempre.

El líder del grupo S&D plantea "ampliar el perímetro" del Partido de los Socialistas Europeos de cara a las elecciones de 2019, estrechar sus lazos, pero "no para llegar a un acuerdo de siglas", sino para "hablar" con los ciudadanos, los ecologistas, los movimientos sociales, los sindicatos o las empresas. "Ese es el trabajo que quiero llevar a cabo, más que un ensamblaje de siglas que no se entendería".

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