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tras las pérdidas y el daño reputacional

Galán destituye a la cúpula de Iberdrola Ingeniería tras entrar en quiebra técnica

El presidente de la eléctrica ha relevado a toda la alta dirección de esta filial, que el pasado año entró en causa de disolución por los numerosos pleitos internacionales perdidos

El presidente de Iberdrola, Ignacio Sánchez Galán. (Reuters)

Ignacio Sánchez Galán suele premiar a su equipo directivo cuando cumple los objetivos establecidos en sus planes estratégicos. Pero también lo castiga sin miramientos si los números finales están lejos de lo previsto. Es lo que acaba de hacer con la cúpula directiva de Iberinco, la filial de ingeniería y construcción que tantos problemas legales y de reputación han provocado a Iberdrola. El presidente del grupo ha decidido la salida del consejero delegado de esta compañía, del director financiero y de los responsables de redes y generación.

Según han confirmado fuentes próximas al grupo eléctrico, el pasado 30 de junio se produjeron las bajas de Tomás Muruzabal, elegido en 2015 consejero delegado de Iberinco en sustitución de Federico de la Hoz, el ejecutivo que asumió esta función en 2012 cuando Galán despidió de forma fulminante a toda la alta dirección de esta subsidiaria tras el escándalo de corrupción en Letonia. Hoy, ninguno de los dos está en la compañía. Como adelantó El Confidencial el 23 de marzo, De la Hoz se vio forzado a dejar la dirección general de la Fundación Iberdrola, donde acabó tras salir de Iberinco, y Muruzabal ha sido oficialmente prejubilado a los 61 años.

Lo mismo ha ocurrido con Enrique Picatoste, director de generación de la filial, y Ángel Fernández, máximo responsable del negocio de redes. Suerte parecida han corrido Iñaki Barriocanal, responsable de redes en España, Ramón Fernández Olmedo, director financiero de Iberinco, y Jorge Nieto, director general de proyectos en Estados Unidos, un país donde Iberdrola tiene uno de sus mayores problemas de ejecución de uno de sus grandes contratos. En algunos de los casos, los despidos han sido entregados directamente en mano por Álvaro Murga, jefe de recursos humanos, con orden de abandonar la empresa de forma inmediata. Desde Iberdrola, explican que son relevos normales tras la integración de Iberinco en el 'holding', decisión adoptada el pasado mes de abril.

Las medidas se justifican porque Iberinco perdió el pasado año 84,4 millones, con un beneficio bruto de explotación negativo de 110 millones

Uno de los que han sido ascendidos —para ocupar el cargo de director general de redes— es José Oriol, sobrino del que fuera presidente de Iberdrola, Íñigo de Oriol. Anterior director de desarrollo de negocio de Iberinco, los últimos años los ha pasado en México, si bien su nombre se vio involucrado en presuntos casos de corrupción para que la eléctrica consiguiera obras en Siria y Venezuela. José Oriol dependerá directamente de Antonio Espinosa de los Monteros, el máximo responsable de redes de la multinacional en España.

Las medidas adoptadas se justifican porque Iberinco perdió el pasado año 84,4 millones de euros, con un beneficio bruto de explotación negativo de 110 millones, frente a unas previsiones positivas de 120 millones. Unas cifras que suponen multiplicar por cuatro los números rojos de 2015 y por tres el mal comportamiento del ebitda. Debido a estas minusvalías, derivadas en gran parte del pago de litigios por mala ejecución de proyectos, la filial se encontraba en causa de disolución, al registrar un patrimonio neto negativo de 16,8 millones. Para solucionar este problema, Iberdrola tuvo que llevar a cabo una ampliación de capital por 18,3 millones.

Sede central en Bilbao de Iberdrola.

Por si no fuera poco, el balance consolidado de Iberinco presentaba un fondo de maniobra negativo de 101 millones de euros. Por este motivo, la matriz se ha comprometido expresamente con EY, el auditor de la subsidiaria, a prestar “el apoyo financiero necesario para posibilitar el cumplimiento de los compromisos y obligaciones de pago contraídos por el grupo y asegurar la continuidad de sus operaciones”. La compañía terminó el pasado año con una posición de tesorería neta negativa de 40,2 millones.

Integración para sofocar el incendio

Por todas estas circunstancias, Iberdrola ha decidido congelar el sueldo de los trabajadores de la filial, integrarla en el 'holding' y dejar de construir para terceros, limitando el perímetro de Iberinco para tener un mayor control de los proyectos y de su evolución financiera. De hecho, de los 718 millones en adjudicaciones y ampliaciones de contratos obtenidos en 2016, el 95% tenía como cliente a la propia matriz, una estrategia que, por el contrario, ha supuesto una significativa disminución del volumen de negocio. El pasado año, la facturación bajó un 16%, desde los 811,9 hasta los 681,2 millones.

A día de hoy, la cartera de proyectos de Iberinco asciende a 1.031 millones de euros, con un incremento del 13% respecto a 2015, si bien ha cambiado radicalmente su composición con un 68% correspondiente a proyectos para el Grupo Iberdrola. El 87% de la cartera de obras se localiza fuera de España, siendo Estados Unidos, Reino Unido, México, Portugal y Brasil los países estratégicos de la filial. Una de las delegaciones que han sido cerradas tras verse envueltas en negocios poco transparentes ha sido Albania.

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Ignacio Sánchez Galán
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