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el barça fue claramente superado

El caos es tal que hasta el Camp Nou aplaudió el gol de Cristiano Ronaldo

El equipo de Ernesto Valverde sólo superó en contados minutos al Real Madrid. Los de Zidane demostraron que están por encima, a día de hoy, del eterno rival

Un gol en propia meta de Piqué abrió el marcador. (Reuters)

Lleva varios discursos y entrevistas individuales Josep María Bartomeu elogiando las maravillas de hacer del Barcelona una marca global, planetaria, universal. Y tan global se ha convertido el Camp Nou que las gradas estaban repletas de extranjeros con camisetas del Real Madrid. Tan global, que hasta se celebró el gol del ‘archienemigo’ Cristiano Ronaldo y se aplaudió su show de quitarse la camiseta y enseñar a la grada el bronceado y las tabletas, que ya es el caos. Tan global que el partido concluyó con un 1-3 después de un golazo de Asensio y la gente se fue tan contenta en lugar de cabrearse tras perder ante el máximo rival en el primer partido oficial de la temporada.

El Barça, globalmente, va cuesta abajo y sin frenos, mientras los guiris exclaman “ooOOOo” ante una ruleta de Isco. Para rematar la faena, Pep Segura, recién nombrado mánager general deportivo, señaló a Piqué y le culpó en gran parte de la derrota. "El error en el primer gol ha sido determinante, ha condicionado el partido", sentenció.

Los de Valverde fueron a remolque en todo momento después del gol en propia puerta de Piqué —tenía que ser Piqué— en el minuto 49. En la primera mitad Kovacic había secado al único que podía desequilibrar la balanza: Messi. El marcaje al hombre fue tan pegajoso, tan milimétrico, tan pesado, que el argentino se quedó sin espacios y desnortado. En cuanto el croata se fue lesionado Leo empezó a respirar y marcó de penalti (dudoso), logrando el empate a uno y su gol vigésimo cuarto en un Clásico, aunque no se le volvió a ver.

Mientras Ernesto Valverde sustituía a Deulofeu —que pasó más que inadvertido— por Denis Suárez, a Sergi Roberto por Iniesta y a Alcácer por Rakitic, Zidane cambió a Cristiano Ronaldo por Benzema y a Asensio por Kovacic. Y con esto está dicho todo. El portugués y el mallorquín fueron los autores de dos goles extraordinarios que le dan al Madrid media Supercopa, mientras queda ya de manifiesto que el Barça tiene peor plantilla que la temporada pasada y que el Madrid, hoy por hoy, es superior.

Falta fútbol

Es demasiado pronto para sacar conclusiones, pero es inútil también, y una falta de responsabilidad, no comenzar a ver que al Barça le falta fútbol, chispa y que la marcha de Neymar ha hecho mucha pupa. Primero porque no hay otro jugador como el brasileño capaz de desestabilizar en el uno contra uno, que encare con valentía y sin ningún complejo. Ese jugador no es ni Deulofeu ni Denis Suárez, se pongan como se pongan. Segundo, porque en cuanto a Messi le secas, todo el equipo pasa sed. Y no puede ser que todo el juego se base en que Leo tenga una buena noche. Asumir que el Barcelona es inferior ahora mismo al Real Madrid es doloroso para un culé, pero es la cruda realidad. No estaba Modric, Cristiano sólo se ha entrenado cinco días, pero bastó un Kovacic muy serio, la creatividad de Isco y la inmensa calidad de Asensio para que el marcador concluyera con un 1-3. Encima, la ausencia de Neymar parece haber desquiciado a Luis Suárez, que estuvo mal y se dedicó a sacudirse la frustración echándole la bronca primero a Deulofeu y después a Denis Suárez de mala manera. Todas las señales que desprende este Barça son preocupantes y lo peor es que es probable que se anuncie el fichaje de Paulinho, que ilusión, precisamente ilusión, no le hace al aficionado culé.

Con el barullo que hay en la institución, con Bartomeu y su junta bajo el foco del disgusto de la afición por la desastrosa gestión del 'caso Neymar' y la revelación de Piqué sobre que los jugadores lo sabían desde el 30 de junio en la boda de Messi que les ha colocado a los pies de los caballos, hacía falta que en cuanto la pelota rodara —y más si enfrente estaba el Real Madrid— a la gente se le pasara el cabreo. No sólo no fue así, sino que los peores temores se han convertido en una realidad palpable: el Madrid es mejor. Y para más inri, los pocos aficionados que acudieron al estadio tuvieron que aguantar los "ooOOoos" a Isco y los aplausos a Cristiano Ronaldo. Que es un apaga y vámonos de manual.

Imagen de la grada del Camp Nou. (EFE)

Sin autocrítica

La autocrítica sigue brillando por su ausencia. Pep Segura, recién nombrado mánager general deportivo, aseguró en declaraciones a 'TV3' al final del partido que habían jugado un partido serio, “pero el Madrid metió dos golarros en dos contragolpes que nos hicieron mucho daño”. Y volvió a acordarse de Piqué. “Oficialmente no lo sabía nadie hasta que lo comunicaron Neymar y su entorno el 2 de agosto. Hasta ese día todo eran conjeturas, mil rumores, mil cosas que no sabes si son verdad o mentira, la prueba es que Piqué hizo un tweet posterior a esa fecha porque creía que podía convencerle. No hay nada más a decir. Todo el club intentó convencerle antes. Ahora Neymar ya es historia del Barça y no nos tenemos que preocupar porque tenemos grandes jugadores y seguimos trabajando para mejorar la plantilla”, expresó.

Los que mandan siguen sin detectar ningún problema en el equipo, al menos de puertas para fuera, y el diagnóstico se limita a la mala suerte y la puntería del rival. Continúa sin saberse cuál es el criterio de la secretaría técnica. Porque de Verratti a Paulinho hay un puñado de diferencias, y como nadie se explica, la sensación externa es que no hay ningún control, idea, ni plan.

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La pelota ya rueda. Y el barullo ya no está solo en las oficinas. Ahora también está en el campo mientras los guiris se marcharon tan contentos después de ver los dos “golarros” de Cristiano y Asensio con sus camisetas del Real Madrid. La globalidad también era esto señor Bartomeu.

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