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  1. Economía

LA BRECHA SIGUE CRECIENDO

Las nuevas pensiones ya son un 16% más altas que el salario más frecuente

La precariedad y, al mismo tiempo, el hecho de que las bases de cotización hayan aumentado más ensanchan la desigualdad de ingresos entre distintas generaciones

Foto: EFE.

La pandemia lo cubre casi todo, pero hay otra realidad que es cada vez más evidente: el ensanchamiento de la desigualdad de ingresos entre distintas generaciones. Así lo reflejan los últimos datos de la Seguridad Social y del Instituto Nacional de Estadística (INE), que muestran una brecha creciente entre salarios y nuevas pensiones.

En concreto, mientras que el salario más frecuente se situaba en 18.468 euros al año en 2018, último ejercicio publicado por el INE, la pensión media de las altas en el sistema contributivo en el régimen general alcanzó los 21.424 euros el pasado mes de septiembre. Es decir, hay una diferencia del 16% en favor de las pensiones públicas.

Fuente: Ministerio de Inclusión, Seguridad Social y Migraciones.

Incluso, si se tiene en cuenta el conjunto de las altas nuevas, es decir, incorporando todas las que paga el sistema de Seguridad Social y no solo las contributivas, que son las más elevadas, el resultado muestra una brecha muy significativa. La diferencia en este caso es del 7,3% en favor de las pensiones nuevas. Es más, el salario mediano, que divide al número de trabajadores en dos partes iguales, los que tienen un salario superior y los que tienen un salario inferior, está también por debajo de las nuevas pensiones. En total, 20.078 euros, lo que supone una diferencia de 1.346 euros al año.

La causa de este ensanchamiento de la desigualdad de ingresos tiene que ver, por un lado, con la incorporación de jóvenes al mercado de trabajo con salarios más bajos y de naturaleza precaria (temporal o a tiempo parcial) y, en paralelo, con el hecho de que los nuevos pensionistas han cotizado por bases más altas y durante periodos más largos de vida laboral, lo que explica que ahora, en el momento de la jubilación, tengan mayores ingresos.

Salario y antigüedad

Así, por ejemplo, según Estadística, los trabajadores con edades comprendidas entre 55 y 59 años, que son los más próximos a la jubilación, obtienen unos ingresos equivalentes a 27.948 euros al año de media, mientras que los jóvenes con menos de 24 años y más de 20 ganaron 12.914 euros, es decir, menos de la mitad. El otro factor que influye en la diferencia de ingresos, además de la edad, es la antigüedad en la empresa. A más años trabajados en la misma compañía, mayores salarios.

Igualmente, los ingresos salariales están determinados por la jornada laboral. Según la 'Encuesta de estructura salarial' (EES), el ingreso medio anual de los trabajadores a tiempo completo se sitúa en 28.070 euros, mientras que el de los trabajadores a tiempo parcial alcanza los 11.171 euros. Lógicamente, en la medida en que las condiciones laborales son más precarias, también lo son los salarios, y hoy casi el 40% de los asalariados tiene un contrato temporal o a tiempo parcial.

Cuanto más precarias son las condiciones laborales, también lo son los salarios, y casi el 40% de los contratos son temporales o a tiempo parcial

El hecho de que la cuantía de las nuevas pensiones se vaya alejando cada vez más del salario más frecuente, o modal, según la jerga de los estadísticos, no solo tiene importancia en términos de equidad, sino que también influye de forma relevante en la situación financiera de la Seguridad Social.

Los datos más recientes del sistema público de protección social muestran, en concreto, que la pensión media de las altas por jubilación ordinaria (es decir, sin tener en cuenta las anticipadas, que son más elevadas) se sitúa el pasado mes de agosto en 1.225 euros, mientras que la pensión media de las bajas definitivas en el régimen general alcanzó los 985 euros.

Impuestos y cotizaciones

Por lo tanto, hay una diferencia de 240 euros entre las altas y las bajas, lo que explica en parte las dificultades de financiación de la Seguridad Social, además de otros factores como el empleo, la economía sumergida o los llamados gastos impropios del sistema, y que habría que pagar con impuestos y no con cotizaciones.

La distancia entre la cuantía de los salarios y de las pensiones, en todo caso, es creciente, como pone de relieve que mientras las nóminas en la negociación colectiva están creciendo a un ritmo del 1,9%, la pensión media de jubilación, que es la más numerosa, está aumentando un 2,3%. No porque se hayan incrementado en esa cuantía, sino debido a que, al contabilizar bases de cotización más elevadas, las cantidades a pagar son también mayores.

Fuente: Ministerio de Inclusión, Seguridad Social y Migraciones.

La mejor posición relativa de las pensiones públicas respecto de un porcentaje muy significativo de los salarios tiene que ver, igualmente, con la posibilidad que tienen los pensionistas de complementar su prestación de la Seguridad Social. En concreto, los 9,76 millones de pensiones que pagaba el sistema público de protección social en agosto pasado corresponden a 8,86 millones de pensionistas. Es decir, hay algo más de 904.00 pensionistas que perciben dos o más pensiones públicas, lo que influye también en la desigualdad de ingresos.

Como consecuencia de ello, se sigue reforzando una tendencia cada vez más evidente: la pobreza relativa tiende a debilitarse entre la población con 65 o más años y crece entre quienes tienen menos de esa edad. Algo que se ha dado en llamar el fenómeno de los trabajadores pobres. Y así, según la última 'Encuesta de condiciones de vida' (ECV) que elabora el INE, si en 2010 el 21,8% de la población con 65 o más años estaba en riesgo de pobreza, en 2019 ese porcentaje ha bajado al 14,5%.

Por el contrario, en el caso de los trabajadores con menos de 64 años, y entre ambos años, el riesgo de pobreza ha pasado del 18,6% hace una década al 20,9% el año pasado. Estadística, en línea con el criterio de Eurostat, considera que están en riesgo de pobreza quienes tienen un nivel de ingresos inferior al 60% de la mediana. En 2019, el umbral de riesgo de pobreza para los hogares de una persona se situó en 9.009 euros, mientras que en los hogares compuestos por dos adultos y dos menores de 14 años, dicho umbral fue de 18.919 euros. También por debajo de la pensión media que abona el sistema de Seguridad Social.

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