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división en la zona noble

CaixaBank se quedará en Cataluña excepto si hay declaración de independencia

Mientras Isidre Fainé, presidente de Criteria CaixaCorp, quería haber hecho ya el anuncio, Jordi Gual, el actual presidente del banco, prefiere esperar pese a la decisión del Sabadell

Sede de CaixaBank en Barcelona. (Reuters)

La decisión de Banco Sabadell de cambiar su sede social de Barcelona a Alicante —por el riesgo de que la independencia de Cataluña pudiera poner en peligro los intereses de sus clientes y de sus accionistas— ha metido una presión extraordinaria a CaixaBank, el verdadero motor financiero de la comunidad autónoma, para seguir sus pasos. El consejo de administración se reúne este viernes en sesión extraordinaria para analizar los distintos escenarios. Dadas las diferencias en el consejo, el órgano de gobierno tomará una postura salomónica, según la cual la entidad moverá su sede social solo si hay finalmente una declaración unilateral de independencia (DUI).

Según han confirmado distintas fuentes, mientras Isidre Fainé, presidente de Criteria CaixaCorp, máximo accionista de CaixaBank —posee el 40%— y expresidente del banco minorista, está a favor de anunciar de forma inmediata el traslado de la sede social fuera de la ciudad condal, Jordi Gual, el presidente actual y cercano a las posiciones nacionalistas, ha optado por esperar los siguientes movimientos del Govern de la Generalitat, que ha fijado para el lunes la reunión del Parlament para valorar los datos del referéndum ilegal del 1-O y sancionar dos días más tarde la probable DUI.

El presidente de la Fundación 'la Caixa', Isidre Fainé. (Reuters)

Fainé, el alma máter del universo La Caixa, incluida la fundación, era favorable a comunicar de manera formal la decisión de CaixaBank el pasado martes después de que trabajadores del banco se manifestasen en Barcelona contra la actuación policial el domingo anterior. Una imagen que tuvo un efecto inmediato en clientes del resto de España, que rápidamente calificaron a la entidad como el baluarte financiero del independentismo. Gual optó por un comunicado interno en el que avisó a sus empleados que, respetando el derecho de huelga y de manifestación, lo primero era la defensa de los intereses de los clientes y accionistas y que adoptarían las medidas que fueran necesarias para este fin.

El posterior mensaje del Rey, que previamente se había reunido con Fainé, contra las decisiones del Govern, y la intervención al día siguiente de Puigdemont no hicieron más que elevar la incertidumbre y acrecentar el miedo a una retirada masiva de depósitos y a una desbandada de los inversores. Pero, pese a ello, Gual, presionado por Artur Mas, insiste en esperar el desarrollo de los próximos acontecimientos, especialmente la celebración el próximo lunes de la reunión del pleno del Parlament, en la confianza de que los consejeros más moderados eviten el anuncio de la DUI.

El presidente de CaixaBank, Jordi Gual. (Reuters)

Gual forma parte del Consejo Asesor para la Reactivación Económica y el Crecimiento (Carec) que la Generalitat creó en 2011 cuando Mas estaba al frente del Govern. El profesor del IESE se convirtió en uno de los consejeros aúlicos del actualmente miembro del Partido Demócrata Europeo Catalán (PdCAT), inhabilitado desde este año para cargo público por desobediencia al Tribunal Constitucional por su participación en la consulta del 9-N. Un órgano consultivo del que también forma parte Xavier Vives, consejero de CaixaBank y favorable a mantener la sede oficial de la entidad en Cataluña hasta nuevos acontecimientos. Ambos son miembros destacados del IESE, la escuela de negocios del Opus Dei.

El boicot del Govern

Fainé y Gual coinciden en que, en caso extremo, el banco deberá de exiliarse a cualquier otra ciudad de España —Mallorca y Navarra son las que tienen más probabilidades—. Pero mientras el primero ha hecho fuerza para apoyar sin condiciones la constitucionalidad del Estado, el segundo se ha mostrado más ambiguo dada su inclinación nacionalista. La respuesta del Govern de Puigdemont ha sido que, si CaixaBank traslada su centro corporativo, muchos clientes afines a la soberanía retirarán sus cuentas de lo que se conoce como ‘la caixa de tots’.

Ante la posibilidad de irse de Cataluña y lo que llaman la intervención de las finanzas catalanas por parte del Ministerio de Hacienda, la diputada de la CUP Eulàlia Reguant ha propuesto "dejar de trabajar con La Caixa, el Banco Sabadell y el BBVA", algo que asegura que ya ha pedido al Govern en varias ocasiones. En una entrevista con 'Nació Digital', cree que las entidades financieras siempre se han puesto del lado del "mantenimiento del 'statu quo', porque son 'statu quo", algo que afirma que se verá cuando se haga efectiva la independencia. Un boicot en toda regla de consecuencias difíciles de cuantificar.

El banco presidido por Gual es el segundo más importante de Cataluña en volumen de créditos y en depósitos, solo por detrás de BBVA, que lo superó tras la adquisición de la nacionalizada Caixa Cataluña. El posible cambio de su sede no podría hacerse con la misma celeridad que el del Sabadell, ya que según sus estatutos sociales, una decisión de esta transcendencia debe ser refrendada por la junta general de accionistas. Aunque el consejo de administración la aprobase de forma urgente, sería necesario convocar a los accionistas para que validasen la mudanza.

No obstante, el Consejo de Ministros aprobará hoy una norma que facilitará cualquier decisión relativa al domicilio social de las empresas, de tal forma que cualquiera que quiera mover su sede central, lo pueda llevar a cabo sin necesidad de someterlo a la aprobación de la junta general de accionistas. En la nocherica del jueves, Dogi Internacional, fabricante de vaqueros, anunció que ha iniciado los trámites para dejar Barcelona e instalarse en Madrid, tal y como ya han hecho Eurona, Proclinic (Zaragoza) y Oryzon.

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