Cree que se está generando una burbuja
UBS apunta al sector financiero como el responsable oculto tras la subida de la luz
La entidad suiza advierte de que estos agentes han construido una fuerte posición en el mercado de CO2, un activo financiero creado por Bruselas que influye directamente en el precio de la electricidad
Bruselas ha creado un monstruo. Esta es la opinión que muestran diversos expertos en el mercado eléctrico. La especulación se ha adueñado de un activo financiero creado por la Comisión Europea con la sana intención de ir reduciendo las emisiones de CO2, pero que en la práctica está provocando una subida prolongada del precio de la luz en toda Europa, lo que tiene una repercusión económica de primer orden.
El elevado nivel de precios de la electricidad en el momento actual (el pasado miércoles marcó récord anual) está siendo creado, según el consenso de mercado, por la escalada del precio de los derechos de emisiones de CO2, algo que las centrales de generación que producen con carbón sobre todo pero también con gas están obligadas a pagar. Hasta este año, este coste era razonablemente bajo (en torno a los cinco euros por tonelada de CO2), pero este ejercicio lleva un 'rally' alcista sin precedentes que lo ha llevado a un nivel históricamente alto.
Como el mercado eléctrico es un sistema marginalista (la última oferta marca el precio para todas las demás), el CO2 está teniendo un papel determinante en el precio de la luz, un bien de primera necesidad que amenaza con acabar en 2018 como el año más caro de la historia.
En este escenario, UBS alerta de la burbuja que se está generando y apunta directamente como responsable al sector financiero, al que acusa de estar provocando una subida continuada del CO2 debido a que no quieren vender sus carteras de este activo.
En esta misma línea se muestra un directivo de las grandes eléctricas de España conocedor de la casuística, que eleva el tiro y asegura que el anormal precio de la luz está inflado por acción de los grandes bancos comerciales -incluídos los españoles-, que mantienen cautivas sus carteras de CO2 a la espera de que suban de precio.
Según destaca el banco suizo en un informe, al que ha tenido acceso El Confidencial, "mientras los precios suban, no esperemos que los propietarios de los inventarios vendan". En este sentido, vaticina un precio que puede llegar hasta los 35 euros por tonelada en 2019 si no hay venta (actualmente, ronda los 22 euros).
"Los agentes financieros tienen un papel especial en este mercado debido a la gran posición que han construido colectivamente", sostiene el informe. UBS estima que el sector posee en su conjunto 300 millones de toneladas, lo que representa una porción determinante (casi un 20% del total). Unos activos que vienen a rondar un valor de mercado ahora mismo de 7.000 millones de euros. "No tienen exposición a los riesgos del esquema subyacente, lo que les permite tomar una gran posición", explican los analistas del banco.
UBS estima que los agentes financieros tienen una cartera de derechos de emisión de CO2 valorada en cerca de 7.000 millones que no quieren vender
Es más, su influencia sobre el precio del CO2 puede contribuir a que se acelere el cierre de centrales, estima UBS, lo que provocaría a su vez una reducción de la demanda que traería una venta masiva y el desplome del valor. Para el banco suizo, el comportamiento que están teniendo se asemeja al de un cártel económico. Una situación que comparte un 'trader' de energía consultado, quien explica que el CO2 funciona como la OPEP y las reservas de crudo.
Los agentes poseedores de derechos de CO2, además, juegan en un mercado muy particular, donde existe información que hace pensar que el precio no puede caer demasiado a corto plazo. Desde enero de 2019, la Comisión Europea empezará a reducir derechos. Es decir, que la oferta irá cayendo para que haya menos emisiones, pero en la medida en que el carbón siga siendo necesario para generar electricidad, estos derechos cobrarán cada vez más valor.
Precisamente detrás de esta influencia que ejercen los bancos está la decisión de compañías como Naturgy, que ha optado por romper contratos desde mitad de este año, o Endesa, que está revisando al alza las condiciones de algunos de sus clientes, ya que no ven que la solución vaya a llegar en el corto plazo y están posicionándose ante un mercado estructuralmente más caro.
¿Pinchará la burbuja?
La burbuja puede pinchar, según UBS, en el momento en que se decidan cierres de centrales, con lo que la bajada de la demanda pueda provocar ventas masivas. La clave, señala, es saber el momento exacto para vender. Si no se sale a tiempo, cree que estos activos podrían perder entre 30.000 y 40.000 millones de euros de valor. Sin embargo, pequeñas comercializadoras y otros agentes apuntan directamente a Bruselas, que creen es el único actor que puede acabar con el monstruo que ella misma ha creado.
Por ejemplo, poniendo fecha de caducidad a estos derechos de emisión, como sucede con las garantías de origen renovable. Sin embargo, un cambio así traería complicaciones legales. No obstante, el problema que subyace para Europa puede ser mucho mayor. De seguir subiendo la luz, acabarán surgiendo problemas de inflación por un elemento artificial como es la especulación con los derechos europeos de CO2.
Precisamente en la úlltima semana este activo ha entrado en un terreno altamente especulativo. Después de rumores de intervención procedentes directamente de Bruselas, el valor ha caído un 20%.
Las empresas piensan que hay otras maneras de repercutir las externalidades que genera el carbón, como metiendo impuestos (el derecho de CO2 no deja de ser un impuesto pero que permite la especulación, ya que se puede comerciar con él por toda Europa de manera transfronteriza). Con este sistema, están sacando importante tajada unos cuantos.
Todo este problema se produce antes de que este miércoles comparezca en el Congreso de los Diputados la ministra de Transición Ecológica, Teresa Ribera, para explicar cómo se puede atajar el problema de la luz y defender de este problema a los más vulnerables.