Los expertos apuntan a los precios
Giro geopolítico: España afianza su relación gasista con EEUU y da la espalda a Argelia
Las importaciones de gas desde EEUU suman ya en 2020 un volumen mayor que lo que llega por gasoducto desde Argelia, una situación histórica y con fuertes repercusiones geopolíticas detrás
La relación comercial de España en el ámbito del gas natural, un combustible de primera necesidad, está sufriendo una revolución en este 2020. El que ha sido históricamente el principal proveedor, Argelia, ha reducido sus exportaciones al nivel más bajo al menos desde 2004, año desde el que recoge estadísticas Cores.
Esta situación contrasta con el fuerte aumento de importaciones de gas procedentes de EEUU, que en menos de un año se ha convertido el principal destino del gas natural que entra en territorio nacional. De enero a mayo de 2020, España ha importado más de 33.000 GWh desde la primera potencia del mundo, mientras que desde el país norteafricano han llegado cerca de 30.000 GWh. De esta manera el 'sorpasso' vivido en algún mes puntual del año se consolida.
Esto es casi la mitad de lo que se importó desde Argelia en el mismo periodo de hace tan solo un año. En el tramo enero a mayo de 2019, desde EEUU apenas se compraron 10.000 GWh, es decir, menos de una tercera parte de lo que ha llegado en 2020. Solo un año antes, en 2018, España no compró nada al país presidido por Donald Trump, mientras que desde Argelia se importaron más de 80.000 GWh, casi el triple que este año.
Los expertos apuntan a que esta situación atiende a varias causas. En primer lugar, el cambio de 'partner' es producto de la suma de las decisiones privadas de los operadores gasistas españoles, que están encontrando mejores precios en el mercado 'spot', cuya caída ronda el 75% del precio de hace un año, que en sus contratos a largo plazo a través del gasoducto que atraviesa el Mediterráneo. Se trata de una circunstancia anómala, ya que en teoría siempre es más barato transportar gas por una infraestructura directa como es el Medgaz o el gasoducto del Magreb que a través de un barco al que hay que meter el gas en estado líquido para que vaya más comprimido.
Pero aquí hay que tener en cuenta dos factores. Por un lado, la decisión estratégica que tomó EEUU hace ya años de ser exportador de gas y petróleo en lugar de importador. Un alto directivo del sector explica que han pasado de regasificar y almacenar a licuefactar y vender. EEUU siempre ha tenido reservas naturales de combustibles fósiles, pero antes prefería almacenarlos para consumo propio y en vista de su situación y sus previsiones a futuro ha decidido que es mejor estrategia venderlo al resto del mundo.
La inundación de estas materias primas en el resto de mercados mundiales es una de las claves de la caída de precios tanto de gas como de crudo, que se ha visto intensificada por la fuerte bajada de la demanda a nivel mundial debido a la crisis del coronavirus.
Por otro lado, hay que tener en cuenta la situación de Argelia. Su operador gasista, Sonatrach, es una empresa pública dependiente directamente del estado. En Argelia la situación política es muy inestable desde 2019. El que fuera su presidente desde 1999, Abdelaziz Buteflika, cesó de su cargo en abril del pasado año ante fuertes protestas sociales. Esto hace que la inestabilidad se transmita a todos los órganos estatales, también la empresa Sonatrach. Un importante operador mayorista de gas, que lleva décadas negociando la compra de gas allí, señala que actualmente la dirección comercial de la firma argelina está en un limbo y no están atendiendo las peticiones de los operadores ante la caída de precios mundial de esta materia prima, lo que les está dejando en muchas ocasiones en fuera de juego. Otras fuentes empresariales rebajan esta situación pero aseguran que la actual dirección comercial es muy nueva y se nota que están en un periodo de transición aún.
No en vano, hasta su socio accionarial y compañero de viaje en Medgaz y uno de sus principales clientes como es Naturgy, potencia mundial en el sector del gas, se encuentra ahora mismo estudiando si lanzar un arbitraje contra la compañía del norte de África en vista de que no logra una revisión de precios de sus contratos de gas a largo plazo, dada el hundimiento de precios. No obstante, la intención de la gasista española es agotar la vía negociadora antes de tomar la vía arbitral. En este punto, cabe destacar que Naturgy y Sonatrach son socios precisamente por una disputa comercial a la inversa en el pasado. Los elevados precios a nivel mundial del gas entonces motivaron una reclamación de Sonatrach, que quería subir el precio de los contratos a largo plazo. Fue a un arbitraje y ganó y como modo de pago obtuvo acciones de la entonces Gas Natural, que aún posee.
Ahora está por ver hasta cuándo se puede mantener esta situación y qué repercusiones tiene tanto desde el punto de vista político como empresarial. Naturgy decidirá este mes si finalmente lanza un arbitraje contra Sonatrach. En 2021, Marruecos tiene que volver a licitar la concesión del gasoducto del Magreb, la otra vía de entrada de gas argelino a España. Tanto Naturgy como Enagás habían mostrado interés, pero posteriormente han hecho inversiones internacionales alternativas, lo que puede suponer un handicap para Mohamed VI a la hora de explotar esta infraestructura.
En el sector saben que todos estos contratos, estratégicos para España en la medida en que los tubos desembocan en nuestro país, requieren en la mayoría de casos la mediación de la Corona, en el punto de mira estos días por sus relaciones extracomerciales con otras monarquías. Y mientras tanto la Administración Trump, inmersa en una guerra arancelaria a nivel mundial, está sacando ventaja y posicionándose como principal socio comercial de un elemento tan básico como es el gas. Un socio, EEUU, que ha intensificado su presión a los países europeos para que rompan lazos comerciales con las empresas chinas, cada vez más presentes en territorio nacional.