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  1. España

el ministerio cifra en 5,6 millones la limpieza

El vertedero de Seseña estaba desde febrero sin vigilancia nocturna y seguro de incendios

La empresa valenciana que limpiaba la zona rompió el acuerdo con el Ayuntamiento ese mes tras eliminar 4.000 toneladas. El Consistorio solo paga seguridad entre las 8 y 16 horas

Vecinos de la urbanización El Quiñón, construida junto al vertedero de neumáticos.

El vertedero de neumáticos de Seseña no tenía vigilancia por las tardes ni por las noches desde febrero de este año, mes en el que el Ayuntamiento de esta localidad toledana y la empresa que estaba limpiando la instalación rompieron de mutuo acuerdo el convenio de colaboración. La marcha de esta empresa, con sede en Valencia, también motivó que el centro dejara de estar cubierto por un seguro de responsabilidad civil, que por ejemplo cubría incidentes como un incendio. El espectacular fuego que ha quemado miles y miles de neumáticos y seguirá activo varios días empezó de noche y al parecer fue provocado, por lo que el pirómano o pirómanos que actuaron sabían que nadie protegía durante gran parte de la jornada este cementerio de caucho que ocupa una superficie de 117.000 metros cuadrados y que llevaba años creciendo sin control. La urbanización más próxima, El Quiñón, donde viven 9.000 personas, tuvo que ser desalojada.

El incendio abre un nuevo escenario, ya que habrá que esperar en qué estado queda la instalación y los neumáticos (anoche ya habían ardido 3,5 millones de llantas). La empresa pública Tragsa, dependiente del Ministerio de Agricultura, Alimentación y Medio Ambiente, ya ha terminado el pliego de condiciones para licitar el concurso de limpieza del vertedero. Tragsa está actuando como árbitro en un conflicto que lleva varios años sin solución porque las distintas Administraciones implicadas no han sido capaces de ponerse de acuerdo. El vertedero está justo en el límite entre Seseña (Toledo) y Valdemoro (Madrid). De hecho, el 30% ocupa suelo madrileño.

[El incendio, a través de las imágenes de los ciudadanos]

[Por qué un incendio de neumáticos es tan peligroso]

La Junta de Castilla-La Mancha, la Comunidad de Madrid, el Ayuntamiento de Seseña y el propio ministerio llevan ya una decena de reuniones intentando buscar una solución, que se resume en cómo se reparten los gastos para pagar a la empresa que limpiará la zona. La próxima cita estaba prevista para el 26 de mayo. El objetivo es impulsar un plan a tres años con una dotación presupuestaria que rondará los 5,6 millones de euros. Seguramente el incendio trastocará los gastos y el calendario. "Había un compromiso que tanto la Junta como el Gobierno de Madrid ponían cada uno 500.000 euros para este año, además de pagar unas medidas de seguridad que de momento no se han materializado", explican desde el Consistorio.

Eliminadas 4.000 toneladas

"Aquí el único que ha puesto dinero hemos sido nosotros", aclara el Ayuntamiento, que paga seguridad para proteger el recinto entre las 8.00 y las 16.00 horas de lunes a viernes. A partir de ese momento nadie vigila el vertedero, "que ha seguido creciendo porque muchos particulares vienen aquí a dejar neumáticos", aseguran desde Ecologistas en Acción. Es decir, vía libre toda la tarde y toda la noche.

Esta es la situación desde febrero de este año, cuando la empresa valenciana que intentaba limpiar la instalación rompió de mutuo acuerdo con el Ayuntamiento el convenio que habían suscrito en julio de 2013. Se ha ido porque no le era rentable. El Consistorio no pagaba nada. El acuerdo era que la empresa, Derechos y Gestión de Ruedas Iberia, gestionaba y trituraba los neumáticos para vender luego el caucho como combustible de cementera. La empresa ponía vigilancia por las noches. Tuvo que avalar 60.000 euros, contratar un seguro de responsabilidad civil (que protegía contra incendios), pagar dos turnos de trabajadores e invertir en maquinaria. Tras descontaminar 4.000 toneladas en casi dos años, dejó el trabajo en febrero porque perdía dinero. Tragsa también invirtió en la zona, construyendo un cortafuegos de 30 metros de diámetro.

El vertedero había perdido su licencia de actividad en 2010. En realidad nunca la tuvo, ya que solo podía funcionar como centro de reciclado, no como depósito. El dueño, desaparecido, acumuló sanciones económicas y una condena de tres meses de prisión por delito ecológico. También tuvo que ser desahuciado por los dueños de los terrenos, que se encontraron con un problema: miles y miles de ruedas, cerca de cinco millones, unas 90.000 toneladas. Nacía así el mayor vertedero de neumáticos de Europa.

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