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el uruguayo y munir dejan casi cerrado el título

El Sevilla está demasiado tierno para hacerle daño al Barça de Luis Suárez

Los hispalenses juegan una grandísima primera parte, pero no pueden hacer daño al Barça, que aguantó al segundo asalto para ganar por KO y empezar a rozar la Supercopa

Suárez anotó su primer gol oficial (Reuters).

En las películas de Rocky veíamos que el púgil que se entrenaba en una carnicería dejaba que le pegasen y siempre parecía que estaba a punto de derrumbarse, pero siempre resistía y contraatacaba cuando el contrario estaba cansado y lo tumbaba sobre la lona sin que el dolor anterior le frenase en su frenesí. El Barça fue Rocky y el Pizjuán, la lona. Allí yace el Sevilla, que jugó de maravilla durante 45 minutos y ahora está casi KO, esperando a que los jueces le den la Supercopa al contrario por unanimidad el próximo miércoles. Al Barça de Luis Suárez no se le puede tumbar de cualquier manera, y menos un equipo que todavía está muy tierno.

Le ha vuelto a pasar al Sevilla, una vez más. Le pasa en todos lados, menos en la Europa League, que es la única competición en la que se siente capaz de ganar finales. De algún modo u otro, las acaba dejando escapar. Ha perdido las tres Supercopas de Europa que ha jugado consecutivamente, mientras que la de España la han entregado en el primer partido, en el que, globalmente, parecieron mejores y, como de costumbre, la dejaron escapar. Cada final ha tenido su motivo. Y menos en la Supercopa del 2014, donde el Madrid les pasó por encima, en el resto ha dado la impresión de ser superior al contrario y, a la vez, ser incapaz de definir su dominio técnico-táctico.

El dúo Sampaoli-Lillo nos augura un Sevilla de una presión extrema en campo contrario en una demostración clara de la intención de tener siempre, o el máximo tiempo posible, la posesión del balón y, a partir de ella, gestionar la enorme calidad que poseen sus jugadores de tres cuartos de cancha. Como se vio en Trondheim y se ha confirmado en el Pizjuán, la idea todavía tiene que cuajar. Esta vez situó a Kranevitter entre centrales para que la movilidad de la pelota fuera mucho más aseada de lo que fue con Iborra en Noruega, y lo consiguió durante 45 minutos. A partir del descanso, el Barça y, sobre todo Busquets, hicieron que cualquier juego del Sevilla desapareciera desde cualquier parte.

Aunque estemos hablando de un título oficial, nunca debemos olvidar que seguimos en pretemporada. Es un mito mil veces demostrado y mil veces olvidado que las sesiones de físico y más físico de los entrenamientos veraniegos sean lo más importante. Si un jugador está mal físicamente no es porque faltaran horas de carrera continua, sino porque el trabajo táctico no ha sido el mejor o, porque simplemente, el futbolista aún necesita de tiempo para readaptarse a la competición. No es el físico, es la frescura de piernas y agilidad mental que solo la competición puede dar. Al Barça aún le falta eso. Al Sevilla, lo otro, lo táctico. Y ambos casos son situaciones puramente naturales y propias de un 14 de agosto.

Presión alta y poquísimo daño

El Sevilla lleva más tiempo trabajando y era normal que impusiera su idea sobre el campo. Si en el Barça escasean las ideas y la velocidad a la que se mueven es menor, atacarles lo más arriba posible es una solución inteligente. Sampaoli situó durante el primer tiempo a siete jugadores repartidos desde la línea de mediocampo hacia delante para robar y mover, robar y mover, y mover. Y atacar al rival más débil, que claramente era Mathieu. La lesión del francés fue peor noticia incluso que la de Escudero para los intereses sevillistas, y eso que el vallisoletano estaba completando un partido sublime. Por esa banda entraban Mariano y Vitolo con libertad, pero nunca encontraron a Vietto, que aún no sabe qué está haciendo en el Sevilla y Ben Yedder le va a ir empujando hacia el banquillo de no activarse.

El dominio posicional hispalense no sirvió de nada. Pasó algo similar en la final de la Copa del Rey cuando Mascherano fue expulsado: el Sevilla madna en el partido, pero no sabe finalizar las jugadas. No lo hizo con Gameiro y no lo ha hecho con Vietto ni Ben Yedder después. Apenas inquietó a Claudio Bravo y eso que vivió en el área del chileno durante largos ratos. Y no sólo a través de la posesión rasa del balón, sino con unas transiciones rápidas a los costados por parte de los centrales, que no son maestros en la salida del balón en corto, sí en largo. Ganó casi todos los duelos aéreos provenientes de pases lejanos y ganó velocidad de ejecución y profundidad. Todo inútil al no acabar nunca las jugadas.

Arda hizo lo que no suele hacer

Tanto fue estéril el esfuerzo sevillista que el primer tiempo finalizó con un gran Sevilla y con cero tiros, y un mal Barça con dos ocasiones muy claras de gol. Había que esperar, simplemente, a que el Barça sí aprovechase una de las suyas, porque otra cosa no, pero el Barça sí crea ocasiones, pase lo que pase, y tenga quien tenga delante. Con Messi no puede pasar otra cosa. No fue exagerada, sin embargo, la pérdida de potencial para el Barça cuando Iniesta se fue con una contusión. Denis construyó juego con soltura. Y cuando el Barça empezó a acomodarse, Arda hizo algo que no suele hacer, que es aparecer. Es bueno de sobra, pero a veces se le olvida. Le regaló con el pecho un gol a Suárez, el que mató al Sevilla.

Pasó Sampaoli a defensa de tres con la lesión de Escudero y fue ganando territorio con el mismo éxito que cuando jugó con cuatro atrás, es decir, ninguno. Eso sí, creó oportunidades, así que si funcionó con tres mejor que con cuatro, asumamos que esa táctica será más utilizada en el futuro. A la contra, sin embargo, amenazaba el Barça. Perdonó Messi inmediatamente después del tanto de su amigo Luis, pero no lo hizo Munir, que tiene unas ganas terribles de hacer todo lo que pueda en el tiempo que le den. El Barça se va al Camp Nou a un partido de vuelta que se antoja intrascendente, otro año más. ¿Alguna vez se darán cuenta en la federación de que los partidos de vuelta sobran desde hace muchísimo?

Ficha técnica:

0 - Sevilla FC: Sergio Rico; Mariano, Mercado, Rami, Escudero (Sarabia, min. 54); Kranevitter (Ganso, min. 69), N'Zonzi; Vitolo, Franco Vázquez, Kiyotake; y Vietto (Ben Yedder, min. 61).

2 - FC Barcelona: Bravo; Sergi Roberto, Piqué, Mascherano, Mathieu (Digne, min. 27); Busquets, Iniesta (Denis, min. 35), Arda (Munir, min. 76), Rakitic; Messi y Suárez.

Goles: 0-1, min. 54: Suárez. 0-2, min. 81: Munir.

Árbitro: Jesús Gil Manzano (Comité Extremeño). Amonestó a Mercado (min. 32), N'Zonzi (min. 70) y Mudo Vázquez (min. 78); y a los visitantes Busquets (min. 58) y Luis Suárez (min. 84).

Incidencias: Partido de ida de la XXXIII edición de la Supercopa de España disputado en el Sánchez Pizjuán. Casi lleno, unos 45.000 espectadores.

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